Schoenstatt hace mea culpa sobre Cox y denunciantes piden sanciones inmediatas
El superior general, Juan Pablo Catoggio, afirmó que supieron de denuncias en La Serena, pero que “no respondimos como la situación lo requería”.
“Pedimos perdón de manera sincera a las víctimas y a todo aquel a quien hayamos decepcionado a través de nuestro proceder”, fueron las palabras del superior general del movimiento Padres de Schoenstatt, Juan Pablo Catoggio, en un comunicado de prensa difundido ayer -desde Alemania- sobre Francisco José Cox, obispo emérito de La Serena, quien enfrenta denuncias en el ámbito civil y canónico por presuntos abusos sexuales a menores de edad.
En el escrito, el instituto religioso también hace un mea culpa: “Desde su período en La Serena, conocimos diferentes testimonios -también por medios de prensa y a través de conversaciones y encuentros- que hacían referencia a situaciones abusivas cometidas por parte de Francisco José Cox. Gracias a la formación recibida posteriormente en prevención de abusos y acompañamiento de víctimas, constatamos que en ese momento no respondimos como la situación lo requería”, se señala. Y
“Tiene signos de demencia senil, no es autovalente y depende de otros”. JUAN PABLO CATOGGIO SUPERIOR GENERAL
añaden que “la Congregación para los Obispos, de la cual él dependía, podrá evaluar también su modo de proceder en ese momento”.
Cox actualmente reside en Vallendar, Alemania, en la casa general de los Padres de Schoenstatt. En 1997 se retiró de la diócesis de La Serena y continuó realizando labores administrativas encargadas por el Vaticano en Roma, y también en el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), ubicado en Colombia. Cinco años después, en 2002, abandonó de manera definitiva el país, hasta hoy, sin una explicación muy clara.
Durante esta semana, la difusión a través de redes sociales de fotos del exobispo Cox con un menor desató la polémica. Al respecto, el superior general Catoggio detalló que las imágenes son de hace cinco años y que el sacerdote, de 85 años, tiene “signos de demencia senil, no es autovalente y depende de la enfermería”.
En el comunicado se agregó que “a fines del año pasado recibimos una denuncia formal realizada por una persona, residente en el extranjero, de un hecho ocurrido en Alemania en 2004. Acogimos al denunciante y realizamos la investigación según la normativa de la Conferencia Episcopal Alemana y la Conferencia de Órdenes Religiosas. Toda la información fue enviada a la Fiscalía Federal. Igualmente, enviamos esa información a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma, que aún la analiza”.
Catoggio también puntualiza que “deploramos todo acto de abuso, lamentamos el sufrimiento de las víctimas y apoyamos plenamente que la justicia civil y los tribunales eclesiásticos aclaren los hechos, para que se conozca la verdad y se haga justicia. Tenemos la disposición de colaborar en todo”.
Reacciones
En La Serena, los denunciantes de Cox dijeron que “es más de lo mismo”. Hernán Godoy, quien testificó ante la fiscalía, opinó que “sería ideal, en el caso mío y de los que hemos sido víctimas, que se apure todo el proceso canónico y civil”.
Además, manifestó que “no le deseo la cárcel, sinceramente quiero que en vida sea destituido de toda esta nobleza que tiene, del cargo en la Iglesia. Es un arzobispo emérito, tiene fuero, yo pido que sea expulsado, más allá de eso no va a haber nada, hay que ser realista”.
Abel Soto, quien también declaró ante la justicia en contra de Cox, dijo que “me golpeó la carta (...) Es muy irrelevante, demasiado texto y buenas palabras (...) Ahora se dan cuenta de que no escucharon, que no sintieron, que no acogieron, que no respondieron”. Y llamó a los Padres de Schoenstatt a transparentar otros casos: “Cox no es el único”.b
“No le deseo la cárcel, sinceramente quiero que sea destituido”. HERNÁN GODOY DENUNCIANTE