La Tercera

El día que Salas y Espina fueron dupla

Entrañable­s amigos, el Cabezón y el Comandante trabajaron juntos en Unión Española, en un paso poco feliz en lo deportivo. Con estilos distintos, ambos dejaron huella en sus dirigidos. Uno de ellos, Mario Cáceres.

- Por Carlos González Lucay

Marcelo Espina y Mario Salas cultivan una amistad de más de 20 años. Ambos coincidier­on en su etapa como futbolista­s en Colo Colo, a mediados de los 90, y desde ahí se han vuelto a reencontra­r en distintas etapas. La última, como dupla técnica en Unión Española, en 2007, un periplo que no resultó del todo feliz.

“Estuve en Unión en el segundo semestre de 2007 y en el primero de 2008. Tuve una muy buena temporada, hice muchos goles y eso me permitió ir al Saint Gallen. Los conocía muy bien, porque fueron compañeros míos en Colo Colo. Marcelo me fue a buscar a Grecia, porque me necesitaba en su equipo. Allá no estaban pagando y a ojos cerrados me vine a Unión. Él se portó extraordin­ariamente bien conmigo. Recuerdo que en las primeras siete fechas mi transfer no llegaba y él me aguantó y me aguantó. Es un tipo al que quiero muchísimo, le tengo respeto. Lo tengo entre los mejores técnicos que he tenido”, dice el exdelanter­o Mario Cáceres.

Para el Petrolero, su relación con Espina lo marcó. “Todos sabemos que a él no le fue muy bien como entrenador en cuanto a resultados, pero yo me quedo con lo que me entregó dentro de la cancha, todos los valores como persona y profesiona­l nunca los voy a olvidar. El día que se fue de Unión Española yo le dije ‘Marcelo, si tú te vas, me voy contigo’. Y me fui con él”, recuerda.

Cáceres detalla los rasgos de Salas, quien esa época comenzaba en la dirección técnica. “Mario era el ayudante de Marcelo y era extraordin­ario en lo suyo. Un tipo muy capaz, conocedor de todo, que no deja nada al azar. Fue una dupla técnica extraordin­aria. Lástima que los resultados no se die- ron, pero el trabajo está a la luz. Al menos el de Mario, Marcelo se dedicó a otra cosa. Quizás lo de él era más por lo administra­tivo y lo va a demostrar en Colo Colo”.

Espina recordaba en una carta escrita en La Tercera que el Comandante siempre les enrostraba una curiosa situación a él y a José Luis Sierra. “Cómo anécdota puedo contar que (Salas) siempre nos decía al Coto y a mí: ‘Cada vez que me hago un estudio médico, ustedes dos aparecen en mis pulmones’. Y la verdad que mucho de cierto tenía, en cada partido, él corría por nosotros dos y por otro más también. Un genio (Mario)”.

También relataba que el viñamarino “era muy sencillo para la vestimenta, el pelo largo o muy corto, bien rasurado o la barba tipo el Che Guevara y de autos ni hablar, Mario no sabía conducir. Tal es así, que el amable del Coto, todos los días lo pasaba a buscar por su casa, lo llevaba a entrenar y lo traía de vuelta a su domicilio”.

Además describía al todavía técnico de Sporting Cristal como “muy expresivo, charlatán, de exterioriz­ar sus sentimient­os”, algo que Cáceres también recalca: “Mario era el que hablaba con los jugadores, Marcelo era más reservado en ese aspecto. Era Mario era el que nos comunicaba cosas y hacía los trabajos”.

El exjugador del Sporting de Lisboa también recuerda un particular episodio con la dupla técnica. “Una vez, en un partido con Cobreloa que creo que empatamos, yo estaba muy caliente con ellos, porque Marcelo me sacó en los últimos cinco minutos. Después llegué al camarín y agarré una lata de bebida y la tiré a la pizarra. Me arrepentí al momento. Tuve problemas con Marcelo y con Mario, pero ellos supieron solucionar las cosas de la mejor manera posible. Conversaro­n conmigo, yo di las disculpas del caso. Marcelo me tuvo que dejar un par de partidos afuera, como castigo. Por eso yo lo quiero mucho, porque siempre fue de frente. Si tenía algo que decirte, te lo decía de buena manera, que eso el jugador lo valora mucho”, manifiesta, para luego relatar que tuvo que apelar a la indulgenci­a del viñamarino: “Yo conversaba con Mario todos los días: ‘Puta, Mario disculpa por lo que pasó, fue un arrebato del momento. Tú entiendes que somos futbolista­s, que es un momento de calentura y después todos nos arrepentim­os’. Mario se reía y me ayudaba con Marcelo a que el castigo no fuera tan grande”.

La campaña de Espina y Salas en el cuadro de Independen­cia no fue buena, ya que en los dos campeonato­s que estuvieron no pudieron clasificar a los playoffs.

Sin embargo, Cáceres, los retrata así: “Como dupla tengo gratísimos recuerdos de ellos, porque pensaban mucho en el jugador y de eso uno no se olvida nunca”.b

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► Salas y Espina en agosto de 2007, cuando el primero era ayudante del Cabezón en Unión Española.

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