Debate por “extrema derecha” en Chile
Hay un fortalecimiento relativo de las posiciones más claramente de derecha, dentro del mundo de la centroderecha chilena, que se reflejó en las pasadas elecciones presidenciales en la candidatura de José Antonio Kast. La tendencia parece haberse fortalecido durante 2018, lo que ha sido alertado por diversas voces. Se tiende a asociar este fenómeno político chileno al fortalecimiento de distintas derechas en el mundo, que toman formas diferentes y responden a causas también diferentes, y que han cambiado el panorama político en Europa, Estados Unidos, y ahora Brasil. Si bien las especificidades de estas experiencias extranjeras dan luces para entender el fenómeno chileno, el análisis debe ir más allá de la explicación en base a una tendencia “global”.
La reforma al sistema electoral, que acabó con el sistema binominal e introdujo altos grados de proporcionalidad en las elecciones parlamentarias, es parte importante de la explicación. La reforma, así como permitió el surgimiento de una izquierda más doctrinaria -que pudo desligarse de la centroizquierdadio el espacio para manifestaciones más autónomas de la derecha que el sistema binominal mantenía supeditada a su coalición.
Preocupaciones por delincuencia o empleo quedan en ocasiones subsumidas en el tráfago de las polémicas “políticas”, con lo que la derecha, que normalmente prioriza estas causas vinculadas a la vida cotidiana, encuentra poca competencia para representar estas sensibilidades. Tampoco puede dejar de mencionarse el efecto del gobierno de la Nueva Mayoría, que generó la percepción de una crisis en gestación, desplazando el espectro político nacional hacia la derecha, como quedó demostrado en la última elección presidencial.
Atribuir a la derecha que se fortalece en Chile el carácter de “extrema”, y, por asociación, con cercanía a fuerzas racistas, xenófobas, homofóbicas, partidarias de la autarquía económica, o, derechamente antidemocráticas -que sí existen en el mundo- solo confunde el tema. Nada de esto tiene realidad en el caso de las fuerzas derechistas en Chile, que de momento no ostentan ninguna de estas características, y actúan dentro de las reglas democráticas. Con todo, la tentación de desplazarse hacia actitudes más radicales o populistas siempre puede estar latente en algunos sectores, y de allí la importancia de que las fuerzas políticas, manteniendo sus respectivas identidades doctrinarias, no pierdan la vocación hacia visiones más moderadas.