CONTROVERSIA POR METAS EN JARDINES INFANTILES
Las disímiles cifras sobre este programa de gobierno sugieren avanzar en mayor transparencia y generar más información.
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La semana pasada la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados realizó una sesión especial para aclarar la situación de los jardines infantiles comprometidos por el gobierno anterior, que según declaró la administración actual, no habrían sido terminados según lo estipulado. En la instancia expusieron tanto las actuales autoridades de la materia, como las anteriores.
El año 2014, la entonces presidenta Michelle Bachelet se comprometió con una ambiciosa meta: construir 124 mil nuevos cupos en jardines infantiles y salas cunas. Para ello, en 2015 dispuso un presupuesto de $ 250 mil millones para la JUNJI, 17 veces más que lo presupuestado el año anterior. No obstante, en el camino se vio que la capacidad del aparato público para ejecutar obras de esa magnitud sería muy difícil, si no imposible. Prueba de ello es que en 2015 la meta de 124 mil cupos fue reducida a 94 mil, y que a fin de ese año, apenas se logró ejecutar un 13% del presupuesto contemplado. Lo mismo ocurrió en los años siguientes, de manera que, en 2017, la meta gubernamental se redujo a 70 mil nuevos cupos, un poco más de la mitad del objetivo original.
En marzo de 2018 había 38 mil nuevos cupos en operación (55% de la meta final), mientras que otros 7.847 se encontraban en proceso de recepción, 20 mil en construcción y casi cuatro mil se encontraban con la construcción paralizada. Si bien de acuerdo con lo señalado por la exministra de Educación del gobierno anterior esto último no constituye un incumplimiento, pues en el cronograma presentado por su gobierno siempre se contempló que las obras continuarían en 2018, lo cierto es que independiente de cuál haya sido el plazo final, es claro que hubo una planificación y una expectativa inicial que se incumplió, y una meta que se debió ir reduciendo en el camino.
A la hora de evaluar, lo que realmente debería importar es el aumento en la cobertura, esto es, de los niños asistiendo efectivamente a los nuevos cupos. Sin embargo, la información al respecto no existe; no es posible determinar cuántos cupos fueron utilizados por niños que se encontraban fuera del sistema parvulario y cuántos por niños que provenían de otro establecimiento. Tampoco es posible determinar con exactitud el costo-efectividad de este programa, como asimismo si en lugar de ampliar la cobertura a través de los jardines propios de Junji, hubiese sido más conveniente ampliar la oferta pública conformada por los jardines que funcionan vía transferencia de fondos (VTF). Por alguna razón, la prioridad fue proceder a través de la administración directa de JUNJI, no obstante ésta, tal como determinó una evaluación encargada por Dipres en 2015, carece de un sistema separado de costos y, de acuerdo a las estimaciones realizadas, posee un mayor costo por niño que la oferta que opera vía convenio.
La irregular experiencia de los jardines meta habla de la necesidad de avanzar en mayor transparencia en la administración de este nivel educativo y de generar mayor información no sólo para poder evaluar correctamente los avances, sino también para mejorar la toma de decisiones.