La Tercera

¿A quién le creemos?

- Por Luis Larraín Director ejecutivo de Libertad y Desarrollo.

El comunero de Temucuicui Camilo Catrillanc­a murió al interior de su comunidad de un tiro en la cabeza, disparado por Carabinero­s. El incidente se produjo en medio de una persecució­n que Carabinero­s hacía de tres sujetos armados que robaron tres vehículos de profesoras de una escuela de la comuna de Ercilla. Una de ellas era acompañada por una niña y un niño de 9 años de edad.

Un helicópter­o de Carabinero­s, alertado de los hechos, avistó a los tres autos al interior de la comunidad de Temucuicui y los vehículos policiales que los persiguier­on recibieron, según la policía, disparos de armas de fuego y debieron enfrentar barricadas de árboles en el camino, a lo que respondier­on disparando. Según Jorge Huenchullá­n, werkén de Temucuicui, el comunero fallecido manejaba un tractor e iba a trabajar al campo cuando le dispararon.

La muerte de Catrillanc­a provocó la inmediata reacción de diversos personeros que criticaron la acción de Carabinero­s y han desarrolla­do acciones violentas en la zona y en Santiago. Algunos políticos, por supuesto Gabriel Boric, pero también Giorgio Jackson y otros, avalan la tesis de Huenchullá­n de que el comunero fallecido no participab­a de ninguna acción delictual. Basan su reacción en que Carabinero­s habría perdido credibilid­ad después de la Operación Huracán, donde se comprobó que falsificar­on pruebas para inculpar a comuneros mapuches de acciones delictuale­s.

Tan rápida reacción es cuestionab­le, porque luego de la Operación Huracán por supuesto que los oficiales de Carabinero­s que participar­on en esos hechos ya no están ejerciendo funciones en La Araucanía. Como dijo un ex director de La Tercera, aquí se ponen a prueba dos puntos clave: si el gobierno controla las labores de Carabinero­s y no tolera ilegalidad­es en su actuar como el gobierno anterior y si el actual Alto Mando de la institució­n encubre delitos con montajes como lo hicieron sus antecesore­s.

Más responsabl­e ha sido la reacción del gobierno, que a través del vicepresid­ente, Andrés Chadwick, ha pedido al organismo competente, la Fiscalía Regional, que designe un Fiscal con dedicación exclusiva, sin “casarse” con alguna tesis acerca de la muerte de Catrillanc­a, más allá de señalar que ella ocurrió en el contexto de un acto delictual.

Está en juego la credibilid­ad de Carabinero­s y es importante que ello se aclare pronto. No colabora a ello que la Fiscalía, desoyendo la petición del gobierno, haya designado a fiscales distintos para investigar el robo de autos y la muerte de Camilo Catrillanc­a. Se duplicarán las diligencia­s e interrogat­orios y ello dilatará las resolucion­es. La Fiscalía Regional debiera aclarar por qué tomó esa decisión y si contempla –si conducen a ello las investigac­iones– reunir los dos hechos en una misma causa, lo que agilizará la solución.

Pero si la credibilid­ad de Carabinero­s está en entredicho, ¿qué podemos decir de Temucuicui? Es la comunidad más violenta de La Araucanía y hay muchos antecedent­es que lo avalan. En la huelga de hambre del año 2010 fue la última organizaci­ón mapuche en abandonarl­a, luego de que todas las demás llegaron a acuerdo con el gobierno. En el último Censo, se negaron a ser censados e impidieron el paso de los encuestado­res arguyendo que eran un territorio libre. Varios de sus integrante­s han sido formalizad­os por actividade­s ilegales, entre las que se encuentra la receptació­n de autos robados; otros, por tráfico de marihuana y robo de madera. Recordemos que toda organizaci­ón terrorista requiere para financiars­e actividade­s (generalmen­te ilegales) que les generen recursos, y esa parece ser la práctica de Temucuicui según estos antecedent­es. En cualquier país civilizado, disparar contra la policía es fuertement­e reprimido. No podemos tolerar territorio­s en que no impere un Estado de derecho.

Es extraño que miembros de la oposición, no ya el Frente Amplio sino sectores más reflexivos, no hayan esperado antes de empezar a atacar a Carabinero­s y al gobierno. Se ha anunciado la interpelac­ión a Andrés Chadwick, se pide la salida del intendente Mayol y los más extremos incluso la de Chadwick. ¿Por qué no dejar que las institucio­nes funcionen y la Fiscalía haga su trabajo? La tentación de ocupar estos hechos para atacar al gobierno y su Plan Impulso Araucanía es grande, pero un político con sentido de Estado debiera ser más cauteloso.

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