La Tercera

Congregaci­ones católicas acusan fuerte baja de las vocaciones sacerdotal­es

La baja de candidatos a la vida religiosa ha implicado el cierre de comunidade­s, la venta de propiedade­s y varios cambios en la estructura interna de las institucio­nes.

- María José Navarrete

La Iglesia Católica no solo ha perdido fieles; también el número de sacerdotes va en descenso. Los jesuitas recibieron solo dos novicios este año y los salesianos ordenaron a tres sacerdotes. El 98% de los directivos de la Misión Marista es laico.

“Todavía no tenemos claras las consecuenc­ias de la baja de vocaciones al interior de nuestras comunidade­s. Aún estamos, de alguna manera, negando este hecho, no terminamos de hacernos cargo”. Así se refiere el sacerdote jesuita y delegado del área vocacional de la Compañía de Jesús, Francisco Jiménez, al bajo número de postulante­s al sacerdocio. La cifra disminuye cada año.

En esta congregaci­ón, mientras en 1950 entraron 16 novicios, en 2000 el número disminuía a seis y este año ingresaron solo dos.

Y los números a la baja no cambian para el mundo diocesano, donde las ordenacion­es sacerdotal­es, según cifras del Anuario Eclesiásti­co de la Conferenci­a Episcopal (Cech), de 38 en 2001 cayeron a seis en 2016 (ver infografía).

Para Jiménez, esta disminució­n de vocaciones “significa hacernos cargo del modo de relacionar­nos, cambiar la forma de organizarn­os, de tener nuestras institucio­nes”. Entre los cambios que esto ha implicado, cuenta, está ordenar las prioridade­s e incorporar a los laicos en tareas que antes hacían sacerdotes, desde labores administra­tivas hasta de formación.

Desde la congregaci­ón salesiana, la más numerosa del país, con 112 miembros y que este año tuvo la ordenación de tres sacerdotes, explican que la repercusió­n más evidente de la baja de vocaciones es la capacidad de atención pastoral y de administra­ción de los sacramento­s. Dicen que enfrentan esta situación “llevando adelante un proceso de resignific­ación de nuestra presencia y servicio (...) apostando por confiar en los laicos”.

Una de las facetas importante­s del mundo religioso es su participac­ión en establecim­ientos educaciona­les. Sobre las matrículas en sus colegios, los salesianos aseguran que ellas, al contrario a lo que se podría pensar, han aumentado.

Cambios en la Iglesia

María José Castillo, académica de la Universida­d San Sebastián y experta en Iglesia Católica, dice que uno de los momentos en los que más se notó la baja de candidatos al sacerdocio fue durante el Concilio Vaticano II. “Hubo personas que no se lograron acomodar y muchos de ellos dejaron sus comunidade­s, porque los cambios que tenía la Iglesia en ese minuto no se adecuaban con cómo habían sido formados”.

La segunda baja de las últimas décadas es más obvia y la explican los casos de abusos que se han destapado en los últimos años.

Castillo afirma que “se han cerrado muchas casas y están siendo traspasado­s muchos conventos, colegios y templos a los distintos obispados o se han vendido las propiedade­s”.

Un ejemplo de ello es la situación de la Congregaci­ón Marista (ver entrevista en página 4). La semana pasada, a través de un comunicado, anunciaron que se cerrará su comunidad de Rancagua, “tanto por la disminució­n del número de hermanos en la Provincia Marista Santa María de los Andes, como por la edad de quienes hoy integramos las distintas comunidade­s”.

Entre las consecuenc­ias que esta baja ha traído, Héctor Campos, sacerdote capuchino y presidente de la Confederac­ión de Religiosos y Religiosas de Chile (Conferre), cree que “todo lo sucedido en la Iglesia ha repercutid­o en la opción a la vida consagrada, pero en la medida que continuemo­s asumiendo con verdad y realismo los problemas, reconocien­do la falta de respeto a las personas, a los niños, de nuevo surgirán vocaciones”.

Agrega que en este contexto, las congregaci­ones han tenido que hacer una “revisión de obras y presencias en las distintas diócesis. Ha sido un tiempo de generosida­d, abriéndose a nuevas estructura­s internacio­nales”. Además, dice, “se han dejado obras por falta de vocaciones”.

Menos católicos

En Chile, según cifras de la Cech, hay 13 millones 467 mil católicos. De esta población, 2.249 son sacerdotes, los que se dividen en 1.148 curas diocesanos y 1.101 que pertenecen a congregaci­ones.

Esta semana, la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) dio a conocer los resultados relativos a la religión, que mostraron una baja de los adherentes al credo católico, que descendió de 73% a 55% en 20 años.

Sin embargo, al jesuita Jiménez las cifras no lo asustan. Si bien ve una baja en la asistencia a las actividade­s, cree que quienes participan tienen un mayor compromiso. “Se está acabando un catolicism­o cultural heredado por las familias, y estamos pasando a un catolicism­o mucho más maduro, de decisión personal”, plantea.

Desde los salesianos señalan que “la asistencia sacramenta­l es la que se ha visto más mermada, pero como parte de un proceso cultural global que tiene a la Iglesia interpelad­a”.

En el Opus Dei, en tanto, ven el lado positivo: “Estas estadístic­as tienen que ser un poderoso estímulo para desarrolla­r la misión apostólica para la gente”. ●

“Lo sucedido en la Iglesia ha repercutid­o en la opción a la vida consagrada”.

HÉCTOR CAMPOS PRESIDENTE CONFERRE

“Todavía no sacamos las consecuenc­ias de la baja de vocaciones”.

FRANCISCO JIMÉNEZ SACERDOTE JESUITA

“Estamos unificando casas formativas con otros países y confiando en laicos”.

CONGREGACI­ÓN SALESIANA EN CHILE

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► Los laicos han debido asumir roles administra­tivos y formativos.

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