“Me robaron mi identidad”: fue a la cárcel tras ser suplantada
Felicinda Palma fue a hacer una denuncia ante Carabineros y terminó condenada en Illapel por un delito que había cometido su hermana.
El 17 de noviembre de 2008, Felicinda del Carmen Palma se acercó a un retén de Carabineros de San Bernardo para denunciar a su hermana María Graciela por el robo de una consola PlayStation. Era un trámite lamentable, pero se suponía que iba a ser breve, y por eso la acompañaron sus dos hijos, un niño de 7 años y una joven de 18.
Ese día nada resultó como debía ser. El carabinero de turno la notificó de que no podría irse, porque había una orden de detención en su contra por el delito de receptación en la Región de Coquimbo. De nada sirvió que Felicinda explicara, desesperada, que nunca había estado en esa zona y que no sabía de qué la acusaban. Sí cayó en cuenta de que su hermana podía tener algo que ver, pues ya en 2001 la había suplantado en un robo común. Esa vez el asunto terminó en pelea, pero no pasó a mayores. Ahora sí.
A la detención siguió un humillante paso por el Centro de Orientación Femenina (COF). Luego la subieron a un bus con otros 15 reos destinados a distintas cárceles. A ella la enviaron a Illapel. Lloró todo el camino pensando en que se perdería la graduación de su hija a la semana siguiente y en que no tenía quién cuidara de su hijo menor, quien entonces no estaba bien de salud.
En Illapel, Felicinda fue condenada a 30 días de cárcel. Su abogada le explicó que era mejor no señalar la suplantación de identidad realizada por su hermana, porque el tribunal la podía dejar presa mientras la verdadera acusada era capturada. La recomendación fue declararse culpable, para luego demandar por suplantación de identidad. Y así lo hizo.
Después de que su hermana fue condenada por el delito de usurpación de identidad, el 26 de junio de 2009, Felicinda demandó al Estado por los errores del Ministerio Público, que no corroboró su identidad. El 21 de agosto de 2017, la Corte de Apelaciones de La Serena condenó al Estado de Chile a pagar la suma de 40 millones de pesos, sentencia a firme.
“Se trata del incumplimiento de una actuación de investigación de aquellas que se denominan “primeras diligencias”, es decir, una de aquellas que primero deben realizarse, en particular, en un caso de detención en flagrancia (…) algo no esperable de personal profesional y especializado como son los fiscales del Ministerio Público”, dice el dictamen en unos de sus pasajes más duros.
Felicinda espera desde marzo que el Ministerio de Justicia proceda al pago de su indemnización. En conversación con La Tercera PM dijo que el monto es simbólico y no logra resarcir la humillación, el miedo y el trauma que quedó en sus hijos al haber visto a su madre esposada e ingresada a un calabozo. “Nunca lloré tanto”, afirmó, al recordar el viaje a Illapel entre reos condenados. Hoy no quiere que se sepa dónde vive, porque fue amenazada de muerte por su hermana Graciela, quien hoy reside en Los Vilos, según sabe.
Proyecto Inocentes
El caso ingresó el 25 de octubre al proyecto inocentes de la Defensoría Penal Pública (DPP), que busca visibilizar la realidad que año a año viven más de 3 mil personas en el país. Solo en 2017, un total de 3.092 personas fueron privadas de libertad pese a ser inocentes. De ellas, 402 fueron mujeres.
Como docente de la Universidad Diego Portales, Mauricio Duce ha abordado el impacto que tienen en Chile las causas por suplantación de identidad, analizando la revisión de causas de la Corte Suprema entre 2007 y 2013. El académico plantea la gravedad de este tipo de error en el sistema, pues existen antecedentes de personas privadas de libertad hasta por tres años y un día por delitos atribuidos por terceros.
“Esto da cuenta de que no estamos en presencia de un problema menor o comprensible por la poca relevancia de los casos, o exclusivamente por la dinámica del procedimiento simplificado. Se trata de situaciones que parecen obedecer a problemas bastante gruesos de trabajo y coordinación entre las agencias del sistema que, por lo mismo, cuesta entender que se hayan mantenido en el tiempo”, recalcó. ●