Las batallas clave que definirán el perfil del nuevo Congreso de EE.UU.
La reforma al sistema de salud, las políticas de inmigración y los presupuestos están en el horizonte. Trump, además, tendrá que ver si su plan para levantar el muro en la frontera es factible con el nuevo Legislativo.
Si los primeros dos años de Donald Trump dieron espacio a polémicas inéditas y disputas que llevaron a una nueva dimensión los límites de la política estadounidense, el Congreso que se constituirá en enero –y que será con el que tendrá que interactuar el mandatario en la segunda parte de su mandato- tiene desde ya una serie de batallas decisivas en su horizonte.
Tanto demócratas como republicanos se medirán en un Legislativo polarizado y en el cual cada sector intentará validarse con sus partidarios, con el impredecible mandatario como eje central de todas las discusiones.
* Obamacare en la mira
Es algo que el liderazgo republicano tiene en la mira desde hace casi una década. La reforma al sistema de salud aprobada en 2010 por Barack Obama –conocida como “Obamacare”- ha sido cuestionada desde su génesis. De hecho, Trump impulsó en 2017 un esfuerzo para hacer un cambio radical que no tuvo éxito por el voto en contra del senador republicano John McCain.
El problema que enfrentan los republicanos es que en sus propias filas hay dudas. En algunos estados existe una alta valoración de las reformas de Obama, lo que podría tener costos para los legisladores. Sin embargo, resultaría complejo que Trump no genere un intento de cumplir con una de las grandes promesas.
* El rol de la inmigración
Lo usó en la recta final de la campaña parlamentaria, con videos que fueron calificados como racistas por la prensa estadounidense. Y Donald Trump seguirá insistiendo con el tema migratorio, un punto que su base electoral considera crucial y que tiene múltiples ramificaciones. Por ejemplo, el Presidente tendrá que ver qué rol juega el Congreso en su anunciado plan de poner un muro en la frontera con México, en tramitar legislación vinculada a la situación de los inmigrantes ilegales que hoy viven en Estados Unidos y qué postura se adoptará en relación con quienes buscan refugio desde países como Venezuela o Irán. Si bien algunos temas se podrían resolver a través de órdenes ejecutivas –equivalentes a los decretos presidenciales chilenos-, sin pasar por el Parlamento, el liderazgo demócrata intentará plantar cara a cualquier arremetida.
* El debate presupuestario
En medio de una economía próspera y con bajos niveles de desempleo (3,7%), un punto en que los analistas coinciden es que Trump buscará nuevas reformas que bajen las tasas impositivas. ¿El problema? Al mismo tiempo, el déficit de EE.UU. ha seguido creciendo, y los republicanos apuntan a cortar financiamiento a una serie de iniciativas y programas para estabilizar esa situación. Por su parte, los demócratas insisten en que las medidas del gobierno sólo buscan favorecer a los más ricos, entre ellos el propio Trump. Una pelea que puede tener su apogeo en la disputa para aprobar el presupuesto que permite el funcionamiento del sector público estadounidense.
* ¿Habrá juicio político?
El análisis parte de un dato objetivo: además de la aprobación de un juicio político por parte de la Cámara de Representantes, se necesitan dos tercios del Senado para que el Presidente sea destituido. Por eso, pensar en que Trump vea amenazada su permanencia en la Casa Blanca es una posición poco realista, al menos en el escenario actual. Sin embargo, muchos de los candidatos demócratas –en especial aquellos que competían por la Cámara Baja- levantaron el punto como un deber moral del partido, más allá de si les conviene o no políticamente. Considerando que todas las previsiones apuntan a que el fiscal especial designado para la “trama rusa”, Robert Mueller, dará a conocer una serie de acciones después de los comicios de medio término, la posibilidad de un juicio al mandatario sí es real, aunque los demócratas deberán sopesar el costo de convertir nuevamente a la política en un plebiscito sobre Donald Trump.