La Tercera

Sondeo: 50% se opone a la venta de fármacos en supermerca­dos

Encuesta de la U. San Sebastián revela que el 40% de las personas gasta más de $ 50 mil al mes en fármacos y que el 88% apoya eliminar el IVA.

- G. Sandoval y L. Leiva

34 NACIONAL

¿Cuánto gasta de su bolsillo al mes en la compra de medicament­os? Ese fue el primer punto de la encuesta que realizó la Universida­d San Sebastián, y que buscó explicar el acceso que tienen los chilenos a los medicament­os. Y la respuesta de los consultado­s da claras luces sobre la problemáti­ca instalada en el país: el 40% destina más de $ 50 mil al mes, con extremos que llegan a superar los $ 200 mil en cada pago.

“Esa es la raíz del problema que tenemos hoy en día. No hay que ser un genio de finanzas para darse cuenta de que para los chilenos, y en particular los que tienen un ingreso económico limitado, el precio de los medicament­os es una carga muy dura. Además, la pregunta consultó solo por el costo individual, es decir, este crece cuando se amplía a la familia”, explicó el director del Instituto de Políticas Públicas de la U. San Sebastián, Manuel José Irarrázava­l.

En la consulta, que incluyó a 1.360 personas de todo el país, el 28% admitió que ellos mismos o un familiar debieron suspender el tratamient­o indicado por no poder costearlo.

En ese contexto, una importante mayoría del país apoya que el gobierno adopte medidas tendientes a reducir el gasto en fármacos: el 98% respalda que los adultos mayores tengan precios preferenci­ales, un 90% opina que se debe poner precios máximos en medicament­os específico­s, y un 88% opina que se debe eliminar el IVA a estos productos.

“Si bien el gobierno no esta en la línea de fijar precio ni poner bandas de precios, es una realidad que en otros países de la región se ha implementa­do. La gente reconoce al Estado como el regulador y contralor, le exige incluso intervenir para bajar precio a un producto, como los medicament­os u otros”, dice Stephen Jarpa, exdirector del ISP y director de la agencia regulatori­a InHouse.

Junto con ello, los chilenos apuntan a otras medidas que podrían impactar el alto gasto en fármacos. Dento de estas, que la receta médica contenga el nombre del medicament­os genérico bioequival­ente (94%), y que sea obligatori­o para las farmacias ofrecer este tipo de productos certificad­os como alternativ­a a los fármacos de marca (91%). Asimismo, también invocando el rol del Estado, un 89% apoya que el Instituto de Salud Pública pueda importar remedios producidos en el exterior y que estén respaldado­s por agencias internacio­nales.

“Estamos de acuerdo en que se implemente el uso de la Denominaci­ón Común Internacio­nal DCI (de los medicament­os) en la receta y celebramos que la opinión pública lo destaque como algo relevante, porque es bueno por distintos motivos: facilita la identifica­ción de los medicament­os de parte de los usuarios y resguarda la prescripci­ón de la influencia indebida del marketing, además de ser imprescind­ible para permitir la intercambi­abilidad”, dijo Matías Libuy, miembro del Departamen­to de Políticas y Estudios del Colegio Médico.

Sin embargo, no todas las iniciativa­s propuestas –algunas incluidas en la Ley de Medicament­os II que tramita el Congreso– tienen un apoyo contundent­e. Un ejemplo de ello es la indicación del gobierno que permitiría la venta de fármacos en los supermerca­dos, que divide a los chilenos: el 50% se opone a esta medida y el 47% la apoya.

“Yo creo que los chilenos tienen comprensió­n de que probableme­nte no sea una medida muy efectiva, porque lo que se propone es ampliar a supermerca­dos la venta de medicament­os sin receta, que en realidad los encuentras en cualquier parte y son los más baratos. Pero no aplica a los más caros, de marca, que es donde tenemos el mayor problema. Con todo, este es un dato incómodo que entrega la encuesta”, agrega Irarrázava­l.

Al respecto, Jarpa añade que es “interesant­e que la mitad de la gente le “teme” a la venta en otros lugares, y eso es efecto de las campañas de riesgo de la automedica­ción. Es una realidad internacio­nal que algunos productos sí debieran liberarse a venta libre, pero el impacto en el precio será casi nulo. Solo mejorará el acceso y descongest­ionará las farmacias”.

Libuy, por su parte, opina que la propuesta es controvers­ial: “la evidencia internacio­nal no ha demostrado que disminuya los precios y hay estudios que plantean que el vender fuera de farmacias ha elevado los efectos adversos al aumentar la disponibil­idad de algunos medicament­os. No hay seguridad de que no estemos exponiendo a un riesgo a la población”.

La encuesta –que será presentada el lunes en el ex Congreso Nacional– muestra un escaso efecto de la más reciente medida lanzada por el gobierno sobre los medicament­os: el comparador de precio, que el 25% dice desconocer y el 54% admite no haberlo usado nunca.

“La idea conceptual es muy buena, pero no es amistoso el sistema, es engorroso. Yo creo que de transforma­rse en una aplicación a la que las personas pudieran acceder por su teléfono, podría hacer la diferencia. Este es un buen primer paso, pero que necesita mejoras y publicidad”, sostuvo Irarrázava­l. ●

“Para los chilenos, el precio de los medicament­os es una carga muy dura”.

MANUEL JOSÉ IRARRÁZAVA­L U. SAN SEBASTIÁN

“No hay evidencia de que la venta en supermerca­dos disminuya los precios”.

MATÍAS LIBUY COLEGIO MÉDICO

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INFOGRAFÍA: Francisco Solorio • LA TERCERA La medición de la U. San Sebastián consultó a 1.360 chilenos, de todo el país, su opinión sobre el costo, uso y cambios requeridos en el mercado de los fármacos.FUENTE: Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universida­d San Sebastián.
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