Protección de datos
EMarcelo Drago l uso a gran escala de datos personales está revolucionando la matriz productiva a nivel global. El tratamiento de nuestros datos constituye uno de los elementos centrales de la “Economía Digital”, que opera a través de plataformas virtuales, aplicaciones móviles y servicios de cloud computing, entre otros. Pero ahora se conecta con lo físico, autos autónomos, medicina remota, internet de las cosas. ¿Cuál debe ser su regulación y los estándares aplicables a la protección de los datos personales? Entre otros, estos son los temas que discutimos en la 40ª Conferencia Internacional de Privacidad y Protección de Datos Personales, que se desarrolló hace unos días en Bruselas.
La cuarta revolución industrial requiere un entorno tecnológico y un marco regulatorio que esté a la altura del desafío, asegurando la debida protección de los datos de las personas. Dado el carácter global de los modelos de negocios digitales, la integración a los nuevos mercados requiere de reglas compartidas y sujeción a estándares internacionales comunes. La ausencia de estos estándares constituye una seria barrera de entrada a los mayores mercados digitales para nuestra economía.
Chile no puede quedar fuera de las enormes oportunidades que ofrece la Economía Digital. Necesitamos legislar con urgencia para que, junto con proteger nuestros datos personales, potenciemos nuestra inserción comercial y el desarrollo de nuevas industrias que redibujen nuestra economía. El foco debiese estar en estándares de clase mundial, como el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR) y el Convenio 108+ del Consejo de Europa.
Por ello, debemos mirar con atención lo realizado por Japón, economía de APEC que –junto con renegociar su tratado con la UE– consideró la adecuación de sus normas de protección de datos a las europeas y armonizó sus estándares a dicha legislación. Ese es un camino que podemos transitar en el marco de la negociación en curso para modernizar nuestro acuerdo con la UE.
El proyecto de ley, actualmente en tramitación en el Congreso, corregirá los déficits de nuestro país. La futura ley y la nueva autoridad garante de protección de datos nos permitirá gozar del reconocimiento de país adecuado para el libre flujo internacional de datos, elemento esencial de la nueva economía. Pero requiere sentido de urgencia y prioridad, entendiendo que lo que está en juego es potencial desarrollo económico y el respeto de los derechos de las personas.