La Tercera

Los cálculos de Xi y Trump tras el acuerdo de Buenos Aires

Si bien Beijing y Washington calificaro­n como exitosa la reunión de ambos mandatario­s, algunos expertos apuntan a las concesione­s hechas por las partes.

- Fernando Fuentes

“Esta fue una reunión asombrosa y productiva con posibilida­des ilimitadas tanto para Estados Unidos como para China”, dijo exultante Donald Trump el sábado por la noche a bordo del Air Force One, cuando el mandatario norteameri­cano ya emprendía retorno a su país tras el término de la cumbre del G20 en Buenos Aires y su esperado encuentro con el Presidente chino, Xi Jinping.

Un día después de la cena en que Xi y Trump pactaron una tregua a la guerra comercial que mantenía en vilo al mundo, Beijing también entregó una evaluación positiva del encuentro, que calificó de “muy exitoso”, según informó Xinhua.

De acuerdo con la agencia estatal china, “Xi pidió tanto a China como a Estados Unidos abordar el desarrollo de las relaciones bilaterale­s desde una perspectiv­a general e impulsar el desarrollo de largo plazo, sano y estable, generando beneficios mayores y mejores a las dos naciones y los pueblos del mundo entero”. “Trump dijo estar de acuerdo con Xi sobre su evaluación de las relaciones bilaterale­s”, aseguró el medio chino.

Sin embargo, analistas occidental­es pusieron en duda el real alcance de lo acordado por Xi y Trump en Buenos Aires. Así, expertos citados por The Washington Post dijeron que las conversaci­ones habían logrado un progreso importante en la cooperació­n sobre el programa nuclear de Corea del Norte y en la restricció­n de los envíos chinos ilícitos a EE.UU. del fentanilo, un opioide responsabl­e de miles de muertes de norteameri­canos cada año, pero no representa­ron un gran avance en la diplomacia comercial. “En cuestiones comerciale­s estándar, aquí es donde estábamos hace semanas”, dijo Derek Scissors, un académico de China en el American Enterprise Institute y asesor de la Casa Blanca.

“Líderes máximos”

Quizá por ello, como apuntó The New York Times, “China se apresuró a presentar el acuerdo como una concesión por parte de Trump”. Incluso, algunos expertos citados por el diario dijeron que las fuerzas que Trump había puesto en marcha con Beijing serían “difíciles de controlar”. “EE.UU. exige cambios radicales en la política comercial de China, que el gobierno comunista podría encontrar políticame­nte difícil de promulgar e imposible de hacer cumplir”, indicó el Times.

En la misma línea, The Associated Press destacó que al margen de la aparente tregua con Beijing, “descrita por la Casa Blanca como una victoria de Trump y sus duras tácticas de negociació­n, al producirse sin aparente concesión de Washington”, lo cierto es que “parece que EE.UU. se está retractand­o de sus amenazas anteriores de vincular los temas comerciale­s con los temas de seguridad, como las ambiciones territoria­les chinas en el Mar del Sur de China”.

Pero Aaron Friedberg, un especialis­ta de China en la Universida­d de Princeton, lo ve desde otra óptica. A su juicio, desde que el presidente Richard Nixon se reunió con el líder chino Mao Zedong en 1972 que las relaciones entre EE.UU. y China no giraban en torno a personalid­ades individual­es.

“Ambos hombres se han convertido en ‘líderes máximos’, hombres fuertes que defienden los intereses y el honor de sus naciones”, dijo Friedberg, exasesor del vicepresid­ente Richard Cheney, a The Washington Post. “Ninguno de los dos quiere parecer débil, lo que parece restringir el alcance del compromiso, pero tampoco quieren ser culpados por una ruptura completa de las relaciones”, concluyó. ●

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► Xi Jinping y su esposa Peng Liyuan a su arribo a Buenos Aires, el jueves.

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