LEY DE CONVIVENCIA VIAL
SEÑOR DIRECTOR
La Ley de Convivencia Vial es fruto de un gran acuerdo social, madurado entre organizaciones de la sociedad civil vinculadas a movilidad, seguridad y transporte, con las autoridades de Transportes de sucesivos gobiernos, la Academia y el Congreso Nacional, para avanzar hacia un modelo de ciudad compartido.
La Red Nacional de Convivencia Vial está compuesta por más de un centenar de entidades, que desde Santiago y Regiones lograron ponerse de acuerdo en qué reglas de convivencia establecer, cómo cambiar aquellas normas que nos rigen a todos cuando salimos de nuestras casas, para propiciar e inducir un proceso social, que en el corto plazo transforme el espacio público inseguro y violento del tránsito en una experiencia grata, regida por normas sensatas e inclusivas.
En este momento transicional, ante los errores comunicacionales y de fiscalización que han acompañado su puesta en marcha, debemos tener siempre presente el espíritu de la ley. Entender que su objetivo no es obligar a los ciclos a bajarse a las mismas calles violentas y excluyentes, sino iniciar un proceso gradual de adapta- ción de todos los actores, en donde los conductores de vehículos motorizados deberán asimilar que ya no son dueños de la calle, aprender a respetar a los ciclos, y los conductores de ciclos a confiar y respetar la ley, para ir bajándose gradualmente de las veredas a la calle.
Amarilis Horta Tricallotis Directora Centro Bicicultura