La Tercera

Piglia póstumo: publican relatos policiales y archivo llega a Princeton

En sus últimos años el autor argentino, fallecido en 2017, usó un hardware que le permitía escribir con la mirada. Así apuntó el libro Los casos del comisario Croce.

- Javier García

La mayoría de sus libros los escribió a mano y también a máquina, en una Olivetti Lettera 22. Más tarde, llegada la década de 1990, Ricardo Piglia cambió su manera de registrar sus historias, usando una computador­a Macintosh.

“Siempre me interesó saber si los instrument­os técnicos dejaban su marca en la literatura. ¿Qué cambia y cómo?”, se preguntó Piglia, quien aquejado de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófic­a) terminó escribiend­o con la mirada en un programa hardware llamado Tobii.

“En realidad parece una máquina telépata”, anotó el autor argentino fallecido a los 75 años, en enero de 2017, sobre su nueva manera de narrar en Los casos del comisario Croce, libro publicado recién por editorial Anagrama.

El volumen póstumo, compuesto de 12 relatos, tiene como protagonis­ta al comisario Croce, una de las voces centrales de la elogiada novela de Piglia, Blanco nocturno (2010, Premio Rómulo Gallegos).

“Traté de ser fiel a la tradición realista del género policial. En ese sentido, la mayoría de los relatos se basan en hechos reales”, apunta Piglia al cierre del libro. Allí cuenta, en parte, el origen de algunas historias surgidas del ámbito político, social y literario.

Junto con ese título, llega a librerías el volumen de relatos En nuestro tiempo (1925), de Ernest Hemingway, con traducción de Rolando Costa, y un prólogo de Piglia, elaborado también en sus años finales. “No me había movido, no había querido levantarme para encender la lámpara porque temía quebrar el sortilegio de esa prosa. Concluí el libro en plena oscuridad. Cuando por fin me levanté y prendí la luz ya era otro”, anota Piglia sobre esas historias que leyó en su juventud. “Mi experienci­a con este libro me abrió las puertas de la experiment­ación narrativa”, añade.

Misterio y verdad

Desde 2014 enfrentado a la enfermedad degenerati­va del ELA, Piglia estableció un calendario de publicacio­nes y comenzó a trabajar a un ritmo de 12 horas diarias con

la ayuda de su asistente Luisa Fernández y los cuidados de su mujer, Beba Eguía.

Parte de esa labor vio la luz en noviembre pasado, con la edición del tercer volumen de Los diarios de Emilio Renzi, selecciona­dos por él mismo a partir de sus cuadernos. Igualmente, a inicios de este año, se concretó la donación de su archivo a la Firestone Library de la Universida­d de Princeton (EEUU). Allí, donde Piglia fue profesor por casi tres décadas, están sus cuadernos, que van desde 1953 al 2014, notas y borradores (19621997), correspond­encia (1953-2016), expediente­s académicos (1977-2009) y fotografía­s (1959-2010).

El plan de publicacio­nes de Piglia, establecid­o con su agente Guillermo Schavelzon, también considera la aparición, próximamen­te, del libro Teoría de la prosa, fragmentos de un diario y las Conferenci­as sobre Borges que dio en cuatro programas, en la televisión pública Argentina, en 2013.

Hasta ahora la editorial española Anagrama es la que ha publicado la mayoría de sus novedades póstumas. Así ocurre con Los casos del comisario Croce, que demuestra el interés que tenía Piglia por el género policial. En los años 60, por ejemplo, dirigió la Serie Negra de la editorial Tiempo Contemporá­neo, que tradujo para su colección novelas de Raymond Chandler y Dashiell Hammett.

“Estos comisarios del género son siempre un poco ingenuos y fantasmale­s, porque, como decía con razón Borges, en la vida los delitos se resuelven usando la tortura y la delación, mientras que la literatura policial aspira a un mundo donde la justicia se acerque a la verdad”, señala Piglia cuya portada es ilustrada con una fotografía de Henri Cartier-Bresson. Sobre su personaje comenta: “Me gusta el hombre, por su pasado y por el modo imaginativ­o con que afronta los problemas que se le presentan”.

En los últimos dos relatos del ejemplar, La resolución y El método, el narrador destaca las cualidades del comisario. “Sabe leer detalles mínimos y sus observacio­nes son de la exactitud que asombran”, dice y agrega: “Otra gran cualidad de Croce (...) es su posibilida­d de pensar con las categorías de su rival, pensar con la cabeza del asesino, y seguir conceptual­mente sus pasos (mentales)”. Después puntualiza: “Croce es mucho más sofisticad­o en la resolución de cuestiones intrincada­s, precisamen­te porque está mucho más próximo a los orígenes del ser de las cosas. Su mente, al operar mediante analogías metafórica­s, combina intuición poética con exactitud matemática”.

El siglo XX fue para Croce, reflejado en las historias en las que se involucra, y el siglo XXI para los escritores “telépatas”, que apuntan sus creaciones con la mirada. Pero Piglia abre Los casos del comisario Croce con un autor del siglo XIX. Cita un texto de Karl Marx, de 1857, que habla del lugar del delincuent­e en la sociedad, “quien produce, asimismo, toda la policía y la administra­ción de justicia penal (...) y, a su vez, todas estas diferentes ramas de industria, que representa­n otras tantas categorías de la división social del trabajo”. ●

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► Piglia en el Hay Festival de Colombia, en 2014, cuando ya había sido diagnostic­ado de Esclerosis Lateral Amiotrófic­a (ELA).
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ERNEST HEMINGWAY Prólogo de Ricardo Piglia Lumen, 192 págs. $ 13.000
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