La Tercera

John O’Reilly abandona Chile tras 34 años y parte a Roma

Tras cumplir su condena por abuso y ante el inminente decreto de expulsión que emitiría el Ministerio del Interior, el sacerdote dejó ayer el país y viajó a Italia. Llega a una residencia de su congregaci­ón en Vía Aurelia, Roma. Como tiene antecedent­es pe

- M.J. Navarrete y S. Rodríguez

A las 12.40 horas de ayer, en el vuelo de ALItalia 689 que despegó rumbo a Roma, Italia, el sacerdote John O’Reilly abandonó Chile desde el Aeropuerto de Santiago, 34 años después de que llegó. Lo acompañaba el superior de los Legionario­s de Cristo para Chile y Argentina, el presbítero Gabriel Bárcena.

O’Reilly, miembro de la Congregaci­ón de los Legionario­s de Cristo, salió del país luego de que durante la tarde del jueves el 4° Juzgado de Garantía de Santiago emitiera la resolución que dio cuenta del cumplimien­to de su condena por abuso sexual reiterado a una menor de edad, exalumna del Colegio Cumbres.

En ese momento exacto comenzaron a correr las 72 horas para que saliera de Chile de manera voluntaria. De lo contrario, el Ministerio del Interior, a través del Departamen­to de Extranjerí­a, emitiría un decreto de expulsión, ratificado en mayo de 2017 por la Corte Suprema.

Antes de su partida, se sondeaba como futuro lugar de residencia México o Europa. Finalmente, el sacerdote optó por viajar a Roma.

En el aeropuerto, 24 Horas pudo conversar con él. Fueron sus últimas palabras en suelo chileno. Se manifestó “muy agradecido por todo lo que me ha dado el país”. Y añadió: “Nada más que decirles, no soy ni pedófilo”.

O’Reilly, además, envió una carta de despedida a sus cercanos. En ella se leía: “Amigos: con el corazón destrozado y muy confundido y una salud debilitada, me despido con inmensa gratitud, aprecio y admiración. La fe y la esperanza en el Señor quedan intactas, a pesar del inmenso dolor que oprime la mente y corazón, casi hasta la muerte”.

Y en el escrito agregó: “Estoy feliz y agradecido con cada uno de ustedes. Han sido Ángeles en mi camino sacerdotal de la vida, y la forma de vivir mi sacerdocio en los últimos años aumenta la gracia en vida de nosotros. ¡Qué más podemos pedir! Les ruego que no me dejen abandonado. Un gran y emotivo abrazo”.

Desde los Legionario­s de Cristo se emitió un comunicado en que se detalla que el director general de la Congregaci­ón “ha indicado al P. John O’Reilly L.C. que se traslade a la casa de los Legionario­s de Cristo en Via Aurelia, Roma, Italia, en cuanto ya no sea requerida su presencia en Chile en relación con su pena civil de cuatro años de libertad vigilada que acaba de terminar”.

Se agregó que en dicha ciudad seguirá sin ejercer el ministerio sacerdotal, ya que el presbítero aún tiene una sentencia canónica pendiente en la Congregaci­ón para la Doctrina de la Fe.

Desde Irlanda

John O’Reilly nació en 1946, en Irlanda. Entró al noviciado de la Congregaci­ón en 1965 y fue ordena- do sacerdote diez años después. Arribó a Chile en 1984 y se quedó hasta ayer.

Las reacciones que dejó su salida son diversas. Mientras algunos valoran que se haya ido “por las buenas”, otros lamentan que los abusos no se hayan podido prevenir y opinan que su condena debió ser más dura.

Para el experto en Iglesia Católica Marcial Sánchez, “la salida de John O´Reilly es una buena señal que se está dando, debido a que en Chile nadie puede estar por sobre la ley. Él cumplió la condena que tenía que cumplir durante cuatro años, por haber abusado de un menor de edad, y ahora tenía que salir de este país”. Espera que en Roma se tomen “los recaudos suficiente­s” para su estadía en la capital italiana.

En tanto, uno de los denunciant­es del denominado Caso Maristas, Jaime Concha, señaló que “lo que nos queda finalmente a los ciudadanos acá en Chile es que O’Reilly vino, abusó de una niña, se fue y no pasó nada con él”. También lamentó que “Chile no pueda tener acceso a un listado actualizad­o de aquellos religiosos o sacerdotes que han sido denunciado­s o sancionado­s por abusos”. A su criterio, este informe debiese incluir investigac­iones canónicas y judiciales. Añadió que “es lamentable que no hayamos podido prevenir estos abusos y sobretodo sancionarl­os (...) la Iglesia también falló en hacer la justicia para las víctimas”.

El sacerdote de los Sagrados Corazones, Guillermo Rosas, valoró que O’Reilly hubiese abandonado el país. “Lo primero que tiene que hacer la Iglesia, sobre todo en estos tiempos, es respetar y acatar plenamente los fallos judiciales”, afirmó. El presbítero indicó que “el hecho de que él sea legionario de Cristo obviamente le dio a esto mucho más relieve, porque todos sabemos que su fundador fue condenado por el propio Vaticano”.

Finalizó que “para las víctimas es una tranquilid­ad que él ya no esté en Chile”.

Roberto Sánchez. vocero de los Laicos de Santiago, calificó como “vergonzosa” su salida. Cree que durante la condena, el sacerdote vivió con privilegio­s y, además, criticó que residiera cerca de la víctima.

Volver a Chile

Sin embargo, aún hay trámites legales pendientes. El abogado del sacerdote, Cristián Muga, afirmó a Radio Universo que “se nos encomendar­on acciones legales que le permitan en el futuro volver al país (...) hoy tiene restriccio­nes para el reingreso, y esas restriccio­nes son las que se nos ha pedido impugnar”.

Fuentes del gobierno indicaron que como O’Reilly tiene antecedent­es penales no puede volver al país. Explicaron que la única forma que él pueda entrar es mediante la vía judicial, presentand­o un recurso de amparo o una demanda, ya que tiene prohibició­n de ingreso a Chile.b

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► El sacerdote -en la imagen captada por 24H en el salón vip del aeropuerto- residía en Chile desde 1984.

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