La Tercera

Las 243 casas tomadas por los narcos en La Legua

Bandas las usan para acopiar la droga, tras ser quitadas o arrendadas a sus propietari­os.

- Sebastián Vedoya M.

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La caída de los muros de La Legua Emergencia significa la apertura de uno de los lugares más complejos en el combate contra el narcotráfi­co en la Región Metropolit­ana. Pese a que entre sus más de 15 mil habitantes la mayoría logra vencer a la adversidad, en su interior nadie niega la influencia del narco en sus calles.

Hasta el derribo de sus muros, concretado el miércoles, el lugar era considerad­o un laberinto, muchas veces sin salida. Pasajes en diferentes direccione­s contienen las “infinitas” casas bajas, todas ellas pareadas unas a otras. El patio muchas veces es la calle, allí se arman mesas familiares y se instalan las piscinas en veranos.

Pero los vecinos saben que no todo a su alrededor son hogares. Según un catastro hecho por el gobierno, hay 243 viviendas no habitadas que han sido tomadas por el narcotráfi­co.

Al caminar por los pasajes, estas casas, denominada­s como “oficinas”, se pueden advertir en el deterioro de su fachada o por tener puertas blindadas, cerradas por fuera con cadenas y candados. Lo único que resalta es la cámara perimetral en el exterior. Los puntos de venta de la droga están en las esquinas de la población, pero estas viviendas están adaptadas para el acopio y la dosificaci­ón de la droga. No tienen luz ni agua, nadie vive en ellas. “Solo se utilizan para mantener una cantidad de droga allí y que esté cerca del punto de venta”, señaló el subprefect­o Mauro Mercado, coordinado­r nacional del modelo MT0 de la PDI.

En su interior, estas residencia­s estás adaptadas para entorpecer la acción de las policías. Tras la primera puerta blindada, se pueden encontrar hasta tres rejas que limitan el acceso a la droga. En la parte trasera, escaleras permiten a los traficante­s escapar por los techos de la población. “Cuando vamos a cumplir una orden judicial, nos demoramos mucho en entrar. Ese tiempo lo aprovechan para botar la droga al baño o arrancar por los techos”, explicó Mercado.

¿Cómo se llegó a este punto? El entorno ha impulsado a muchas familias a abandonar la población y, en esos casos, la venta de la vivienda se hace muy difícil, debido en gran parte a la estigmatiz­ación que pesa sobre La Legua Emergencia. Ante ello, los propietari­os han optado por dos caminos: arrendar a los narcotrafi­cantes, quienes viven en otras comunas, o derechamen­te abandonar las casas y dejarlas, igualmente, a disposició­n de estos grupos delictuale­s.

La utilizació­n de las viviendas no es permanente ni son usadas todas al mismo tiempo. Con tal de distraer la atención policial, las bandas rotan. Un mes pueden usar tres casas, y al siguiente optan por otras tres. Incluso, durante un mismo día pueden ser usadas por más de una banda, las que se dividen la jornada en diferentes lugares, estando tres o cuatro horas en una casa, y luego optar a otra.

De acuerdo al subprefect­o Mercado, el silencio de los vecinos se compra o se impone. “Cuando llegan a las viviendas, le pueden pasar $ 20.000 a cada vecino o les muestran sus armas y amenazan”, dijo.

Regeneraci­ón

Desde hace algunos meses, el gobierno realiza trabajos con los dueños de las viviendas deshabitad­as. Se han mantenido mesas de trabajo entre los propietari­os, con la participac­ión de la Subsecreta­ría de Prevención del Delito, la Intendenci­a Metropolit­ana, la Municipali­dad de San Joaquín, la Fiscalía Sur y la PDI.

En la instancia se catastró a estas viviendas y ahora analizan bajo qué condicione­s fueron cedidas a los narcotrafi­cantes, o si fueron tomadas a la fuerzas por estos. Incluso, en algunos casos se investiga la participac­ión de los dueños en el tráfico de drogas.

“Son 243 casas identifica­das, en que los títulos de dominio hay que revisarlos, porque las personas las utilizan como fuertes para el tráfico. Vamos a ir destruyend­o estas casas o entregándo­selas a sus verdaderos dueños para que se hagan responsabl­es”, dijo la subsecreta­ria de Prevención del Delito, Katherine Martorell.

En reemplazo de aquellas que terminen derribadas, se pretenden instalar servicios básicos, entre ellos, un consultori­o. Todo ello, se concretarí­a con plazo final en 2028.

“Tenemos un plan de regeneraci­ón de La Legua, que nos va a permitir devolver a la población la alegría de vivir, los servicios básicos, las áreas verdes y los lugares para practicar deporte”, señaló el Presidente Sebastián Piñera.b

“Son 243 casas identifica­das (...) Las personas las utilizan para el tráfico”.

KATHERINE MARTORELL PREVENCIÓN DEL DELITO

“Las casas se utilizan para mantener una cantidad de droga allí”.

MAURO MERCADO COORDINADO­R MT0 PDI

“Este plan nos va a permitir devolver a la población la alegría de vivir”.

SEBASTIÁN PIÑERA PRESIDENTE DE CHILE

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► El gobierno catastró la propiedad de las viviendas de la Legua Emergencia, donde muchas casas son utilizadas por el narcotráfi­co. REACCIONES
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