Ellos están a la puerta
El domingo recién pasado se efectuaron elecciones regionales en Andalucía. El resultado ha sido una campanada de alerta. Vox, un movimiento político nuevo, logró, desde la nada, el 11% de los votos y 12 diputados. Esto, con la inquietante promesa de “levantar un muro infranqueable” en el sur de España (entre otras cosas parecidas). El gran perjudicado, el partido socialista español PSOE.
¿Miedo a los inmigrantes? Es sin duda el tema de nuestro tiempo, época de grandes movimientos migratorios. Pero éstos no son nuevos en la historia.
La invasión de Roma por los así llamados “pueblos bárbaros” (extranjeros) fue, en realidad, un conjunto de grandes migraciones de poblacion compuesta por hombres, mujeres y niños que se establecían en las fronteras del imperio, en algunos casos por décadas o incluso siglos, y presionaban por entrar en busca de mejores condiciones de vida. Si bien en algunos casos había violencia, en la mayor parte se trataba de grupos desorganizados y desarmados, que se iban infiltrando lentamente a través de los “muros” que las legiones romanas trataban infructuosamente de levantar. Una vez que la presión migratoria comenzó (siglo III), nada pudo detenerla y se prolongó por cuatro siglos.
Ahora en nuestra época, esta semana, hemos presenciado algo turbadoramente similar: miles de familias centroamericanas marchando, intentando entrar a Estados Unidos, contenidos y rechazados por muros, gas lacrimógeno y tropas. El evento sigue en desarrollo; el desenlace no lo conocemos (o quizás sí). Lo que sabemos es que ellos, los migrantes, insistirán. En parte porque la historia se repite, o simplemente porque se trata de personas que no tienen a dónde regresar.
En Europa sucede algo parecido, produciendo cambios políticos y sociales que desafían la subsistencia misma de la Unión Europea. En España, ya vimos, un movimiento político salta a la escena con la misma promesa xenófoba.
Aquí en casa, atención, en nuestro pequeño y frágil imperio también golpean a la puerta: hay gente que quiere entrar. Y, seamos francos, no sabemos muy bien qué hacer. Ni la izquierda ni la derecha, ni la élite o los vecinos de a pie. Simplemente no hay respuestas, sólo temor e incertidumbre.
La Encuesta Bicentenario UC-Adimark 2018 mostró cifras tristes, pero elocuentes: los chilenos están temerosos y hostiles hacia los que llegan o quieren llegar. Un sorprendente 75% piensa que hay “demasiados” inmigrantes en el país y el 62% piensa que se debería “disminuir” el número de ellos que ingresa. Interprete usted qué están diciendo..., ¿un muro?
Hay que decidir qué hacer. Ellos ya están aquí, a la puerta.