Se rompe lógica histórica en las disputas internas
Que esto ya no es un enfrentamiento entre “viejos” y “jóvenes”; ni entre investigados por casos de financiamiento irregular y quienes no han estado involucrados en esas causas; y que esto ya no es algo de “coroneles” versus no “coroneles”. Según fuentes gremialistas, eso le dijo la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, al senador Juan Antonio Coloma durante una conversación que sostuvieron hace algunos meses, antes que la campaña interna se desatara por el factor Jair Bolsonaro y que se exteriorizara el quiebre entre ambos. En el diálogo, la líder gremialista le explicó, así, los elementos que están en juego en el partido y sus motivaciones para luchar por la reelección.
Las dinámicas y lógicas en anteriores procesos electorales de la UDI han estado marcadas por el peso de los “coroneles”, ya sea porque protagonizaron un enfrentamiento con grupos minoritarios —como cuando compitió Coloma con José Antonio Kast— o porque ellos fueron los que incidieron mayormente en cómo se terminaron estructurando las directivas antes de que se instaurara, en 2016, el sistema “un militante, un voto”. La elección de hoy rompe esa lógica. Primero, los “coroneles” no serán los decisores: salvo Coloma, Jovino Novoa, Pablo Longueira y Andrés Chadwick no se han involucrado; y segundo, ya no hay un enfrentamiento entre un grupo mayor —como sería el de los “coroneles”— y otro minoritario: Macaya, que representaría a una minoría considerando el 37% que logró ese sector en los últimos comicios, tiene también el respaldo de Coloma —con ascendiente en la colectividad—, otros expresidentes gremialistas y parlamentarios, mientras que Van Rysselberghe tiene ya un triunfo con un 62% de apoyo.