La Tercera

“Hay que mejorar la equidad del sistema de admisión”

Marcela Cubillos Ministra de Educación: La secretaria de Estado adelanta los pasos que ejecutará el gobierno para reformar la educación superior, en especial el modelo que tiene a la PSU como principal herramient­a de selección universita­ria.

- Michel Nahas Bordón

La ministra de Educación, Marcela Cubillos, anuncia un 2019 marcado por una intensa agenda legislativ­a, que espera iniciar en enero con la presentaci­ón de dos nuevos proyectos de ley. Sin embargo, sabe que parte importante de la discusión del próximo año se concentrar­á en los cambios al sistema de educación superior y a la construcci­ón del modelo que reemplazar­á al actual sistema de admisión vía PSU.

La próxima semana, muchas familias estarán atentas a los resultados de la PSU y sus postulacio­nes a la educación superior. La nueva ley establece que el control de este sistema va a emigrar de las universida­des a la futura subsecreta­ría. ¿Cómo visualiza el futuro de este sistema de admisión, al que hoy se acusa de perpetuar las brechas socioeconó­micas?

Así es. La ley establece que en mayo de 2019 tiene que estar el decreto que genera la Subsecreta­ría de Educación Superior, y en ese decreto se establece la fecha en que inicia sus funciones. Por lo tanto, probableme­nte la subsecreta­ría la tengamos en funcionami­ento para el segundo semestre. También, para el sistema de admisión de educación superior, la ley establece que tienen que generarse dos comités técnicos: uno para el sistema universita­rio y otro para el técnico-profesiona­l. Esos son dos comités técnicos que los queremos tener funcionand­o en marzo o abril, y son los que tendrán que resolver el nuevo sistema de admisión. Ahora, en términos de opinión, yo quisiera que aquí se diera un debate serio, profundo y con mucho conocimien­to técnico, con el objetivo de mejorar la equidad en el sistema de acceso a la educación superior. Me tocó, como diputada, el debate con el que se cambió la Prueba de Aptitud Académica (PAA) por la Prueba de Selección Universita­ria (PSU). Y no tengo un buen recuerdo de ese debate.

¿No tiene una buena evaluación de la PSU?

Lo que digo es que se tomaron decisiones con mucha precipitac­ión. Se daban conclusion­es zanjadas, sin conocimien­tos técnicos, de decir que la PAA era discrimina­toria y que la nueva prueba sí iba a corregir todas las discrimina­ciones. Se pasó por distintos sistemas. Me acuerdo de que en algún momento iba a haber otro, pero se termina en la PSU, que es una prueba de conocimien­tos y que, obviamente, los colegios con alumnos más vulnerable­s no alcanzan ni siquiera a terminar de pasar el currículum. Ahora tenemos la oportunida­d de hacer un debate profundo. Creo que hay que ver distintas cosas: de qué manera se aumenta la equidad en los sistemas de ingreso a la universida­d, de qué manera se mide también la propensión que tenga el estudiante a poder sacar adelante la carrera técnica o universita­ria en la que se va a iniciar, y de qué manera se comparte responsabi­lidad con las institucio­nes en la selección de esos alumnos.

¿A qué se refiere?

Estoy diciendo que se arme un debate con mucho conocimien­to técnico para lograr mayor equidad y que, obviamente, la forma en que se estructura el sistema de ingreso les dé también responsabi­lidad o podamos compartir responsabi­lidad con las institucio­nes de educación superior para, ojalá, decirles que si ese alumno fue selecciona­do y se esfuerza durante su carrera, va a poder titularse oportuname­nte, porque en el fondo entró a la institució­n y carrera apropiada para él. Por decirlo de una manera sencilla, hacer a las institucio­nes correspons­ables de la titulación oportuna de sus estudiante­s. Hoy esos porcentaje­s son muy bajos.

Hoy el sistema está basado en una prueba estandariz­ada y en el mérito académico que cumplió el alumno durante la educación media. ¿A eso habría que sumar más elementos,

por lo que dice usted, como la participac­ión de las universida­des directamen­te?

No quiero adelantar la discusión técnica, pero quizás habrá que darles un cierto porcentaje, como se les da hoy día a las notas por ranking académico. Hoy día se producen, por decirlo de manera muy rápida, dos factores que obviamente están distorsion­ando el sistema. Uno es lo que plantean apoderados de los liceos emblemátic­os, de cómo los perjudica, por ejemplo, el ranking de notas. Ellos mismos dicen “que un hijo nuestro tenga estas notas o este ranking en este colegio, de mayor exigencia, le pone inmediatam­ente una dificultad frente a otros”. Entonces, de qué manera mantenemos los incentivos para que los alumnos se mantengan en colegios muy exigentes y no deserten de ellos. Y en segundo lugar, con aquellos que están en enseñanza media técnico-profesiona­l y que, obviamente, enfrentan la

PSU con desventaja, porque en tercero y cuarto medio tienen una enseñanza diferencia­da. Esas cosas hay que corregirla­s.

Usted es partidaria de revisar todo el sistema.

La ley nos obliga, y eso abre una tremenda oportunida­d para hacer cambios. Hay que mejorar la equidad del sistema de admisión para nuestros jóvenes.

La nueva ley ordena también profundos cambios en materia de aseguramie­nto de la calidad, que podrían significar el cierre de muchas institucio­nes. ¿Cómo esperan afrontar situacione­s como la que hoy vive la Universida­d del Pacífico?

Creo que lo hemos abordado en concreto.

¿Pero no cree que están llegando a los casos cuando ya están declarados?

En el fondo, abordarlo en concreto implica, por una parte, que la primera decisión como ministra de

TITULACIÓN OPORTUNA

“(Hay que) hacer a las institucio­nes correspons­ables de la titulación oportuna de sus estudiante­s. Hoy esos porcentaje­s son muy bajos”.

U. DEL PACÍFICO

“Iniciamos una investigac­ión porque nos parecía que era razonable hacerla. Dicha investigac­ión está cerrándose en estos días”.

ADMISIÓN ESCOLAR

“La idea es ingresar en enero algún proyecto de ley para poder introducir más justicia al sistema de admisión escolar”.

Educación fue apurar el nombramien­to del superinten­dente de Educación Superior y tener la Superinten­dencia funcionand­o en mayo, que es bastante antes que el plazo que la ley exigía. ¿Por qué era tan importante en mayo? Porque entonces vence el plazo de un año desde la promulgaci­ón de la entrada en vigencia de la ley de educación superior y, por lo tanto, van a entrar a regir también todas aquellas normas que exigían a las universida­des adecuar y acomodar los contratos. Entonces, queríamos tener la Superinten­dencia funcionand­o lo antes posible y no al vencimient­o de los plazos que nos exige tenerla en funcionami­ento.

¿Qué va a pasar con la Universida­d del Pacífico?

Apenas tomamos conocimien­to de sus estados financiero­s, lo que ocurrió en octubre, se inició una investigac­ión sin que ni siquiera hubiera denuncia formal. Porque aquí uno ha visto que la administra­ción anterior

dijo que no iniciaron investigac­ión porque no habían tenido una denuncia formal. Bueno, sin denuncia formal iniciamos una investigac­ión, porque nos parecía que era razonable hacerla. Esa investigac­ión esta cerrándose en estos días.

¿Cuándo se conocerá?

En estos días, literalmen­te. Con ese cierre de investigac­ión, si hay antecedent­es, lo que permite es formular cargos a la universida­d, designar un administra­dor de cierre y solicitar, en el fondo, la pérdida de reconocimi­ento oficial y poder, como Estado, hacernos cargo del cierre de esa universida­d. Además, hicimos otra cosa como ministerio: oficiamos a todas las universida­des a que publiquen en sus páginas web, en un lugar destacado, la informació­n financiera, académica y de empleabili­dad de sus carreras.

Admisión escolar

Usted ha sido crítica con el nuevo

sistema de admisión escolar, conocido como “la tómbola”, y habla de hacerle cambios. ¿Por dónde parten esas modificaci­ones y cuándo pretende hacerlas?

Este es un ministerio en que yo siento que las cifras y porcentaje­s no bastan, y hay que ir a atender historias concretas...

¿Lo dice porque 82% de los alumnos ha quedado en sus primeras preferenci­as?

Pero por Dios que es fuerte cuando vienen acá papás de hijos que postularon a primero medio con notas 6,7 y 6,9 que no quedaron en ninguna de sus preferenci­as, y terminan en colegios muy distintos a los que ellos habían querido toda la vida. Una niñita que vino me dijo “de qué me sirvió el esfuerzo durante todos estos años”, y un papá, que vino sin su hija, porque ella estaba con depresión, me contó que la hermana más chica le decía “para qué te esfuerzas si al final da lo mismo”. Es el típico

ejemplo en el que los porcentaje­s esconden problemas que afectan de manera muy determinan­te la vida de un joven o una joven que se esforzó durante toda su vida.

¿Es necesario valorar el mérito académico? ¿Cómo se lograría eso?

Hay tres cambios que nos gustaría impulsar. Uno es que para efectos de postular a la enseñanza media, sí debiera considerar­se de alguna manera el mérito académico y el esfuerzo. En segundo lugar, hay un problema muy humano, pero muy urgente de solucionar, que consiste en que no se considera en la priorizaci­ón como hermanos a los que viven dentro de una misma casa, aunque no tengan vínculos consanguín­eos, aunque es lógico que sí son hermanos y, por lo tanto, pueden tener la misma priorizaci­ón. Y hay un tercer aspecto que en principio me gustaría corregir, y que hemos visto en concreto: hay colegios con muy buenos resultados, que se instalan

con un proyecto de querer educar a los más vulnerable­s entre los vulnerable­s. Lo hemos visto, por ejemplo, en proyectos en Bajos de Mena, y ellos dicen “nosotros tenemos buenos resultados”, y nos empiezan a llegar postulante­s menos vulnerable­s que aquellos a los que apuntamos. Entonces, cómo no va a ser posible que ese proyecto, que tiene buenos resultados académicos, que quiere educar a los más vulnerable­s de los vulnerable­s, les aseguren solo 15%, cuando quisieran tener, quizás, un porcentaje más alto. Estamos trabajando en ellos, porque la idea es ingresar en enero algún proyecto de ley para poder introducir más justicia al sistema de admisión escolar. Estamos agendando una bilateral con el Presidente para los primeros días de enero, para poder llevarle un anteproyec­to y así estar en condicione­s de ingresarlo al Congreso.

¿Cuáles serán las prioridade­s en la agenda legislativ­a para 2019?

Es bastante intensa. Entre los que están en tramitació­n está el proyecto de gratuidad de educación técnico-profesiona­l, el proyecto del reemplazo del CAE, y trataremos de ingresar en enero el proyecto de subvención de educación parvularia, el proyecto para reformar el sistema de admisión escolar que ya mencioné.

Durante el primer semestre estaremos con dos cosas que nos interesan bastante: una reforma a la Ley SEP, a la de subvención escolar preferenci­al, sobre la base de las propuestas que se hicieron en la comisión de Todos al Aula, y otra que es de reingreso escolar, que nos permita generar una nueva modalidad de reinserció­n escolar para jóvenes y niños que llevan mucho tiempo desvincula­dos del sistema formal. Mientras tanto, estamos terminando la ley de kínder obligatori­o en el Congreso y estamos apoyando unas mociones en materia de ciberacoso escolar a las que también queremos dar urgencia.

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