La Cumbre del G20 en Buenos Aires
Durante dos días, los jefes de estado de las 19 principales economías del mundo, a la cual se suma la Unión Europea en cuanto organización, se reúnen el Buenos Aires. La magnitud de la Cumbre queda de manifiesto al observar que el conjunto de los países presentes representan el 85 % de producto global y poseen dos tercios de la población mundial.
El objetivo central del actual encuentro es evaluar aspectos de cooperación económica y política internacional. Pero estas cumbres frecuentemente han estado cruzadas por factores de crisis. En la primera, verificada en 2008, el desafío fue evitar que la crisis financiera trajera consigo una gran depresión. En otra debió hacerse cargo de las incertidumbres generadas por el anuncio del egreso –hoy en pleno proceso de concreción- de Gran Bretaña de la Unión Europea. La actual se da en el marco de la tensión individualizada como guerra comercial, entre las potencias más gravitantes, como son Estados Unidos y China, de indudable efecto global. Es de esperar que la Cumbre de Buenos Aires de luces en torno a rutas de salida de dicha situación.
De esta instancia son miembros permanentes tres países de la región latinoamericana: Argentina, Brasil y México, los dos últimos en pleno proceso de cambio de sus gobiernos y, por tanto, en la perspectiva de renovar sus compromisos internacionales.
Para Chile esta Cumbre tendrá una importancia relevante, toda vez que por convocatoria cursada en noviembre del año pasado, participará junto a Holanda como invitado especial. Esta presencia le permitirá expresar su posición en una realidad en que dominan las negociaciones entre bloques de países y será, además, una oportunidad para mostrar que los esfuerzos de integración están vigentes, como es el caso de la Alianza del Pacífico, que además de México y Chile integran Perú y Colombia. El sólo hecho de que esta Alianza tiene 55 estados observadores, algunos de ellos miembros del G20, muestra la vigencia de la orientación integradora. Si a ello se suman las posibilidades de coordinación con el Mercosur, América Latina está en condiciones de mostrar una posición de acogida al multilateralismo, de economía abierta y alejada del proteccionismo.
Debido a la magnitud de los desafíos que enfrenta el mundo globalizado de hoy, se espera con inquietud y expectativas resultados que estén destinados a dinamizar la cooperación multilateral y el logro de un mayor equilibrio entre los actores. También se espera que se logren consensos efectivos y no diluidos reflejados en el comunicado final de la Cumbre. De esta manera se podría superar la situación producida en el reciente encuentro de la APEC, donde no fue posible superar las diferencias entre las principales potencias y no se pudo lograr el señalado consenso.
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