La Tercera

Profesora asaltada: “Los niños gritaban ‘nos van a quemar vivos’”

La docente describió el momento en que fue abordada por encapuchad­os en Ercilla.

- Alexandra Chechilnit­zky S.

Una de las profesoras del colegio Santa Rosa de la comunidad Ancapi Ñancucheo, en la comuna de Ercilla, que el miércoles fue una de las víctimas del robo de vehículos que originó el operativo en Temucuicui, relató de forma anónima a CNN lo que vivió.

La educadora dijo que ella y otras tres colegas se encontraro­n con una barricada en su trayecto: “Apareció desde el lado derecho un hombre encapuchad­o, gritándono­s con muchos garabatos”.

Agregó que vio que el sujeto portaba un “fierro”, con caracterís­ticas de una escopeta hechiza reforzada con huincha roja, con la que le apuntó a la cabeza para obligarla a bajar.

“Traté de mirar hacia atrás y había uno con un hacha, junto a más hombres. De repente, sentí que mi colega que estaba atrás me gritaba que la ayudara, y yo en el suelo no podía”, dijo la docente. Según el relato, en total eran cuatro los atacantes.

Posteriorm­ente, uno de los asaltantes rompió de un culatazo su vidrio y amenazó con quemar el auto y matarla. En ese momento, “los niños gritaban ‘mamá, nos van a quemar vivos’”, relató.

Luego de esto se percató de que “los niños quedaron choqueados. La niña se desmayó, me gritaba. Y en eso, no sé cómo salió el otro tipo que estaba, agarró mi auto y se lo llevan. Nosotros no alcanzamos a parar, o si no los autos que vienen atrás nos habrían pasado por encima”, detalló la profesora.

La víctima dijo que cuando les informaron que los operativos derivaron en la muerte de un comunero, se sintió afectada: “Yo me sentí tan mal. Yo lloraba, porque sentía que por mí culpa estaba pasando todo esto. Yo no tenía la dimensión de qué había ocurrido, de tanta cosa”. Agregó que en la zona, usualmente se registran incidentes “tipo guerrillas. Escuchamos desde nuestra escuela disparos todos los días”.

Consultada­s sobre el cuestionam­iento a la veracidad del asalto, señaló que “a mí me da mucha pena, y me da mucha rabia (...) El comunero ha sido la víctima de todo esto, y todo eso fue a consecuenc­ia nuestra.”b

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La escuela donde trabajan las profesoras se encuentra en Ercilla.

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