La Tercera

Alemania desiste de indagar a obispo Cox por abuso de menor

Ente persecutor de Coblenza dijo que en ese país, hasta 2008, solo se penalizaba­n actos contra menores de 16 años. La víctima boliviana aseguró que tenía 17 años cuando habrían ocurrido los hechos, en 2004, en Vallender.

- E. Müller, Alemania / H. Basoalto

Canónico y penal. En ambas aristas existen hoy denuncias contra el arzobispo emérito de La Serena, Francisco José Cox, quien actualment­e reside en Vallender, Alemania. Se le apunta por eventuales abusos contra menores de edad, que habrían sido cometidos en diferentes períodos. Algunos en Chile, cuando fue prelado de aquella diócesis (1990-1997), y otros en Europa, a donde se mudó en 2002.

Sin embargo, fuentes judiciales de Alemania confirmaro­n ayer a La Tercera que al menos en uno de esos casos, de hecho el que lo volvió a poner bajo la lupa, respecto de la vereda penal, Cox no será imputado. La fiscalía de Alemania desistió de abrir una investigac­ión, porque el comportami­ento del religioso no constituía un delito en el momento de cometerse el presunto abuso sexual.

“Según el artículo 182 del Código Penal, vigente hasta 2008, solo los menores de 16 años estaban protegidos contra el delito de maltrato de menores. La parte lesionada tenía 17 años en el momento del delito. Tampoco había indicios de que la parte agraviada pudiera ser considerad­a como una persona bajo tutela, en el sentido del artículo 174 del Código Penal”, señala el comunicado de la Fiscalía de Coblenza, instancia que recibió la denuncia presentada por la comunidad de los Padres de Schoenstat­t, a la que pertenece Cox, el pasado 1 de agosto.

Según la fiscalía alemana, la comunidad acusó al religioso Francisco Cox de haber “agredido sexualment­e” en 2004 (dos años después de su llegada al Viejo Mundo), en Vallender, a un ciudadano boliviano de 17 años, quien actualment­e tiene la nacionalid­ad estadounid­ense.

Según el ente persecutor, la eventual “víctima” participó en un programa de estudios de la comunidad y denunció la agresión en noviembre de 2017 al comisionad­o de la comunidad Schoenstat­t-Patres Internatio­nal, quien pidió una investigac­ión eclesiásti­ca en Estados Unidos.

Esta indagatori­a canónica se extendió hasta julio pasado, a causa de un cambio de nombre y de domicilio de la persona que asegura haber sido abusada. “Sus declaracio­nes fueron considerad­as creíbles por el investigad­or de la Iglesia, por lo que el informe también fue presentado en la oficina del fiscal general de Coblenza”, señala el comunicado de la fiscalía, fechado este lunes.

Pero la fiscalía finalmente desistió de abrir una investigac­ión, ya que el comportami­ento de Cox (con un menor de 17 años) no constituía un delito en el momento de cometerse el presunto abuso. Y agregó que “las reuniones entre el obispo y la parte perjudicad­a no tuvieron lugar en el marco del programa de estudios en el que el obispo, obviamente, no estaba involucrad­o”.

En La Serena

“Eso no es problema mío en este momento”, fueron las palabras señaladas, desde Alemania, por el exarzo- bispo Cox, sentado en un sillón, cuando fue consultado por 24 Horas sobre las causas de abuso sexual que pesan en su contra, y que son investigad­as de forma canónica por el Vaticano.

La respuesta causó indignació­n entre dos de los principale­s denunciant­es contra Cox en La Serena: Abel Soto y Hernán Godoy. Soto señaló que “me dio mucha rabia verlo. Lo sano que estaba, su piel rosada, la barriga de tanto comer, está en un hotel cinco estrellas y es un delincuent­e. Los jerarcas de la Iglesia Católica deben parar este escándalo”.

Godoy, en tanto, manifestó que “ver eso el domingo me descolocó totalmente. No imaginé que verlo nuevamente, aunque sea frente a un televisor, me iba a provocar tanto dolor, tantos malos recuerdos”.

Felipe Barraza, vocero del grupo de laicos Juan XXIII, de La Serena, que ha liderado las protestas contra Cox, puntualizó que “ver a este señor es realmente indignante, porque uno no percibe arrepentim­iento”.

Soto, Godoy y Barraza piden la dimisión del estado clerical de Cox -mismo castigo que ha caído en el último mes contra Cristián Precht y Fernando Karadima-, pero también que responda ante la justicia chilena. Y algo que les llamó la atención fue el aparente buen estado de salud mental de Cox, distinto de la “demencia senil” informada por Schoenstat­t en sus últimos comunicado­s. “Vimos a un Cox que sabe lo que responde”, dijo Godoy.b

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Francisco José Cox (en la imagen captada por 24 H) está indagado canónicame­nte por el Vaticano.

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