¿RETOMAR EL DIÁLOGO CON BOLIVIA?

SEÑOR DIRECTOR

Esta semana se ha dado conocer que el Presidente de Bolivia, Evo Morales, ha enviado una carta al Presidente Piñera para que ambos Estados retomemos el diálogo post fallo de la Corte Internacional de Justicia en que dicho tribunal ha establecido que Chile no tiene una obligación de negociar un acceso soberano al océano Pacífico en favor de Bolivia.

Habiendo Chile ya reafirmado internacionalmente que las pretensiones de Bolivia sobre una salida soberana al mar han resultado jurídicamente infundadas, claramente se abre una nueva era en las relaciones chileno-bolivianas, las que nuestro país debe comenzar a retomar con cautela, pero a la vez, con la mejor disposición a oír las nuevas

propuestas que Bolivia pueda hacernos para mejorar nuestra deteriorada relación vecinal. Hablo de nuevas propuestas, porque habiéndose ya zanjado en La Haya el tema marítimo, debe Bolivia marcar este antecedente como el hito que pone término, por ahora, a su incansable petición de soberanía marítima, y a su vez, el que marca el inicio del nuevo diálogo que deberá existir entre ambos países.

Lamentablemente, si bien la carta de Morales nos exhorta al diálogo, mantiene su postura sobre solucionar un tema que para ellos parece pendiente, pero que de nuestra parte y según lo ha fallado la CIJ, se encuentra zanjado desde el Tratado de 1904. Creo que es ilusorio pensar que podremos continuar un diálogo fructífero ante la intransigencia de un presidente que más que intentar satisfacer la legítima pretensión de su pueblo, hoy hace esfuerzos desesperados por perpetuarse en el poder.

Confío en la sabiduría del pueblo boliviano y en que sabrán encontrar un nuevo representante que pueda guiar su destino en los próximos años, un líder (o lideresa) que tenga la visión de comenzar a reconstruir desde cero las relaciones con nuestro país.

Quién sabe si algún día la cooperación e integración vecinal que logremos nos lleva a ambos pueblos a decidir compartir no solo nuestras tierras, sino también nuestro mar. Paula Cortés Académica Departamento de Derecho Internacional Facultad de Derecho, Universidad de Chile