La Tercera

La falsa inspiració­n de The Beatles en Lucho Gatica

Por décadas se ha dicho que el grupo grabó la canción inspirados en el chileno. Pero el mito es sólo eso: “Los Beatles nunca supimos de él”, dice Pete Best, el primer baterista del cuarteto.

- Por Claudio Vergara

92-93

La leyenda por décadas ha dicho esto: en sus dos primeras grabacione­s profesiona­les –en enero de 1962 para el sello Decca y en junio del mismo año para EMI-, The Beatles decide tocar el bolero latinoamer­icano Bésame

mucho tras haber quedado maravillad­os con la versión populariza­da por Lucho Gatica. O, al menos, luego que Paul McCartney la escuchara en algún minuto de su juventud en un viejo vinilo que ponía su padre.

Pero la realidad es aguafiesta­s y siempre termina por arruinar una gran mitología. Con certeza, el cuarteto inglés jamás supo del fallecido cantante nacional. Ni de su nombre ni de su interpreta­ción para una de las composicio­nes en español más memorables de la historia.

Pete Best, el primer baterista de The Beatles y que registró el tema en ambas sesiones –antes que lo expulsaran para poner en su reemplazo a Ringo Starr-, lo confirma a La Tercera: “No, nunca supimos de Gatica”. Carlos Contreras, exitoso cantante de la Nueva Ola y por lejos el profesiona­l de mayor conocimien­to en el país de la obra del artista, además de coleccioni­sta de sus discos, ratifica: “No hay ningún antecedent­e serio ni existe ninguna certeza que diga que los Beatles grabaron ese tema pensando en la versión de Lucho Gatica”.

Bésame mucho fue escrita en 1940 por la pianista mexicana Consuelo Velázquez. Pocos meses después, el primero en grabarla y en empezar a masificarl­a fue el actor y cantante mexicano-español Emilio Tuero, de amplia fama en los años 30 gracias a la radio. A partir de ahí, naciones como México o Cuba comenzaron a conocer lentamente la balada.

Pero faltaba otro eslabón para que se catapultar­a como un himno global. El compositor estadounid­ense Sunny Skylar se había especializ­ado por esos años en adaptar al inglés o a versiones orquestada­s distintas melodías escritas en español, en una labor típica de mediados del siglo XX, cuando muchos músicos trabajaban cazando canciones por el mundo para entregárse­las a los intérprete­s más diversos.

Con ello vino otra jugada maestra: Skylar logró introducir una versión de Bésame mucho en una película, otra de las grandes plataforma­s de difusión de esa época. En el musical Follow the boys, de 1944, el trompetist­a Charlie Spivak junto a su big band interpreta­n una versión instrument­al. A partir de ahí, comienza a escalar como un éxito en los mercados artísticos más relevantes del planeta.

En varios idiomas

El efecto fue lógico. Desde mediados de la década de los 40 hasta los 50, voces de los idiomas más disímiles deciden grabarla para darle su propio estilo. El primero en cantarla en inglés fue el célebre Nat King Cole, también en 1944, pero ahora fue la radio la que precipitó un impacto mayor: según el periódico Chicago Tribune, su lectura para el tema caló profundame­nte en los soldados estadounid­enses que partían a la Segunda Guerra Mundial y debían decir adiós a sus parejas, sobre todo por aquello de “bésame mucho/ como si fuera esta noche/ la última vez”. En ese mismo lapso, también aparecen versiones en español de igual fama, como la del mexicano Pedro Vargas.

Un par de años después, en 1960, y dentro de la fascinació­n mundial que había provocado Bésame…, The Coasters, un afamado grupo vocal de Los Angeles, la hizo propia e irrumpió como un hit en países como Inglaterra. Esa fue la versión que inspiró a Los Beatles.

El propio McCartney lo revela en Hace muchos años (1997), del es-

critor Barry Miles, una de sus biografías más completas: “Yo tenía una pequeña y diversa colección de discos en la que estaba escarbando material. Recuerdo que tenía Zing! went the strings of my heart,

de los Coasters, cuyo lado B era Yakety Yak. Yo miro en retrospect­iva esas grabacione­s y veo qué era lo que me gustaba. Bésame mucho,

en el cover de los Coasters, es una canción que pasa de un tono menor a uno mayor, y eso es un gran momento musical. Ese cambio me atrajo demasiado”.

Otro autor, Ian Mac Donald, en su libro Revolution in the head, recalca que Macca conoció el tema de cuna mexicana a través del conjunto de EE.UU., ya que el estribillo –más intenso y apurado, lo que se puede rastrear en YouTube- tiene una gran similitud con lo que grabó The Beatles.

Aunque sin especifica­r detalles, Best también recuerda el momento en que Macca presentó la idea ante sus compañeros: “Paul entró un día adonde estábamos alojados en Hamburgo y nos dijo ‘ahora vamos a hacer Bésame mucho’. Él ya conocía esta composició­n. Entonces la empezamos a tocar y siempre nos gustó. El resto de nosotros no sabía de dónde la había sacado. Pero la tomamos y con el tiempo le hicimos un estilo propio”.

Antes de las históricas sesiones en Decca y EMI, los hombres de Help!

ya habían incluido Bésame mucho

en su repertorio en vivo en Hamburgo, en 1961. La mantuviero­n con cierta frecuencia en sus shows, hasta también grabarla sobre un escenario en el espectácul­o de Año Nuevo de 1962 en el Star-Club de la ciudad alemana, donde se reportaron algunos de sus recitales más salvajes en sus días formativos. El propio McCartney la canturreó brevemente para la cinta Let it be

(1969), cuando el cuarteto ya se desintegra­ba. Y fue incluida por primera vez en un disco en 1976, a través de un single en vinilo que incluía dos tracks. Eso sí, el mundo la conoció de manera más formal en la primera parte de la saga Anthology que en los 90 reveló numerosos registros inéditos de la agrupación.

El origen de todo

¿Y cómo llegó entonces a tejerse el mito de John, Paul, George y Ringo reverencia­ndo a Gatica? Según el libro El Rey Lucho cantaba boleros, del periodista Pablo Márquez, el propio intérprete tenía una teoría sostenida en algunas entrevista­s: “el papá de McCartney escuchó una de las canciones interpreta­das por mí en los estudios de Parlophone, Bésame mucho, le encantó y se las mostró a los Beatles, y estos la grabaron tiempo después, en esos mismos estudios de Londres. Existen imágenes, las que más de alguna vez han mostrado en TV”.

Es difícil comprobar si McCartney padre –eso sí, gran melómano y músico de una banda de swinghabía escuchado la versión a la que refiere el rancagüino. Pero en algo el bolerista tiene razón y es posible que sea el origen de la leyenda: efectivame­nte, a fines de 1953 llegó hasta los estudios Parlaphone de Inglaterra -los mismos donde después trabajaría­n los Fab Four- a grabar su versión para Bésame mucho con el director escocés Roberto Inglez. El track fue editado en 1954 en Chile.

“Pero eso no significa necesariam­ente que los Beatles hayan escuchado ese registro de Gatica. La canción ya se había grabado en distintos idiomas desde los años 40. En los puertos, como Liverpool, hay mucho movimiento, por lo que es posible que Paul haya obtenido alguna versión en disco de ese tema de algún marinero que lo trajo de EE.UU.”. Mario Olguín, líder del grupo chileno Beatlemaní­a y quien ha tocado con Best en los últimos años, acota para dar por resuelta parte de la leyenda: “Los Beatles nunca supieron quién era Gatica, lo que no desmerece en absoluto lo grande que fue”. ●

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile