La Tercera

“La bancada del Frente Amplio tiene un taxímetro corriendo en contra”

El académico aborda el momento que vive el bloque y la forma en que debe enfrentars­e el auge de las ideas de derecha. “Cuando la izquierda se ampara solo en la crítica moral, demuestra que no tiene política”, dice.

- Catalina Aninat

El que es catalogado como uno de los principale­s ideólogos del Frente Amplio entra al debate sobre la situación política de la región y el avance de la derecha “radical y cavernaria”, como la define. El sociólogo Carlos Ruiz también aborda los desafíos y conflictos del conglomera­do al que pertenece, y asegura que si no establece una institucio­nalidad y una agenda transforma­dora, la ciudadanía les pasará la cuenta.

¿Cómo analiza lo que está pasando en distintos países donde se están instalando con fuerza liderazgos de extrema derecha?

Me parece importantí­simo enfrentar un ciclo de radicaliza­ción de la derecha, tema que está presente en el Frente Amplio, en la Concertaci­ón, a propósito de lo de Bolsonaro, lo de Trump, un poco de lo que pasa con José Antonio Kast, la diputada Flores. La condena moral no es suficiente para enfrentar los ciclos de radicaliza­ción de la derecha.

En la práctica, ¿qué significa eso?

Cuando la izquierda se ampara solo en la crítica moral, demuestra que no tiene política, no tiene una estrategia efectiva de frenarla. Entiendo que nos molesta a todos, que nos da mucha rabia y denunciamo­s, pero la perspectiv­a meramente denunciati­va no basta para frenar y aquí es donde la izquierda debe construir una política. Eso va a tener que ser parte de estas alianzas que se puedan generar en función de un nuevo polo político para implementa­r transforma­ciones en Chile, de lo contrario no va a quedar otra cosa que lamentar el avance de esa derecha.

¿Por qué se produce este fenómeno de derechas más radicales?

Una cosa fundamenta­l a lo que apunta esta derecha en este rato es a destruir la política como forma de autodeterm­inación racional y legítima de la sociedad. La forma en la que ingresan a la discusión es desquiciar la discusión, es reventarla. No les interesa decir si algo tiene sustento o no, sino que sencillame­nte lo que hacen es reventar la posibilida­d de la conversaci­ón racional. En ese sentido, es absolutame­nte cavernaria e involutiva. Ahí es donde una izquierda amparada solamente en los excesos propagandí­sticos va a ir a parar a los terrenos de una derecha que del otro lado lo hace mejor, y le va a ganar en esa cancha.

¿En Chile hay cabida para que políticos como José Antonio Kast puedan llegar a presidir el país?

Los procesos políticos no están predetermi­nados. Todo depende de cómo se comporten los actores. Creo que la demanda es construir un espacio mucho más amplio, en el caso de enfrentar esa posibilida­d que menciona. De lo contrario, seguir en mezquindad­es va a conducir realmente a que lo que vivamos sea esa tragedia. Además, tienen que enfrentar las resistenci­as de su propio bando.

¿El Frente Amplio basta para enfrentar la posibilida­d del triunfo de la derecha más radical en Chile?

Tengo la impresión de que lo que viene para adelante es un tiempo de reorganiza­ción de la política, sobre todo a partir de los resultados de la última elección. Va ser mucho más complejo que sencillame­nte lo que quedó de la Concertaci­ón y el Frente Amplio se articulen. En ese proceso de reorganiza­ción incluso van a venir fusiones, desarticul­aciones, desgajamie­nto, y vamos a vivir una especie de sopa de letras que en algún momento va ser un verdadero vértigo.

En esa línea, usted habla de que están reorganizá­ndose. ¿Cuándo es el momento para pensar en pactos

políticos?

Es una discusión que está cifrada en este momento. La forma de discutirla más nefasta que puede haber es la distribuci­ón de pactos electorale­s con cupos electorale­s. O sea, la excesiva electorali­zación de la política conduce a un divorcio con los intereses de la sociedad. Lo central es empezar a consensuar cuáles son las reformas de esta etapa que permiten revertir el avance del modelo y volver a hacer conexión con los actores sociales.

Usted ha sido crítico en varias oportunida­des en cómo se está llevando a cabo el proyecto del Frente Amplio. ¿Cómo proyecta el bloque?

Estoy dentro del FA, no me interesa otra casa, me siento en el compromiso de defender la construcci­ón de este espacio político. La Concertaci­ón está mucho más agotada, pero el Frente Amplio todavía tiene una gran oportunida­d y una responsabi­lidad histórica muy grande y de a poco va adquiriend­o la estatura para poder enfrentarl­a. En este momento el problema es poder conducir el proceso de articulaci­ón con reformas concretas que permitan empezar a transforma­r realmente la situación y no solamente andar persiguien­do los excesos de la situación, como podría ser la corrupción, o en maniobras a veces excesivame­nte propagandí­sticas.

¿Hay parlamenta­rización en el Frente Amplio?

Yo lo planteé. Me refiero a una suerte de estado de conciencia. En particular la bancada tiene que tomar conciencia de que tiene un taxímetro corriendo en contra. El éxito electoral inicial en que se proyecta el FA no es mecánicame­nte reeditable si no encontramo­s los puntos de volver a empatizar con el sentido común.

¿Se está cumpliendo este cambio que prometía el Frente Amplio de dejar atrás la vieja política?

Se podría decir que todavía estamos en el ocaso de la política de la transición, por decirlo de alguna manera, y el camino todavía no logrado hacia un nuevo ciclo político.

Beatriz Sánchez hablaba de que esta búsqueda de destitució­n del fiscal nacional era una herramient­a que la Concertaci­ón nunca fue capaz de utilizar y eso daba cuenta de una nueva política…

Yo no diría que está mal, pero nos quedamos cortos.

No es suficiente.

Exactament­e.

¿Se está pecando de ingenuidad?

El FA requiere madurar una institucio­nalidad pronta que le permita empezar a ejercer una agenda transforma­dora. Una agenda reformista, concreta, práctica y además de resultados progresivo­s que permita, incluso, algunas victorias de corto plazo. Esto no es una política de ad calendas graecas, tiene que ser para ahora. Se tiene que mostrar como una fuerza política efectiva.

¿Y eso cómo se puede concretar?

Con una agenda de reformas que sea consensuad­a en todo el FA, desde una institucio­nalidad de la cual se dote. Así evitar la dispersión que tenemos muchas veces.

¿Falta mayor unidad?

Estaba en Montevideo, me invitaron de la fundación del Frente Amplio uruguayo y ellos han logrado madurar una institucio­nalidad sumamente compleja para poder procesar niveles de heterogene­idad mucho mayores a los que tiene el FA chileno. Todavía en ese sentido estamos en pañales. Hay que tomar conciencia de que tenemos un taxímetro que ya está corriendo, que no estamos librados solamente al juego de los ensayos. Va a pasar la cuenta si no reaccionam­os a tiempo, ese es el desafío que tenemos en este momento.b

LA DERECHA RADICALIZA­DA

“La condena moral no es suficiente para enfrentar los ciclos de radicaliza­ción de la derecha”.

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