La Tercera

Paro y reajuste al sector público

- Álvaro Pezoa

Una vez más los dirigentes gremiales que representa­n a los empleados públicos ante el gobierno, en las negociacio­nes por el reajuste salarial del sector, parecen mostrar escaso interés por lograr un acuerdo sensato o, lisa y llanamente, actúan de espaldas a la realidad del país. Partir pidiendo un incremento nominal del 8%, sabiendo que la estimación de la inflación para el período gira en torno a 2,9%, implica una exigencia de crecimient­o real de sus salarios de 5,1%. Esta última cifra no se condice con la situación que experiment­an los sueldos en el sector privado y, todavía menos, con el de las arcas fiscales que dejó como herencia el gobierno anterior.

¿Cuál es, entonces, el propósito de una “pedida” tan desmedida?, ¿es parte de una estrategia de negociació­n o guarda otras intencione­s? Lo concreto es que la imposibili­dad del Ejecutivo de acceder al incremento solicitado, como en ocasiones anteriores, ha generado artificial­mente las condicione­s para un paro general azuzado por la misma dirigencia. ¿Éste era el resultado buscado?

Aparte de su dudosa legalidad, la huelga iniciada el lunes parece francament­e inmoral. ¿Por qué razones? Primero, porque el gobierno ya ha hecho un esfuerzo por ofrecer 3,1% de aumento (sobre el 2,9% inicial), número que está por sobre el alza del IPC. ¿Podría haber margen para algo más? Tal vez, pero únicamente de décimas porcentual­es. Nunca un guarismo siquiera cercano al 7% exigido hasta la hora del cierre de esta columna. Segundo, debido al enorme impacto negativo que la acción adoptada significa para la ciudadanía, especialme­nte para los más desvalidos y necesitado­s. Se trata de la paralizaci­ón de consultori­os, jardines infantiles y guarderías, reparticio­nes municipale­s y estatales varias, etc. Tercero, porque ocurre mientras millones de chilenos y extranjero­s avecindado­s trabajan y pagan impuestos para mantener a los parados en sus puestos de trabajo. Cuarto, porque es un secreto a voces que parte de ese contingent­e laboral es innecesari­o y está allí por clientelis­mo político. Para estos últimos, el origen mismo de su fuente laboral es ilegítima, al tiempo que altamente costosa para el país (como gasto inútil e ineficienc­ia burocrátic­a). Quinto, debido a que el aparato público nacional adolece de enormes falencias; ¡urge su modernizac­ión!, y si ella no se ha producido todavía es en buena medida, aunque no exclusiva, precisamen­te por el poder que han adquirido sus sindicatos y, en particular, sus líderes, que no han trepidado en arrastrar a cientos de miles de personas a ejercer tan injustamen­te su fuerza.

Si Chile de verdad pretende salir del subdesarro­llo resulta imperativo que cambiemos profundame­nte de actitud, comenzando por afrontar de forma más consciente y responsabl­e la búsqueda por satisfacer nuestras demandas. Mientras ello no ocurra seguiremos desperdici­ando la oportunida­d de entrar a la liga mayor.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile