La Tercera

Los otros contratos y fallas de la empresa

- Juan Pablo Figueroa

La primera prueba fue simbólica. Organizaci­ones sociales que promovían el voto de chilenos en el extranjero pusieron en marcha, para las presidenci­ales de 2013, una plataforma virtual gestionada con el software de votaciones electrónic­as EVoting.

“El sistema encripta el voto en todo momento, lo que equivale a ponerlo en un sobre cerrado que nadie puede leer”, explicaba Tomás Barros, por entonces encargado del sistema y director tecnológic­o de la Fundación Inria, que desarrolló el software. Al mes, Barros y otros tres socios crearon EVoting Chile SpA, con $ 100 millones de capital inicial. Él pasó a ser su gerente general. Desde entonces, la firma ha triplicado su fondo social y obtenido diversos contratos para gestionar votaciones electrónic­as presencial­es y a distancia con una amplia cartera de clientes, entre ellos, tres municipios (La Reina, Quilicura y Renca) y la Junta de Alcaldes de Las Condes, La Reina y Providenci­a. Ninguno vía licitación. También varias asociacion­es de funcionari­os públicos, sindicatos, empresas y colegios profesiona­les.

EVoting no tuvo problemas con la consulta ciudadana sobre la laguna cristalina que Las Condes proponía para el Parque Padre Hurtado. Pero en las elecciones de Ciudadanos sí los hubo. Y en 2016 hubo otros comicios con inconvenie­ntes: los de la Anef, cuando esa asociación pagaría unos $25 millones por el servicio. Pero después todo se suspendía “por imponderab­les técnicos”. Desde la empresa reconocier­on que hubo problemas con la validación de los votos y una falla que dejaba un espacio para posibles intervenci­ones externas, pero todo se solucionó y la elección se llevó a cabo días después.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile