POLÍTICA VECINAL HACIA BOLIVIA
SEÑOR DIRECTOR
Como bien señaló nuestro agente Claudio Grossman, el fallo de la Corte hizo la distinción entre la política y el derecho. Con ello se faculta a nuestra diplomacia a desarrollar toda su inventiva en encauzar el vínculo con un vecino crucial para el norte del país. Todos los medios diplomáticos quedan a disposición para entablar el diálogo sin coacción alguna y con pleno respaldo del derecho internacional. Sin embargo, se hace necesaria la proactividad política y no esperar que los interlocutores bolivianos renieguen de su propia aspiración histórica, puesto que se caería torpemente en una banal quimera.
El statu quo no es aceptable en la relación bilateral, porque socava el propio interés de las regiones del norte, las cuales para su desarrollo requieren también de este vecino. Si no se aprovecha esta particular ocasión para propender activamente al diálogo se puede terminar con una disminución significativa del aporte boliviano a los puertos chilenos.
En efecto, el macizo fallo ha sido percibido en Bolivia como una tragedia que ha polarizado la política interna, pero también está causando la aceleración de varios proyectos en curso tendientes a terminar con la actual dependencia de los puertos nortinos. Entre ellos destacan el tren bioceánico, el puerto peruano de Ilo como destino privilegiado de la carga boliviana y el desarrollo de puerto Busch, que permitiría abaratar costos para exportar por el Atlántico. Entonces, llegó la hora de la política: reactivar el Comité de Frontera sería un buen comienzo.
Jaime Pinto Kaliski Doctor en Ciencia Política