“No vamos a aislarnos, ni vamos a dejar que nos aíslen”
Fuad Chahin, presidente de la DC
6-7
El exdiputado salió a defenderse de las críticas internas que hicieron los senadores Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste. Además, respecto del nuevo referente Convergencia Progresista, asegura que “no vamos a aislarnos, ni vamos a dejar que nos aíslen”.
La agenda opositora se vio marcada durante la semana pasada por el anuncio de un nuevo espacio de coordinación política: Convergencia Progresista, que reúne al Partido Socialista, al PPD y al Partido Radical. La DC, en cambio, no participa. El PC tampoco.
Este nuevo bloque provocó molestias en ambos partidos de la exNueva Mayoría y abrió nuevamente en la Democracia Cristiana un flanco de críticas al accionar de la actual directiva, liderada por el exdiputado Fuad Chahin, y su política de alianzas, cuestionamiento que ha tomado fuerza las últimas semanas incluso al interior del partido.
Pero Chahin, pese a haber concretado una reunión privada con los comunistas, sigue firme en su postura.
Ustedes no están incluidos en esta nueva alianza. ¿Esperan ser incorporados a futuro?
Como espacio de diálogo hay que valorarlo. Todos los espacios de diálogo son necesarios, tanto al interior de la oposición como también entre fuerzas políticas que tienen más diferencias. Al país le hace falta más conversación y nosotros hemos estado en eso. Ahora, creo que hubo improvisación, apresuramiento, al tratar de bautizarlo y dar la imagen de que aquí surgía algo nuevo. Los mismos de siempre, con un nuevo nombre, no dan cuenta de algo realmente distinto. Para que nazca algo nuevo el proceso debe ser mucho más profundo, no hay atajos. Como partido tenemos plena conciencia de eso y por eso estamos transitando por el camino largo, el camino de resintonizar las prioridades de la DC con las de la gente.
Al valorar las instancias de diálogo, ¿se evalúa ingresar en este nuevo espacio?
Lo hemos dicho: diálogo permanente, bilateral. Esa es la manera en que nosotros hemos definido que vamos a enfrentar al diálogo. Tenemos plena conciencia de que vamos a buscar alianzas que nos permitan construir mayorías, que en algunos casos van a ser electorales propiamente tal, sobre todo para aquellas elecciones uninominales donde necesitamos ponernos de acuerdo y alianzas políticas programáticas que nos permitan construir una alternativa de gobierno. Pero eso tiene que ser una consecuencia del proceso que está desarrollando la DC, que nosotros esperamos que también desarrollen los demás partidos.
¿Entonces no lo evaluarán en la directiva o en el consejo nacional?
El que las fuerzas de centroizquierda puedan ser una alternativa de gobierno, pasa porque la Democracia Cristiana se fortalezca, recupere electorado y recupere personalidad. Ese es el proceso en el que estamos hoy. Luego vendrá la política de alianzas. Nosotros no vamos a aislarnos, ni vamos a dejar que nos aíslen, tampoco que nos impongan ciertas condiciones. Lo que creemos es que hay que darle consistencia política al discurso de la Democracia Cristiana y renovar los liderazgos. Luego vendrá la política de alianza y en eso ya estamos haciendo análisis que nos permitan tener elementos para poder construir la mejor política de alianza para el partido.
¿Y cuáles son los plazos? Porque se vienen las elecciones de gobernadores y municipales...
Queremos saber si hay disposición a primarias o más bien queremos que las cosas se resuelvan nuevamente en una cocina entre cuatro paredes en Santiago. Para eso no estamos disponibles. Estamos ya trabajando, eso tiene sus plazos y nosotros esperamos que de aquí a fines del próximo año esté totalmente despejado cuál va ser el escenario electoral y la política de alianza al menos para la elección municipal.
La DC tenía una estrategia junto al Partido Radical. ¿Sienten que Carlos Maldonado les dio la espalda al crear esta convergencia con el PS y el PPD?
Hemos tenido un extraordinario trabajo a nivel de bancada con el Partido Radical, creo que en los diagnósticos estamos con muchas coincidencias, pero hay que ser francos, nos sorprendimos con la decisión. Siempre supimos que ellos iban a retomar estas reuniones con los demás partidos, pero sin el Partido Comunista, pero el que pasaran a tener una denominación y una especie de alianza política donde se pretende invitar al resto nos sorprendió. Y lo quiero decir con claridad: la DC es el partido más grande de la oposición, por lo tanto que nadie crea que podemos ser invitados a una coalición y no como una piedra fundamental de la construcción de una nueva alianza de centroizquierda.
¿Están en pausa sus planes con los radicales?
No es que estemos en pausa, lo que ocurre es que es evidente que esta situación, que me parece que fue una situación improvisada, en lugar de generar una convergencia lo que ha hecho es hacer más difícil aquello. El PR sabe perfectamente cuáles son nuestros tiempos y seremos consistentes en eso.
Desde la directiva han sido claros en que no quieren alianzas con el PC, pero los demás partidos de la ex-Nueva Mayoría quieren incluir al PC. Entonces, ¿se transa o se quedan solos?
Es que depende de qué tipo de elección. En las elecciones uninominales, claramente que tenemos que actuar con un nivel de pragmatismo mayor. Hay varios mecanismos como primaria y omisión, pero tenemos que entender que ahí las reglas del juego nos obligan a ponernos de acuerdo. Distinta es la elección de concejales donde nunca hemos ido con el PC. Creo que ni nosotros nos imaginamos una lista de concejales con el PC, ni ellos con nosotros. Aquí hay un falso debate, y creo que es absolutamente inoportuno empezar a adelantarlo hoy porque solo genera confusión.
Y para acuerdos programáticos
o coaliciones políticas, ¿tendrán que ceder?
Para eso se requieren acuerdos mucho más de fondo en torno a principios, primero, y propuestas, después, y en tercer lugar, en torno a conducta política. Esos tres elementos son fundamentales para poder imaginar una coalición a largo plazo. Esa conversación está pendiente y es lo primero que tenemos que hacer una vez que tengamos las definiciones programáticas y las prioridades de cada uno de los partidos, antes de imaginar una nueva coalición.
¿Y es posible un entendimiento en ese escenario con el PC?
El Partido Comunista no es el tema de la Democracia Cristiana.
De todas maneras usted se reunió con su presidente, Guillermo Teillier. ¿Cambiará la estrategia democratacristiana?
En absoluto, del día uno dijimos diálogo con todos. Otra cosa son las políticas de alianzas, que no las vamos a discutir hoy. Así como nos reunimos con Andrés Velasco, por qué no hacerlo con Guillermo Teillier.
¿Qué pudieron sacar en limpio de esa reunión?
Esa reunión fue privada y la voy a mantener en ese carácter.
Tanto el senador Francisco Huenchumilla como la senadora Yasna Provoste hablan de amplias alianzas desde la DC al FA. ¿Esto le quita el piso a la postura de la mesa directiva?
Esta directiva tiene claro que debe dialogar y entenderse con los senadores y diputados, pero las decisiones se toman en la sede del partido, no en el Senado.
Pero ¿cómo les influye como directiva tener gran parte de los senadores con una visión crítica a su gestión?
Yo lo pongo en positivo. Hemos visto una tremenda colaboración de nuestra bancada de diputados y también de gran parte de nuestros senadores. En general he visto disposición. Respecto de las críticas a la conducción, mi invitación es que lo hagan en los órganos internos del partido. Ellos son invitados permanentes como parlamentarios al consejo nacional, las instancias están para poder debatir. Creo que, además, la militancia se pronunció de manera muy categórica y ese es el mandato que vamos a cumplir. Todos tienen el derecho a tener una opinión distinta, a lo que no tienen derecho, creo yo, es a permanentemente tener una actitud hostil con las decisiones que toma el partido a través de sus órganos.
El senador Huenchumilla aseguró que la mesa DC está presa de la lógica del poder por el poder. ¿Cree que eso es algo que se debe mejorar?
A nada le encuentro menos sentido que a eso, porque más bien lo que veo es una ansiedad de algunos de declarar que vamos a estar todos juntos para poder alcanzar el poder sin antes hacer la tarea de para qué. Esa es la tentación que ha resistido esta mesa.
Pareciera que la DC perdió el gallito con el gobierno por la permanencia del subsecretario Luis Castillo. ¿Podría el expresidente Eduardo Frei cambiar este escenario?
El primero en criticar el nombramiento de Luis Castillo en 2010 fue Eduardo Frei Ruiz-Tagle en 2010, y muchos de los que hoy pretenden emplazarlo guardaron silencio en ese momento. No hay que olvidar que el expresidente, al igual que Carmen Frei y los demás hermanos, son víctimas. Me parece no solo improcedente, sino que de muy mal gusto andar emplazando a una víctima.