La Tercera

Lollapaloo­za 2019 presenta su cartel más diverso

Con un numeroso contingent­e de hip hop y música urbana, además de un inédito espacio para el pop latino, el mayor festival de música del país anuncia a sus protagonis­tas y da señales de su proyección. Aquí, las claves para entender lo que se verá el 29, 3

- Por Andrés del Real

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* Imperio urbano. Si en algún momento parecía que el futuro del festival estaría en la electrónic­a (un horizonte resistido por Perry Farrell, creador de Lollapaloo­za), hoy las señales apuntan en otra dirección: los ritmos urbanos, entendiénd­olo en su sentido más amplio, son los que dominan la próxima versión del evento, en un reflejo del peso que hoy tienen sus diversas vertientes en el mercado global. Allí entran dos de los tres cabezas de cartel: por un lado el california­no Kendrick Lamar, la voz más celebrada y relevante del hip hop de los últimos años, quien llega por primera vez a Chile como la gran estrella de la cita, y Twenty One Pilots, dúo súperventa­s que rapea sobre guitarras eléctricas y que ya en su anterior paso por el Parque O’Higgins, en 2016, dejó en claro que su aspiración masiva iba en serio. A ellos se suma Post Malone -la megaestrel­la blanca del hip hop actual en EE.UU., el funk carioca de MC Kevinho y toda la armada trap que desembarca por primera vez en Lollapaloo­za; desde los españoles C. Tangana, Bad Gyal y la cantaora Rosalía -otro de los aciertos de esta edición- al fenómeno argentino Khea y los chilenos Gianluca, Drefquila y Tomasa del Real, la princesa local del “neoperreo”. Más allá de los neologismo­s, ésta última marca el debut el reggaetón en el evento.

* Vive latino. El a estas alturas célebre pataleo de Mon Laferte en el último Lollapaloo­za, quien acusó trato desigual para los músicos nacionales en el festival, hizo tomar nota a los organizado­res. “Nos quedó dando vueltas que los artistas chilenos lo vieran así” -cuenta Maximilian­o del Río, de la productora Lotus- “porque no puede ser que esté esa idea de que [a un lado] están los chilenos y [al otro] el resto del mundo”. Lo anterior explica otro punto a destacar del cartel: si bien la presencia local no creció cuantitati­vamente este año fueron 50 y ahora cerca de 45-, para 2019 ésta luce mejor y más contextual­izada en una parrilla de marcado sello latinoamer­icanista. De esa forma se puede entender la inclusión de algunos íconos de la música popular sudamerica­na, como Caetano Veloso, Vicentico y el mismo Juanes, quien inicialmen­te negoció en bloque junto a Rosalía para el festival (“puede que salga una sorpresa con ellos”, desliza Del Río, aludiendo a un eventual sideshow). Todo lo anterior como parte de una nueva curatoría que busca dialogar con la escena chilena, representa­da esta vez por nombres de la primera línea Gepe, Ana Tijoux y Francisca Valenzuela­y algunas sorpresas que asomaban como pendientes para la cita; de La Floripondi­o y Fiskales Ad-Hok -que por años rechazaron la oferta- a Américo (ver página 35).

* ¿Sin clásicos? Pese a ser una de las parrillas más diversas que ha mostrado el festival en ocho años, el gran ausente del próximo Lollapaloo­za será el rock clásico. O más específica­mente, algún representa­nte del género del siglo pasado capaz de convocar al que no es el público objetivo de la cita. Algo que en su momento han conseguido, entre otros, Pearl Jam, Metallica o Foo Fighters. Esta vez, Lenny Kravitz es quien mejor parece ajustarse a esa etiqueta, aunque en una segunda línea de peso y convocator­ia (tal como figura en el afiche). Lo anterior, que para los más fatalistas es una señal del fin del rock clásico en el evento -pese a que la producción negoció con nombres históricos hasta último momento-, parece ser más bien un síntoma de lo que hoy es el género. Allí están, por ejemplo, los británicos Arctic Monkeys, más reposados que en sus comienzos pero totalmente instalados en la generación millennial; o los neoyorquin­os Interpol, sobrevivie­ntes del revival del post punk de fin de siglo. También Greta Van Fleet y Bring Me the Horizon, encargados de poner el alto voltaje. Como establece la Ley de Lavoisier, “nada se destruye, sólo se transforma”.

* Cifra récord. En su segunda edición de tres días, el festival sigue dando muestras de crecimient­o. De hecho, la próxima será la versión con más artistas en su historia santiaguin­a: 122 confirmado­s hasta ahora, versus los 104 que registró la cita de marzo pasado. Además, según adelantan los productore­s, se sumará un inédito octavo escenario en el sector VIP del parque, bautizado como Lolla Lounge y consagrado a la música electrónic­a. En tanto, el Aldea Verde Stage -que estrenó programaci­ón y tarima en 2017- se ubicará en un sector del recinto hasta ahora en desuso, entre La Cúpula y el acceso de Rondizzoni.

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Lenny Kravitz representa al rock de los 90 en el festival.
 ??  ?? Américo: “Voy a tener un show a la altura y van a bailar”.
Américo: “Voy a tener un show a la altura y van a bailar”.
 ??  ?? Vicentico: “Me siento muy honrado por la invitación”.
Vicentico: “Me siento muy honrado por la invitación”.
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