Levantar La Araucanía es tarea de todos
Más de dos millones de personas en Chile se consideran pertenecientes a algún pueblo originario, según el Censo 2017, siendo Arica la comuna con el mayor número. Es parte de los datos que seguramente sorprenden en relación a la distribución de nuestro país; en relación a nuestros pueblos indígenas. Es parte, seguramente, de las sorpresas que nos llevaríamos si averiguamos las enormes necesidades que hoy tienen.
Claramente, su situación es deficitaria en todo Chile. Sólo como ejemplo, en Malleco, una de cada tres personas mapuche es pobre; y 10% entra en la pobreza extrema; mientras en Parinacota, más de la mitad de la población originaria no tiene servicios básicos, tan “básicos” como agua y baño.
Un millón de personas pertenecientes a pueblos indígenas están en el 40% de menores ingresos. Y el mayor número de habitantes del grupo vulnerable está en La Araucanía, una región que -pese a su tremenda riqueza en gente y paisajes- lidera todos los índices de pobreza del país.
Por eso, es necesario que tanto el mundo público como privado se unan para realizar trabajos que levanten a la IX región. Estamos empeñados en que esos 255.000 mapuches que han tenido menos oportunidades salgan adelante. Hay que sentarse a conversar con los actores principales, dar soluciones a los problemas urgentes y lograr que la sociedad civil se sume a los proyectos para saldar una deuda pendiente que viene arrastrándose hace mucho tiempo.
La clave del cambio nace de las comunidades y tras un trabajo colaborativo. Ellas son las principales gestoras de lo que se quiere lograr en La Araucanía: disminuir los actuales índices de pobreza multidimensional. Creo que luego de sentarse con ellas, entender cómo salir adelante y posteriormente mostrar resultados exitosos, debe nacer la idea de replicar esos pilotos en el resto de las comunidades necesitadas del país.
Es momento de generar alianzas; que políticos, mapuches y las diversas etnias, organizaciones sin fines de lucro y el país se unan. Es momento de convocar. Porque Chile somos todos y esta es una tremenda oportunidad para tender puentes, que no podemos desaprovechar. Con compatriotas viviendo esta realidad, no nos podemos dormir. Hablamos de quienes construyeron nuestra historia, quienes han sido determinantes en el desarrollo de nuestro país. Hablamos de quienes por cientos de años han cuidado nuestra nación, convirtiéndola -en parte importante- en quienes somos hoy. A ellos, no les podemos dar la espalda.