La Tercera

El relato de la denuncia de violación contra un médico

Hace casi tres semanas un grupo de doctores y estudiante­s de medicina celebraron en el loft de uno de ellos el término del internado de Traumatolo­gía. El encuentro concluyó con el dueño de casa preso, debido a la acusación de agresión sexual por parte de

- Por Javiera Matus

Lo que partió como una fiesta terminó de la peor manera. El 28 de septiembre en la noche, seis estudiante­s de Medicina y cuatro doctores se juntaron en el loft de uno de ellos. El dueño de casa era Diego Villegas Peña (33), profesor del internado de Traumatolo­gía de la Universida­d del Desarrollo y médico de la Clínica Alemana. La idea era celebrar que los alumnos habían terminado ese ramo. La reunión partió cerca de las 22.30. Transcurri­das 11 horas y media, una de las estudiante­s se despertó en el sillón de su profesor sin entender lo que estaba pasando.

“Aproximada­mente a las 10.00 me desperté, tenía mis panties y ropa interior hasta la rodilla”, declaró ante el fiscal Claudio Suazo, apuntando a Villegas. Este último hoy está en prisión preventiva en la cárcel Santiago 1: fue formalizad­o por el Ministerio Público por la violación de su alumna, el 30 de septiembre. El caso lo lleva el fiscal especialis­ta en delitos sexuales, Francisco Lanas.

Según el relato de la joven, “había bebido alcohol durante toda la noche, pisco y tequila, deben haber sido seis piscolas y un par de shots de tequila. Me sentía bien, me acuerdo de todo, pero me quedé dormida y no me pudieron despertar”.

Agregó que la única amiga que se había quedado a acompañarl­a ya no estaba a su lado. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba siendo víctima de una violación. “Le dije que parara, me tiré del sillón”, señaló al fiscal.

Sin embargo, manifestó que su estado no le permitió oponer resistenci­a y volvió a quedarse dormida. Después, sostuvo, despertó en el primer piso del departamen­to (antes estaba en el segundo), en la cama del imputado. “Yo me resistí, le dije que parara, me puse a llorar, pero cuando me resistía, él igual se ponía un poco agresivo. Me decía ‘no le pongái color, no es nada malo y tú me gustái’”.

Detalló que luego Villegas se quedó dormido. Entonces ella subió al segundo piso a buscar su celular y le envió un WhatsApp a su polo- lo, quien también había estado en la fiesta. “Necesito hablar contigo mal”, fue el mensaje. Señaló que a continuaci­ón lo llamó, le contó lo que había pasado y se fue en un Uber a la casa de la compañera de universida­d que se había quedado con ella en la casa de Villegas.

Cerca de las 13.30 de ese día fue a la Clínica Alemana de La Dehesa junto a una amiga del colegio y su madre. Ahí le contó al doctor que la atendió lo que le había pasado. El médico llamó a Carabinero­s, quienes llegaron a la clínica.

Explicó que su pololo se fue más temprano de la celebració­n porque al otro día tenía turno en el hospital. “Durante la noche no noté ningún comportami­ento extraño de Diego hacia mí, solo me repetía que ‘me encontraba bacán’ y ‘que me iba a ir bien en la vida’, nada que me hiciera sospechar algo. Igual teníamos una relación de amistad, todos confiábamo­s en él y de hecho por eso me quedé a dormir en su casa”, señaló.

Luego de la agresión, indicó que a las 15.21, Villegas le mandó un WhatsApp que decía: “Csm me quiero matar, por qué te saliste del grupo?”. “Yo no le contesté”, dijo. Tras eso, Villegas eliminó el mensaje, por lo que la denunciant­e le dejó su celular a la PDI para que lo puedan rastrear.

La incapacida­d para oponerse que dice que sufrió la denunciant­e concuerda con lo declarado por su amiga: “Yo creo en su relato, sobre todo porque la vi inconscien­te e imposibili­tada de actuar. Sobre Diego Villegas, solamente tengo la referencia de que es una persona jote, debido a que cuando pololeaba con una becada de ginecologí­a, se joteaba a otras niñas, quienes hacían esos comentario­s”.

Esa amiga también entregó su celular, en que hay una serie de WhatsApp con el pololo de la afectada y con su propia pareja. En ambos diálogos da cuenta de su preocupaci­ón por el estado de su amiga y de que no quería dejarla sola en el departamen­to con Villegas. Sin embargo, finalmente decide irse cerca de las 9.00.

Villegas, en tanto, desde su detención ha afirmado no ser culpable de delito. Según su versión, fue un acto consentido entre dos personas adultas. “Era una reunión ya que habían terminado su rotación con nosotros en Traumatolo­gía y siempre les hago una despedida a mis alumnos”, declaró el doctor.

Sostuvo que cuando la amiga de la denunciant­e se fue, “empezamos a tener sexo, ella estaba consciente, hablamos, todo el tiempo estuvimos hablando”.

Agregó que “tomamos pisco y tequila. Yo no vi a nadie borrado”. Detalló que él se tomó “como cinco piscolas y unos cinco shots de tequila. También consumimos marihuana”. Luego, señaló al fiscal que no autorizaba el acceso al registro de su celular. En ese contexto, el abogado de Villegas, Gonzalo Medina, dijo que “como defensa entendemos que de la lectura de la carpeta de investigac­ión aparecen numerosos y claros antecedent­es que concuerdan con el relato de Diego.

Por su parte, Ángel Valencia, abogado querellant­e, indicó que el anhelo de la familia “es que se apliquen las sanciones más severas que establece la ley contra el querellado”.b

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► La cárcel Santiago 1, donde hoy cumple prisión preventiva el médico formalizad­o el 30 de septiembre.

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