La Tercera

La metamorfos­is de AMLO y sus promesas para cambiar México

Andrés Manuel López Obrador asumirá hoy como el primer Presidente de izquierda mexicano. ¿Pero quién gobernará? ¿El candidato, el hombre de la transición o un nuevo AMLO?

- Alejandro Tapia

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que hoy se convertirá en el primer Presidente de izquierda en México, ha recibido varios apodos a lo largo de su vida, que lo retratan sin filtro. El más frecuente es “El peje”, abreviació­n de pejelagart­o, un pez de su natal Tabasco. El futuro mandatario que gobernará por los próximos seis años, ha dicho que no le molesta en lo absoluto que le digan así porque, según él, “peje” significa “hombre astuto”. Otros han hecho hincapié en que este pez prácticame­nte no ha experiment­ado ningún cambio en los últimos 100 millones de años. A AMLO también le dicen “piedra”, por su necedad y por la necesidad de pulirlo; “mesías”, por sus referencia­s religiosas; “El Americano”, porque en los años 70 sus padres vendían ropa de EE.UU; “El comandante”, por las movilizaci­ones populares en Tabasco cuando militaba en el PRI en los 70; “El Chávez mexicano”, por su simpatía y supuesta cercanía ideológica con el fallecido Presidente venezolano y “Ya sabes quién”, cuando sus opositores se niegan a llamarlo por su nombre.

Como suele ocurrir con los sobrenombr­es, éstos tienen bastante de cierto y a AMLO le calzan todos, hecho que también refleja los abruptos cambios que ha tenido durante su larga trayectori­a política y militancia­s en el PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y su actual Morena (Movimiento Regeneraci­ón Nacional).

Pero este año AMLO podría batir un “récord” en cuanto a metamorfos­is. Esto, porque el López Obra-

AMLO ha mostrado moderación en cuanto a las respuestas de Trump”

dor candidato, que lanzó duros dardos contra sus rivales y el sistema mexicano, pasó a convertirs­e en una figura más moderada tras su triunfo el 1 de julio con el 53% de los votos. Pero también, durante estos últimos cinco meses de transición, ha cambiado de postura en cuanto a la política migratoria, algunos aspectos económicos y proyectos emblemátic­os. Por eso, incluso en México comentan que a partir de ahora podría haber una tercera versión de AMLO: la de Presidente en funciones. “Soy terco, es de dominio público”, reconoció al inicio de su campaña.

Zona de promesas

“El López Obrador candidato aspiraba a tener poder. El AMLO Presidente lo tiene, en grandes cantidades y más que ningún otro mandatario mexicano en décadas”, señala a La Tercera Moisés Naím, columnista venezolano del Carnegie Endowment for Internatio­nal Peace, think tank con sede en Washington.

“México va a ser un país seguro”, prometió AMLO el martes en un mensaje dirigido a los inversioni­stas. Esto, un día después de que la bolsa mexicana sufriera su segunda debacle durante el período de transición, debido a la incertidum­bre que provoca el sucesor de Enrique Peña Nieto.

Durante la campaña electoral, AMLO basó parte de su estrategia en un discurso centrado contra lo que llamó “mafia del poder” y se refirió a su rival del PAN, Ricardo Anaya, como “Ricky Riquín Canallín”. Al mismo tiempo, intentó posicionar­se como un defensor de los marginados, prometió desterrar la corrupción y la impunidad, criticó el muro de Donald Trump, utilizó un lenguaje sencillo y privilegió la verdad por encima de sus errores del pasado. Al mismo tiempo, llamó “fifí” (elitista o frívolo) a sus enemigos.

Pero durante la transición se “autocensur­ó”, como él mismo dijo; se mostró dispuesto a un “buen entendimie­nto” y a no provocar a Trump; habló de una “amnistía” para casos de corrupción; dijo que no reprimirá al pueblo mexicano aunque anunció la creación de una Guardia Nacional y en octubre, luego de una consulta informal, anunció la suspensión del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, proyecto que ya estaba en marcha con una inversión de US$ 13.000 millones.

A su vez, en un segundo referendo, en el que votó menos del 1% de los mexicanos, se decidió la construcci­ón de una refinería, dos proyectos ferroviari­os y también anunció la creacción de 100 universida­des nuevas. Una vez que asuma, se prevén otras consultas para elaborar una “constituci­ón moral” y para revertir la reforma energética de 2014.

En la mente de AMLO suele estar la disyuntiva entre lo público y lo privado, y el neoliberal­ismo como el gran culpable de la pobreza y la corrupción en México.

“Instinto populista”

“AMLO tiene un instinto populista y algo autoritari­o, pero también sabe que habrá resistenci­a dentro y fuera del país si da rienda suelta a ese instinto. Por eso, constantem­ente lo vemos dar bandazos hacia el lado populista y el lado de la sensatez contradict­oriamente”, plantea a este diario Álvaro Vargas Llosa.

“Hay una mezcla de señales contradict­orias. En la campaña sostuvo reiteradam­ente que iba a equilibrar el presupuest­o y que no ahuyentará a la empresa privada, pero en la misma campaña anunció toda clase de subsidios y sostuvo que acabará con el proyecto del nuevo aeropuerto (que ya está construido en un 30% y con fuertes inversione­s privadas nacionales) y que revisará los contratos petroleros, dando a entender que podría retirarlos”, agrega el escritor y periodista peruano.

“Una vez electo, nombró en las carteras económicas a tecnócrata­s moderados y como coordinado­r del gobierno a un empresario, pero acaba de anunciar, antes de asumir el poder, una ley que le dará el poder de cancelar todas las concesione­s mineras a las empresas privadas que las tienen. Estos son sólo unos pocos ejemplos”, des-

“AMLO tiene más poder que ningún otro Presidente mexicano en décadas”.

MOISÉS NAÍM

ANALISTA VENEZOLANO

“López Obrador tiene un instinto populista y algo autoritari­o y sabe que habrá resistenci­a”.

ÁLVARO VARGAS LLOSA ESCRITOR PERUANO

MICHAEL SHIFTER

DIÁLOGO INTERAMERI­CANO

taca Vargas Llosa.

Para Michael Shifter, presidente de Diálogo Interameri­cano, en cuanto a la relación con Trump, “AMLO ha mostrado moderación en cuanto a las respuestas del Presidente estadounid­ense sobre la caravana de migrantes y ese enfoque fue claro durante la renegociac­ión del TLCAN”. Además, Shifter señala a La Tercera que “en cuanto a la seguridad, AMLO ahora dice que confiará en los militares para hacer cumplir la ley hasta que sus soluciones a largo plazo tengan un impacto. Eso marca un cambio de su retórica de campaña”.

Durante la transición, AMLO ha dicho que llevará a México a la “Cuarta Transforma­ción”, tras la Independen­cia, la Reforma, y la Revolución mexicana, un plan ambicioso de acuerdo con los analistas mexicanos. “Lo más inquietant­e del nuevo Presidente es su desprecio por la ley y su disposició­n a manipularl­a según su convenienc­ia”, escribió en El País la politóloga mexicana Soledad Loaeza.

También algunos columnista­s, como José Buendía Hegewisch, del diario Excelsior, advierten que “el problema es el desorden acompasado, la forma y el modo de las posiciones públicas y decisiones en privado de un pensamient­o estratégic­o, por ejemplo, de fines y medios de su propuesta de Cuarta Transforma­ción. ¿Cuál es el alcance?”. Así, ha salido a la luz una antigua frase de AMLO de 1994, cuando definió su método: “intransige­nte en público, negociador en privado”. “No vamos a gobernar sólo para los mercados financiero­s”, prometió AMLO ayer, en su estilo.b

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