“No fue un amor a primera vista”
1 La primera impresión no fue del todo positiva. Uno de mis estudiantes chilenos del doctorado, Luis Cárcamo-Huechante, me la recomendó. Recuerdo haber leído las primeras 150 páginas y no estar del todo enganchado. No fue, digamos, un amor a primera vista. Luego la dejé en un avión y no continué la lectura. Un par de años después volví a intentarlo, y esta vez la leí fascinado de un tirón.
2 La novela fue parte de un renovado interés por la vanguardia, por sus prácticas y proyectos, parte de una relectura a partir de un momento en que el mercado ha cooptado todo y no es posible estar afuera del sistema. Bolaño habla del sueño de unir vida y arte y de cómo acabó ese proyecto, y a partir del ejemplo de la vanguardia nos hace pensar en las difíciles preguntas para el artista en nuestro momento neoliberal, en su relación con su arte y en cómo ese arte debe enfrentarse a la política y al mercado.
3 Si lees a los escritores de las nuevas generaciones te encuentras con Los detectives salvajes en todas partes. Está, por dar un par de ejemplos, en la obra del peruano Diego Trelles y de la ecuatoriana Mónica Ojeda. Lo más interesante es que las novelas que escriben no se parecen nada entre ellas; es decir, hay muchas pistas a seguir, hay un bosque donde perderse, no es solo una la pieza que salen tocando quienes entran a dialogar con Los detectives salvajes.