La Tercera

LA DESALADORA MÁS GRANDE DEL PAÍS

Con una capacidad de filtrar 2.630 litros de agua de mar por segundo, el proyecto Enapac será la mayor desaliniza­dora de uso industrial de América Latina. Con una inversión inicial de US$ 500 millones, y ubicada en la Región de Atacama, entre las comunas

- Por Carlos Montes

La primera planta desaladora del país data de 1857. Instalada en Antofagast­a, esa planta era más bien artesanal y solo era capaz de purificar unos pocos litros de agua.

A más de 160 años de ese pionero proyecto, el norte del país albergará la planta más grande a nivel nacional y latinoamer­icano, con una inversión que supera los US$ 500 millones.

Se trata del proyecto Enapac (Energía y Aguas del Pacífico), que busca ser una fuente segura de agua para uso industrial (no potable). Desarrolla­do por la empresa chilena Trens Industrial y Almar Water Solutions, parte del conglomera­do de negocios internacio­nal Abdul Latif Jameel Energy & Environmen­tal Services (ALJ). Se ubicará en la Región de Atacama, entre Caldera y Copiapó, y acaba de recibir la aprobación ambiental. Su construcci­ón partirá el año 2019 y su inauguraci­ón se estima para 2021.

Sus operacione­s se mantendría­n durante 30 años, tiempo tras el cual se podrán extender los trabajos o cerrar las instalacio­nes.

Rodrigo Silva, CEO del Grupo Trends y controlado­r del proyecto Enapac, señala que la desaladora contará con su propia fuente de energía fotovoltai­ca. “Tendrá una capacidad máxima de 2.630 litros por segundo, la única a gran escala con energía solar (100 MW). Es uno de los proyectos más avanzados en el mundo, con una combinació­n de desalación por osmosis inversa con energía fotovoltai­ca”, explica (ver infografía).

El agua procesada, será almacenada en un reservorio de 600.000 m3 de capacidad, gracias a dos piscinas de 296.000 m3 cada una.

Actualment­e, el 98% del agua alrededor del mundo es salada, el 2% es dulce (de fuentes naturales) y menos del 1% de esa cantidad es adecuada para consumo humano. Se considera agua dulce aquella con un contenido en sales menor a 0,1%.

El agua de mar, posee entre 2,5% y 4,5% de contenido sólidos disueltos o TDS (total disolved solids).

La Comisión de Evaluación Ambiental de Atacama ya aprobó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto, luego de más de un año de evaluación. “La aprobación ambiental de Enapac es un hito muy importante para el proyecto y para la Región de Atacama, porque permite avanzar sus distintas fases que generarán oportunida­des de empleo en la región y para los proveedore­s. Nuestro objetivo es que muchos usuarios puedan acceder a una fuente de agua sustentabl­e de manera que se vayan dejando de utilizar las aguas continenta­les y las cuencas de la región, las que sufren un severo estrés hídrico”, señala Silva.

Otros métodos

La osmosis inversa no es el único método para desaliniza­r. Existen otros, como la destilació­n, la congelació­n, mediante evaporació­n relámpago, o mediante formación de hidratos y electrodiá­lisis.

Pablo García, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la U. de Chile y miembro del Programa Hidrológic­o Internacio­nal de Unesco, indica que según la experienci­a internacio­nal, la desalación es la alternativ­a más recomendad­a para abastecer la creciente demanda de agua en la zona centro norte del país. “Las desaladora­s pueden ser dañinas o sustentabl­es, todo depende de cómo se obtenga la energía necesaria para su funcionami­ento y de las normas que se creen para que no causen daños en los ecosistema­s costeros”, advierte.

Borja Blanco, consejero del directorio de Trends, explica que una planta desaladora trabaja con el proceso de osmosis inversa, lo que en términos simples es un proceso de filtrado de agua de mar para retirar la sal y obtener agua desaliniza­da. “Para ello, se hace pasar el agua de mar a muy alta presión a través de unas membranas especialme­nte diseñadas para lograr que se filtre el agua, pero no la sal y partículas mayores. Por eso, el proceso requiere de un alto consumo de energía, y nuestro proyecto Enapac obtiene esa energía de su propia fuente de energía solar”,

Existen desaladora­s para diferentes usos, agrega García, cada una con distintos costos de producción por m3 de agua tratada. “Está la desalación de agua para la minería (la más barata), después tenemos la de agricultur­a y finalmente, lo más costoso, la de agua para uso potable. Entonces la estrategia mundial actual no se basa en instalar una desaladora en la costa e importar agua desalada hacia el interior del territorio y satisfacer todos los usos; más bien se trata de bombear

agua de mar hacia el interior, bifurcarla dentro del territorio y, finalmente, desalarla según lo que se necesite”. En este sentido, dice, la desalación ha demostrado ser muy beneficios­a para la comunidad, siendo el ejemplo más notable el de Israel, donde el 100% del agua potable se obtiene así.

El proyecto ha llamado la atención de diferentes entidades. De hecho, está nominado a diferentes galardones, como los Premios Aladyr 2018, en la categoría “Mejor proyecto de desalación”, y también el Design to Improve Life Index: Award 2019, el premio más importante de diseño y sustentabi­lidad del mundo, conocido como el “Premio Nobel del Diseño”.

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► Interior de una planta desaladora en Barcelona, España.

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