Amenazas para el mundo actual
El mundo actual es global e interconectado como nunca lo fue. Su funcionamiento depende de complejas redes de telecomunicaciones, transporte, comercio y satélites, de internet, crecientemente de la inteligencia artificial. Desde el siglo 20, las guerras son mundiales y catastróficas y la capacidad de las armas aumenta. Existe un debate permanente en los foros mundiales más serios, lo que no incluye a la ONU, sobre las principales amenazas para el mundo como un todo.
El cambio climático es indicado como el principal, y aparentemente es un tema que se nos fue de las manos. Eso se deduce sin mayores dificul- tades del informe de 91 expertos mundiales (Ipcc). Estamos presenciando cada día situaciones extremas y devastadoras como huracanes, sequías, tifones, inundaciones, incendios monumentales. Es bastante probable que tengamos problemas de agua y alimentos, así como colapsos de biodiversidad.
En segundo lugar está la tan temida guerra nuclear. Corea del Norte juega con el tema cada vez que se le antoja, hay posibilidades en Pakistán y conflictos cercanos, por cierto en el Medio Oriente, dependiendo de qué ocurra en Irán. El tercer lugar lo ocupa el terrorismo biológico y cibernético o posibles ataques a grandes ciudades, en la era de los grandes fraudes.
De aquí en adelante hay menos consenso sobre el orden, pero sí de los peligros. En ese plano, la inteligencia artificial empieza a abrir debates que es mejor iniciar. Esto es una realidad, ya ha ocurrido, y sólo se seguirá desarrollando a una velocidad impresionante. Algunos hablan de guerras frías tecnológicas como un posible escenario. Las grandes migraciones y estados fallidos es otro tema fundamental y que ya se manifiesta en la actualidad.
En cuestión de meses han llegado a nuestro país probablemente más de un millón de inmigrantes. Hablamos de una cifra cercana al 6 o 7% de la población, que si bien es probable que sea muy beneficioso en el largo plazo, llegan sin ninguna planificación o preparación. Los conflictos emergerán nos guste o no.
En otro plano está el alarmante avance de las enfermedades crónicas, que no es más que una crisis terminal de los sistemas de salud tradicionales. Es más, muchos expertos creen que la forma de tratar las enfermedades agudas es la que las transforma en crónicas, para lo cual por ahora no hay respuestas claras.
China se ha posicionado como un actor global determinante. Su crecimiento afecta al mundo, pero sus cifras son una incógnita. China tiene un sistema político único, que combina una dictadura con libertad económica. Una crisis política en ese país puede tener efectos inconmensurables para el resto del mundo, que va a la par del peligro del renacimiento de los proteccionismos y nacionalismos obsoletos e inviables.
Un tema no menor es el envejecimiento de la población mundial, un fenómeno complejo. También hay temor de un nuevo reventón de la economía, que es cada día más virtual y de lo que se entiende muy poco. Las escuelas de economía siguen siendo muy tradicionales para entender estos temas. El mundo se prepara para una fusión de la nanotecnología, la biotecnología y la inteligencia artificial que amenazan con crear nuevas entidades autorreplicables, como lo anticipa la ciencia ficción que ha sido muy asertiva en sus predicciones, aunque no en los tiempos en que ocurren.
Por cierto hay otro tipo de problemas como el posible impacto de asteroides, todo lo que tiene que ver con extraterrestres, o el cambio de la polaridad magnética, que no dependen del ser humano. Pero de aquello que depende de nosotros, es mejor ocuparse ya, y eso hace una clase política seria, que no parece ser la nuestra.