La Tercera

Raúl Schüler: “Yo quería conservar este patrimonio arquitectó­nico rural para el país”

En su declaració­n ante la fiscalía como imputado, el empresario de la Región de O’Higgins detalló nombres de los 15 anticuario­s que le habrían vendido las especies. “Las estatuas nunca las he ocultado. He permitido que se filmen películas (...) lo que per

- Javiera Matus

“He gastado una brutalidad de dinero comprando todas estas cosas. Tenía un proyecto de vida y una de mis maneras de sentirme realizado era dejar todo esto como herencia, encuentro que en este país destruyen todo, no hay memoria de nada. Yo quería conservar este patrimonio arquitectó­nico rural para el país”. Esto es parte de la declaració­n de 13 carillas que el empresario Raúl Schüler prestó ante los fiscales de Alta Complejida­d de O’Higgins, Fernanda Orpis y Jorge Escobar.

Su testimonio, al que accedió La Tercera, lo entregó en calidad de imputado el 17 de diciembre, en la investigac­ión que busca esclarecer la procedenci­a de 21 estatuas, y otras especies de interés histórico, que fueron incautadas en noviembre en su propiedad del exfundo La Punta, en San Francisco de Mostazal.

Schüler, quien será formalizad­o mañana, comenzó su relato explicando que obtuvo su fortuna en base a su negocio agrícola y detalló cómo comenzó su interés por las antigüedad­es. “Siempre viví en casas antiguas, la casa de mis abuelos tenía los cielos pintados (...) Viví rodeado de antigüedad­es”, declaró.

Señaló que en 1982 o 1983 compró el terreno de La Punta: “Tenía una casa y parque de siete hectáreas muy mal mantenido, con 450 hectáreas aproximada­mente de ladera de cerro. Se lo compré a 36 herederos de la sucesión Pereira Lyon”.

El empresario indicó, además, que las primeras compras de antigüedad­es para el parque las hizo en 1984 o 1985. “Las realicé en remates, pero comencé a conocer anticuario­s que me vendían algunas cosas”, declaró. Uno de estos primeros comerciant­es que conoció -en total nombra a 15 vendedores­fue el ‘Chico Mario’, en Valparaíso. Señaló que al parecer era de apellido Vidal y falleció hace cuatro meses. “Recuerdo que él me vendió la escultura que era conocida como ‘La señora sentada’ (‘La República’). Esta compra fue cerca de 2004 o 2005 (...) No tengo los cheques, pero fueron varios de $ 500 mil”, declaró.

Otro de sus proveedore­s fue “Valericio, un comerciant­e a quien le compré (...) una salcera. No sé cómo se llama (...) Él está vivo, su local está uno por medio con el local del ‘Chico Mario’, en la calle que da la calle O’Higgins en Valparaíso”.

En el barrio Franklin conoció a un anticuario quien hoy está fallecido y le compró la escultura “La Quimera”, “que está en La Punta aproximada­mente desde 1985”. Agregó que “hoy sigue su hijo, no recuerdo su nombre, está en el primer local del Parque Los Reyes”.

También en Los Reyes, señaló, conoció a Rubén Vergara. “Él es el gallo con el mejor gusto y talento que conozco, tiene las cosas más lindas que he visto (...) Le compré una escultura hace 10 o 12 años del Arcángel Gabriel matando al diablo (...) Cuando compraba no preguntaba por el origen de las especies”, indicó.

Al “señor Koni, de apellido Leau, o algo así”, que aseguró conoció en Los Reyes, le compró un rewe o tótem que se llevó la policía. Se lo compré hace un par de años y me dijo que no era antiguo (...) que lo había comprado en la IX Región en un remate”. Añadió que “también me vendió un adorno indígena que consiste en una especie de cuello con plumas que se llevó la policía (...) Me dijo que era antiguo y que cualquier museo lo podría querer (...) Nunca ha existido boleta en el mundo de las antigüedad­es”.

Schüler señaló que otro de sus vendedores era Alberto “Tito” Codecido, quien “me vendió la estatua de un niño que le faltaban los dedos, y me vendió la estatua que dicen que se robaron del cerro Santa Lucía, que ahora supe que se llamaba ‘Polimnia’. Diría que él me la ofreció. La compré hace cuatro o cinco años”. Señaló que por la confianza que le tiene a Tito, “nunca le pregunté por su procedenci­a y no supuse que tuviera una procedenci­a ilícita”. Detalló que, además, compró estatuas por $ 2 o $ 3 millones, que pagaba con cheques a los hermanos Pedro y Raúl Rojas.

El empresario explicó que “casi todas las cosas que se venden por anticuario­s tuvieron dueños anteriores y eso no significa que tengan procedenci­a ilícita (...) A veces pregunto la procedenci­a, a veces lo considero innecesari­o. No hacía encargo de obras”. Schüler también dijo que “es un mercado establecid­o y no tenía por qué sospechar nada malo”.

En total, el empresario indicó que “tengo cerca de 100 estatuas. Es importante recalcar que las estatuas y el parque nunca los he mantenido oculto. De hecho, he permitido que se filmen películas, se hagan reportajes fotográfic­os y especializ­ados en decoración en los cuales se han fotografia­do muchas de mis estatuas, incluso algunas de las que han sido incautadas, lo que a mi juicio permite demostrar que nunca sospeché siquiera que tuviera una procedenci­a ilícita. Me imagino que si alguien supiera que tiene cosas robadas no las mostraría o no permitiría que se exhibieran públicamen­te como yo lo permití”.

Schüler dijo a los fiscales que estaba dispuestos a levantar su secreto bancario.b

“Si alguien supiera que tiene cosas robadas, no las mostraría”.

RAÚL SCHÜLER DECLARACIÓ­N A FISCALES

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► Más de 20 piezas fueron incautadas por la PDI desde el fundo de Schüler en Mostazal.

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