MATRIMONIO IGUALITARIO
SEÑOR DIRECTOR
La relación del actual gobierno con el matrimonio igualitario ha sido ambigua desde el principio. Mientras en algunos momentos, tanto Piñera como miembros de su gabinete han hablado en contra del matrimonio igualitario y recientemente retiraron el tema de las páginas web del gobierno, en otros se han dado señales públicas de tener la voluntad para cumplir con el Acuerdo de Solución Amistosa (ASA), que Chile firmó en 2016 -junto a los peticionariosante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, por falta de acceso al matrimonio civil de parejas del mismo sexo.
Con el ASA, el gobierno se comprometió a impulsar el reconocimiento del matrimonio igualitario e ingresó un proyecto de ley en la materia.
Uno de los conceptos básicos en derecho internacional es que las obliga- ciones que contrae un gobierno basado en tratados internacionales suscritos, no obligan solo al gobierno que suscribe, sino al Estado en su totalidad.
Sería muy fácil desconocer las obligaciones de derecho internacional si cada gobierno pudiese retractarse de los acuerdos contraídos por su predecesor en el cargo, arguyendo que el nuevo gobierno no está de acuerdo con lo firmado.
Una vez Chile firma el ASA, impulsar medidas de avance hacia el matrimonio igualitario ya no es una cuestión de cálculo político. Se trata de un compromiso estatal del que este gobierno no puede ni debe desentenderse.
La ambigüedad ciertamente no es conducente al cumplimiento del ASA, pero lo verdaderamente grave es no ponerle “urgencia” al proyecto de ley presentado por el gobierno anterior y dejarlo a a su suerte en el Congreso, medida que está al alcance del Ejecutivo y que daría la única señal inequívoca de estar cumpliendo con los compromisos suscritos por el Estado en materia de igualdad y no discriminación. Es lo correcto y justo.
Macarena Sáez Torres
Directora Centro de DD. HH. American University Washington College of Law