La Tercera

Ríos busca volver a ganar un torneo profesiona­l

Marcelo Ríos Tenista El Chino se prepara para la exhibición de este viernes ante Lapentti en Monticello. Y suelta una bomba: su intención de volver a jugar en enero un certamen profesiona­l 15 años después de su retiro.

- Carlos González Lucay

Marcelo Ríos (42) está de vuelta en Chile para su exhibición de este viernes ante el ecuatorian­o Nicolás Lapentti en el Gran Arena Monticello, un encuentro que se ha tomado muy en serio. ¿Cómo ha sido este regreso?

Ha sido movido, vine a hacer varias cosas. Es bonito, porque he estado con mi familia. Vino hasta la Constanza a verme jugar. Lo hemos pasado bien, hemos hecho hartas cosas con la Coni, que es la hija que menos vemos. Espero poder jugar bien, hacer un partido entretenid­o. Me he preparado bastante para estar en forma y hacer un buen papel. ¿Cómo ha sido la preparació­n?

Estoy viviendo en Sarasota, cerca de Bollettier­i y he estado entrenando en la academia con tipos de bastante nivel. Ahí no hay tipos que jueguen mal. Me he estado preparando harto, tuve que bajar de peso. Alcancé a bajar 12 kilos y a llegar casi a mi peso de cuando jugaba. Estoy contento, es algo diferente. Me puse una meta y era como cuando jugaba en el tour; una cosa más profesiona­l. ¿Cómo fue entrenar con Victoria Azarenka?

Me pidió jugar y le dije que no. Después le dije que sí y jugamos un fin de semana. Bien ella. Está como 50 y volviendo después de haber tenido una guagüita. Antes éramos bastante profesiona­les para la época, pero hoy en día se pasó. Azarenka andaba con cinco o seis tipos: uno le encuerda, otro le pone el grip, otro ve la alimentaci­ón... La conclusión que sacaba es que a mí me entrenó Astorga y no tenía idea de lo que hacía, comparado con hoy. No lo culpo. Quedó ahí que él me cagó la espalda, pero no tengo idea y no lo creo. Está obsoleto lo que él hacía con su entrenamie­nto. Creo que está a años luz de todos estos tipos. Realmente me di cuenta de que estuve dando la hora con Astorga. Pero algo habrá tenido. Después entrenó a Tommy Haas.

Trabajó dos días con Haas. No sé si será bueno. Lo estoy comparando, porque fue el único preparador físico que tuve. El tipo trabaja de una manera. Obviamente, son otros tiempos. Pero está a años luz de todos estos tipos. Si lo comparo, no tenía idea de cómo se entrena a un tenista. Creo que algo me ayudó y no es por desmerecer lo que hizo, pero no hay comparació­n con el entrenamie­nto físico. Hoy los tipos levantan pesas, son fuertes. Es otro nivel, que nunca tuve. Creo que Astorga no estaba capacitado para entrenar a jugadores de alto nivel. Eso es por los tiempos, hoy han evoluciona­do las cosas. Lapentti viene de ganarle a Henman. ¿Cómo vislumbra el partido?

Al Nico no lo veo hace tiempo, no sé cómo está. Me baso en lo que jugábamos como profesiona­les, siempre fueron partidos apretados. No creo que sea la excepción. Va a ser una experienci­a bonita. Se le ve contento. ¿Ocurrió algo?

Lo voy a contar en el momento que sea adecuado… ¡Es que tampoco es algo que sea para esconderlo! No tengo ningún problema. Se puede tomar quizás como una locura, que a mí me hace sentido, me motiva y es porque me siento bien. Creo que he podido lograr lo que quería. He estado entrenando, he estado jugando bastante bien, aguantando bastante bien... Lo que me preocupaba era lesionarme. Siempre he dicho que hago las cosas demasiado exigente y no me doy cuenta de que voy a cumplir 43 años (el 26 de diciembre). Entonces, en vez de cuidarme un poco, si hay que entrenar tres horas, entreno aunque termine hecho mierda. Me sentí bien. Tuve un pequeño problema en los codos, pero lo solucioné. Mi idea es volver a jugar un challenger en Estados Unidos, el 7 de enero. Le pedí ayuda a un tipo muy capacitado como Pato Apey, para que me consiga un wild

card. Más que yo querer jugar, porque no quiero volver al Tour recuerda que Muster quiso volver y no pudo-, sí jugar un torneo en Ohio, de 50 mil dólares. Un challenger y poder ganarlo y llegar a hacer historia de nuevo y tratar de ser el jugador más viejo en ganar un torneo profesiona­l. No es para volver, pero me bajó esto, porque me sentía bien, tenía el apoyo de mi señora, que me había dicho que jugara con los veteranos, pero le dije: “qué lata, no es lo mío”. Le encontré sentido, estoy cerca, me sentía bien. Habíamos visto otro challenger, pero lamentable­mente los challenger­s son de la USTA. Entonces, ellos tienen un contrato en el que dan los wild

cards a los americanos y no me lo pueden dar. En Ohio estoy esperando. Y si no se puede, no lo voy a hacer. Hay otro en Orlando en febrero, pero está la Copa Davis y no me da para entrenar un mes. Entrené estos 10, 20 días, y con eso me siento bastante bien como para jugar ya. ¿Y en qué están las tratativas?

Están en conversaci­ones. No sé en lo que va, no he hablado con el Pato. Pero le dije que tenía que saberlo antes de empezar la exhibición, porque tengo que entrenarme un poco más. Tampoco quiero entrenar para que después me digan que no. Entonces, no quiero quedar con el gustito y sentirme que estoy jugando bien. Es una locura que se me ocurrió. Obviamente he pensado bien y con moderación. Por eso un challenger de 50. Tampoco me voy a meter a jugar un ATP, porque sé que no estoy para eso. Es solo para sentirme todavía vivo. A los 43 años, yo sé que no es lo mismo. Con pendejos de 20 se nota la diferencia. Lógicament­e los tipos son fuertes y físicament­e más capacitado­s, pero me siento capaz de hacer algo. ¿Pero no le pica el bichito de jugar más torneos?

Lo que pasa es que tengo que ser realista y no estoy para jugar tanto. Pato me decía: “juégate el challenger y después te consigues un

wild card en un 250”. No es eso, yo no quiero viajar ni nada. Lo estoy haciendo porque vivo en Estados Unidos, me he sentido bien, he estado jugando bien y la gente en Twitter de repente me dice que vuelva y me ha picado el bichito.

Si no me hubiera sentido bien ni hubiera bajado de peso, como cuando jugaba, ni tratar de hacerlo bien y sentir que era rico, no hubiera tomado la decisión. De aquí al 7 me puedo lesionar, porque entreno harto y puede pasar cualquier cosa, pero me gustaría hacerlo, que me dieran el wild card, intentarlo. Sería para hacer historia. Imagínate: ganar un challenger a los 43 años es bonito, sea en lo que sea. Me siento capacitado para jugarlo y ganarlo. Si no me sintiera jugando bien, no lo haría. No lo necesito, es más lo que pierdo que lo que gano. Pero estoy capacitado. Hablaba de Muster, ¿ha tenido algún contacto con él?

Estuve en los seniors con él, compartí bastante, pero no tengo comunicaci­ón con él. ¿Qué opinión tiene de Austria, próximo rival en la Davis?

Están los Melzer. Yo jugué con uno de los Melzer, el zurdo. Son tipos que juegan muy bien. Thiem, para qué hablar. En Copa Davis debe ser bastante difícil. Pero está la esperanza, si Jarry le ganó... Jarry le ganó a Cilic y Cilic ganó la Copa Davis. Hay una expectativ­a bastante bonita, muy interesant­e. Garin viene en alza, Podlipnik y Peralta juegan bien dobles. Los cuatro están entre los 100 primeros. Tenemos el mejor equipo que hemos tomado. Nicolás está motivado, yo estoy motivado. Aparte los jugadores están motivadísi­mos, porque entrar al Grupo Mundial es una muy buena cantidad de plata. Todo está jugando a favor. Hablé con el presidente y me dijo cómo son las cosas. Decidí pagarme el pasaje y todo yo; que no me paguen por la Copa Davis, pero sí recibir un bono si es que alguna vez ganamos. Yo siempre he dicho que la Davis no es para hacerme millonario. Estoy feliz de aportar, quiero ir. No he podido contribuir tanto como me gustaría, pero estas son las etapas importante­s: jugar con tipos top ten. Ayudar a Garin y Jarry a jugar singles me motiva y creo que a ellos les gusta.

Thiem, junto con decir que veía partidos de usted, dijo que Austria era favorita. ¿Coincide?

Cuando juegas de local siempre eres favorito. Tienen mejor ranking, porque Thiem está seis o siete y está entre los mejores del mundo. Son locales, tienen experienci­a, pusieron arcilla techada. Tienen todas las de ganar, pero tenemos equipo, las ganas. Siempre en Copa Davis se pueden dar sorpresas.

Además, le permitiría a usted sacarse la espina de no haber llegado nunca al Grupo Mundial.

Así es. Y es lo que yo digo. Si no pude como jugador, me encantaría hacerlo como parte del equipo. ¿Solucionó los problemas con el presidente, Sergio Elías?

Tuve una reunión muy larga con él y entiende mi postura y yo la suya. Quizás fui duro con él y fui influencia­do por otra gente para decir lo que dije. Dije que el tenis se iba a la mierda, pero escuchando a gente que quizás no debería haber escuchado y tomando cosas que yo tomé como verdades. Le pedí perdón, le dije que era él un tipo más viejo que yo, que merecía respeto y que quizás en vez de ha-

berlo dicho públicamen­te, se lo debería haber dicho en persona. Me hizo entender y me hizo ver. Obviamente es lo que dice él, yo le creo al presidente, porque por algo está en la ITF. Algo de verdad tiene. Para qué me va a estar mintiendo. Le pedí perdón, le dije que estaba todo arreglado. Yo lo conozco a él hace mucho tiempo, es un caballero y lo que dije no es porque le tenga mala. Fue un malentendi­do. Es un tipo abierto que escucha y que entiende.

¿Qué le parece los premios que le están dando a Joaquín Niemann por todos lados?

Es como cuando se ganaron las medallas, que lo encontré la raja. Fue una noticia potente, nunca se había ganado medalla en nada. Esto es lo mismo. De repente, sale un golfista que le ha ido bien, aunque todavía no gana un torneo, pero habla Tiger Woods y dice que el tipo es increíble, Ernie Els lo quiere llevar a la Presidents Cup... El tipo es bueno, lo critican por su

swing, pero siempre hay crítica. Yo hablo con el gente especializ­ada en golf, como el agente que tenía yo y que trabaja con golfistas. Él me dice que mentalment­e es muy bueno. Yo también he conversado con el papá de Niemann. Bien merecido. Que Jarry esté 40 también lo encuentro espectacul­ar. A Joaco lo comparan con usted.

Está bien. Las comparacio­nes son medio hueonas. Han hecho comparacio­nes de las platas que ha ganado... No hay comparació­n, en el golf se ganan millonadas de plata en prize money. Obviamente tiene 40 años más para competir y debería ganar más de lo que gané yo. El tipo es bueno, lo ha demostrado. Usted no ha entrado al salón de la fama del tenis. ¿Qué le parece?

Me preguntaro­n qué opinaba de que si yo merecía estar en el salón de la fama, porque Federer había dicho que debía estar. Respondí que lo que opinen los gringos me da lo mismo, pero con que Federer me haya elegido me doy por pagado. Y soy del salón de la fama, porque Federer es lejos el mejor de la historia. ¿Pero le gustaría estar?

No me quita el sueño. ¿Y por qué cree que no lo eligen?

Lo que pasa es que en el tenis es todo gringo y está todo manejado por ellos. Nunca tuve muy buenas relaciones con la ATP de los gringos. Ahora vivo en Estados Unidos y a los americanos los encuentro la raja, pero la gente de la ATP fue maldita con los sudamerica­nos.

“Mi idea es volver a jugar un challenger, en Estados Unidos, el 7 de enero. No quiero volver al Tour, sí jugar un torneo en Ohio, de 50 mil dólares”.

“Sería para hacer historia. Imagínate: ganar un challenger a los 43 años es bonito, sea en lo que sea. Me siento capacitado para jugarlo y ganarlo”.

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El tenista, que entrenó ayer en el Club Providenci­a (en la foto), cumple este mes 43 años.
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► Marcelo Ríos, ayer, posa para la entrevista en un hotel del sector oriente de Santiago.
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► Marcelo Ríos, ayer, entrenando en el Club Providenci­a.

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