LAS MUJERES DEL NO

SEÑOR DIRECTOR

El rol de las mujeres en el plebiscito fue absolutamente relevante. Puede resultarle a la mayoría y también a la dirigencia y líderes de la época algo ajeno o lejano, pero mujeres de todas las edades, dueñas de casa, profesionales, dirigentes políticas, dirigentes sociales, poblacionales, estudiantes, estábamos absolutamente unidas y trabajando a través de distintas agrupaciones, ajenas a los juegos de poder y figuración, unidas con el solo propósito de recuperar la libertad y democracia. Nos habíamos instintivamente unido. Sabíamos que trabajando juntas todo era posible. Hacíamos que la carga que cada una llevaba se hiciera más ligera, y así surgieron distintas agrupaciones. No teníamos miedo, no había cálculos, no perdíamos nada.

Emocionaba cómo mujeres pertenecientes a distintos partidos políticos habían sido capaces de derribar muros de desconfianza, enarbolando las mismas banderas de libertad, democracia y paz.

Hoy, después de 30 años, debemos hacerles el reconocimiento que se merecen; fueron ellas legitimadas por su trabajo al servicio de quienes más lo necesitaban las que realizaron el trabajo más esencial para ganar en las urnas a Pinochet: eran creíbles, se les tenía confianza, habían sido coherentes, y ninguna buscó reconocimiento personal. No tuvimos miedo de ir a votar. Fuimos un millón 917 mil las que optamos por el No.

Justo entonces es recordar hoy a las mujeres que dieron la cara en la franja y durante toda la etapa anterior al 5 de octubre: actrices, modelos, artistas, profesionales, académicas, mujeres anónimas. Mencionar solo a una es necesariamente un acto injusto.

Termino señalando mi más profunda convicción de que la recuperación de la democracia y libertad en Chile sin duda alguna no habría sido posible sin la participación, convicciones, coraje, fuerza y valentía de las mujeres.