Bolsonaro evita el frente a frente con Haddad en Brasil
Los dos primeros debates fueron cancelados luego que los médicos del candidato ultraderechista le recomendaran no participar en los eventos.
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Bajo un fuerte dispositivo de seguridad y acompañado de su hijo, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, el candidato presidencial ultraderechista Jair Bolsonaro participó ayer en Río de Janeiro de un evento con la bancada del Partido Social Liberal (PSL) elegida en las elecciones del domingo.
Por medio de interlocutores, Bolsonaro convocó a los legisladores electos del PSL y partidos aliados al acto público en el hotel Windsor, en Barra da Tijuca. La expectativa, según los organizadores, era reunir a cerca de 380 personas. El excapitán de Ejército citó al acto político a pesar de la recomendación médica de evitar un ritmo más acelerado de actividades.
Bolsonaro estuvo disponible para participar en este acto, pese a que el día previo se había anunciado la cancelación de los dos primeros debates fijados entre el candidato ultraderechista y su rival del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad. Los eventos fueron cancelados luego que los médicos del candidato del PSL, quien fue víctima de un ataque con cuchillo en septiembre, recomendaran que no viajara ni participara en los eventos.
El primer debate cara a cara estaba previsto para hoy y el segundo para el lunes, pero los médicos indicaron que solo volverán a examinar esa posibilidad el jueves, 10 días antes de la segunda vuelta.
Ante el anuncio, Haddad señaló que iría “hasta a la enfermería” para debatir con Bolsonaro, pues el petista espera que en el cara a cara logre reducir la diferencia de 16 puntos que lo separan del favorito, según la encuesta Datafolha. “No existe democracia sin debate”, agregó Haddad, mientras algunos analistas especulan que Bolsonaro está utilizando su convalecencia para evitar la confrontación directa con el objetivo de no exponerse a eventuales exabruptos o salidas de tono que lo hagan perder votos.
Según Haddad, es “contradictorio que una persona no pueda debatir y pueda dar entrevistas”, como hace casi a diario Bolsonaro desde su domicilio, pues “una entrevista es un debate con periodistas” y “no queda clara cuál es la diferencia” de cotejar sus ideas con las del otro candidato. “Dijo que no quiere estar bajo estrés. No lo voy a estresar. Hablaré con toda la calma que me sea posible. No alzaré la voz. Ni siquiera lo veré a los ojos si es algo que le preocupa”, comentó el petista.
Evitar la exposición
Bolsonaro había admitido el lunes estar dispuesto a debatir, siempre que contara con el aval de sus médicos. En declaraciones a la radio Jovem Pan, expresó: “Creo que puedo participar, me estoy sintiendo bien”.
Ayer, sin embarhgo, el candidato del PSL reconoció que podría no asistir a los debates con Haddad, y no precisamente por razones médicas: “Existe una posibilidad sí, por estrategia”, señaló en una entrevista colectiva. Asimismo, en una reunión con sus correligionarios, advirtió que había que resguardarse de la prensa. “Hay una parte de los medios que me quiere desgastar”, aseguró.
Bolsonaro estuvo ausente en varios debates televisados durante la primera vuelta. Pero el silencio mediático no perjudicó su desempeño: por el contrario, siguió creciendo en los sondeos y estuvo a solo cuatro puntos de ganar. “Para un candidato que suele tropezar con su propia lengua, la mejor manera de no decir tonterías es mantener la boca cerrada. Esto explica la estrategia de faltar a los debates en la televisión. Dos emisoras ya cancelaron sus encuentros. La decisión beneficia a Bolsonaro, que no necesitará exponerse”, escribió ayer Bernardo Mello Franco, columnista del diario O Globo.
Sin la posibilidad de debatir con Bolsonaro en los próximos días, Haddad se acercó ayer a la Iglesia Católica. El petista visitó la Conferencia Nacional de Obispos, lo que fue interpretado como un acercamiento al electorado católico para contrapesar el fuerte apoyo que el líder de la ultraderecha ha logrado entre las influyentes iglesias evangelistas.
Asimismo, destacó Ansa, Haddad adoptó un discurso más “light” y modificó la estética de sus anuncios donde fue atenuada la imagen de su tutor político Lula a fin de conquistar votos de los electores moderados. Según la agencia, fue modificada la estética de los avisos en los que Lula aparece en un segundo plano más lejano, y el color rojo del PT fue reemplazado por el verde y amarillo de la bandera nacional. ●