La Conmebol fija la final River-Boca fuera de Argentina
Domínguez comunica que el River-Boca, “de jugarse”, lo hará en otro país el 8 o 9 de diciembre. El comité disciplinario que debe resolver las sanciones del caso concede 24 horas al club local para presentar descargos.
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La decisión de la Conmebol de sacar la final de vuelta de la Copa Libertadores de Argentina tuvo poco de consensuada. La reunión que se desarrolló en la sede del organismo sudamericano, en Luque, Paraguay, con la presencia de los presidentes de River Plate (Rodolfo D’Onofrio), Boca Juniors (Daniel Angelici), la AFA (Claudio Tapia) y la Confederación Sudamericana (Alejandro Domínguez) tuvo, más bien, carácter de notificación.
En la cita, el máximo dirigente del fútbol subcontinental les comunicó una decisión radical, pero, como si faltaran más elementos para la incertidumbre, a medias: la final de vuelta de la Copa Libertadores, que no se pudo disputar el fin de semana en el Monumental, postergada dos veces, se jugará fuera de Argentina, el 8 o 9 de diciembre. La Conmebol emitió un comunicado en el que oficializa la determinación. En el instrumento, precisa que asumirá los costos de traslado, alimentación y desplazamientos internos de 40 integrantes por delegación y que se hará cargo de las coordinaciones de seguridad, que fallaron en Buenos Aires. El detalle es que no se indica dónde se disputará ni en qué condiciones de aforo. Boca, en cualquier caso, sigue decidido a no jugar el partido y ganarlo por secretaría (ver nota en página 31).
El artículo 35 del reglamento de la competencia faculta a la Conmebol a adoptar una decisión unilateral. “En caso de mediar alguna dificultad para disputar un partido en la sede, fechas y horarios estipulados, quedará al exclusivo juicio de la Conmebol adoptar las modificaciones que considere pertinentes. La Conmebol podrá, a su criterio, modificar fechas y horarios cuando lo considere prudente o necesario. También podrá cambiar la sede del encuentro como alternativa de solución”, consigna la norma.
Domínguez es categórico en el uso de la prerrogativa. “Tenemos la obligación de programar este partido sujeto a lo que resuelva la comisión disciplinaria. Determinamos que el partido, si se juega, será el 8 o 9 de diciembre, y fuera del territorio argentino. Entendemos que no están dadas las condiciones para que este partido se pueda jugar en Argentina”, declaró el dirigente en conferencia de prensa.
“Si pensamos en algo mejor, todos tenemos que colaborar. No podemos permitir a nadie que malinterprete que un estadio de fútbol es un lugar de violencia... Todos tenemos la obligación de identificar que lo que se vivió el fin de semana es una enfermedad”, agregó.
Asunción es una de las alternativas para recibir el juego. La policía paraguaya dejó entrever la idea. “Estamos trabajando en la organización para ver cómo será el operativo. Sería el 9 de diciembre en Asunción”, declaró el comisario Walter Vázquez a la radio ABC Cardinal. Porto Alegre, en Brasil, también se mostró dispuesto a recibirlo
Santiago también aparece como posibilidad, al menos a nivel extraoficial, aunque hasta ayer no había peticiones ni a nivel federativo ni gubernamental. Además, la capital chilena ya recibió la organización de la final de la edición de 2019, en la que se trabaja desde agosto, a todo nivel. Incluso, el Estadio Nacional comenzó a recibir las primeras mejoras orientadas a esa ocasión.
Paralelamente, la Unidad Disciplinaria de la Conmebol había notificado a River Plate la apertura del expediente disciplinario en su contra, ante la denuncia que realizó Boca Juniors. Ese es, precisamente, el paso que falta para confirmar si el partido se jugará o si la vía legal adquirirá protagonismo. El departamento le dio al club de la banda sangre 24 horas desde la notificación para presentar sus descargos y elementos de prueba que conduzcan, en su caso, a demostrar que el operativo de seguridad cumplió las exigencias.
Su teoría es que los incidentes se produjeron fuera de su área de responsabilidad en términos de la organización y que esa zona estaba a cargo de las autoridades bonaerenses. Se espera sentencia con urgencia. Después, cabe recurso ante la segunda instancia regional y finalmente el TAS, órgano supremo de la justicia deportiva mundial.
“Entendemos que no están dadas las condiciones para que este partido se pueda jugar en Argentina”.
“Tenemos la obligación de identificar que lo que vivió el fin de semana es una enfermedad”.
ALEJANDRO DOMINGUEZ , PRESIDENTE DE CONMEBOL