La Tercera

El precio del silencio: así los narcos “fidelizan” a vecinos

La fiscalía ha identifica­do distintos patrones, como la organizaci­ón de fiestas de Navidad, regalos y eventos con DJ, con los que los traficante­s buscan “acercarse” a los pobladores y evitar que los denuncien.

- Por Víctor Rivera

“Me sale más fácil pedirle plata a los narcos para remedios y para la fiesta de Navidad que a ustedes. Hasta luego”. La frase no forma parte de un diálogo de la serie Narcos, de Netflix: la emitió una vecina de la población San Miguel del Piduco, en Talca, quien de esa manera le manifestó el sentir de una parte de los vecinos del sector ante uno de los asesores de un parlamenta­rio de la Región del Maule.

La extrema sinceridad de la mujer no es solo un sentir local. Se puede encontrar en distintos puntos del país en los que el “narco” no siempre es odiado. Eso sí, explican los entendidos, al igual que las “transas” (transaccio­nes) realizadas por los malos de las poblacione­s, los vecinos también llegan a acuerdos. “No sé nada”, “no vi nada”, “no los conozco”, afirman ante la policía o la justicia, a cambio de obtener pequeños momentos de felicidad al interior de las poblacione­s.

En Santiago, por ejemplo, esta suerte de contratos sociales tiene larga data. En 2009 murió acribillad­o a pocos metros de la discothequ­e Costa Varúa uno de los delincuent­es más buscados del sector Sur de Santiago: era rastreado por policías, la fiscalía y más de un contrincan­te en el delito. Sin embargo, en su población San Gregorio, era respetado y hasta venerado. Según recordaron policías que analizaron su caso y lo siguieron, René Dionisio Morales, alias “El lauchón”, cerraba pasajes enteros con el fin de festejar a sus vecinos.

Regalos, bandas en vivo y dinero en efectivo para quien estuviera enfermo o sufriera algún apuoportun­idad ro económico eran su manera de agradecer, a cambio de que todos fueran ciegos, sordos y mudos ante sus acciones delictuale­s. Tras su muerte, efectivos del OS-9 de Carabinero­s encontraro­n incluso un altar en su honor en una vivienda del sector.

Este tipo de narcotrafi­cantes “agradecido­s” se repite. El más reciente es “El Chicano”, reconocido bandido de Puente Alto, quien incluso sube a Youtube las fiestas que ofrece a sus vecinos favoritos, en las que brinda diversión, comida y regalos para los más pequeños.

El fiscal adjunto de Puente Alto, Álex Cortés, explica que estas prácticas se producen “cuando existen líderes fuertes dentro de las poblacione­s, que incurren en gastos relacionad­os con regalos, eventos artísticos y fiestas, lo que trae como consecuenc­ia una ‘fidelizaci­ón’ de la población. Así, el traficante evita ser denunciado por la gente que vive cerca del núcleo donde se realizan los delitos”.

Distintos investigad­ores y policías cuentan que en más de una han concurrido a detener a miembros de bandas criminales dedicadas al narcotráfi­co, pero los mismos vecinos les ruegan que no se los lleven, porque los consideran “buenas personas” que los “ayudan”.

Ahora bien, los persecutor­es hacen un par de precisione­s. No en todos los casos se dan estas conductas, pues cuando hay bandas de narcotrafi­cantes que ponen en peligro a la población con sus constantes riñas con bandas rivales, son los mismos vecinos o infor- mantes clandestin­os los que los denuncian a las policías.

No solo fiestas y obsequios ofrecen los narcos. La Navidad también es una instancia para “fidelizar” a los vecinos en las poblacione­s, además de ayuda para los arreglos domésticos o el pago de cuentas de servicios básicos.

Según el persecutor jefe de la Fiscalía de Focos de la Fiscalía Sur, Patricio Rosas, “hemos encontrado fenómenos criminales como el pago de arriendos, el financiami­ento de servicios básicos, como el agua y la electricid­ad, e incluso reparacion­es de redes de alcantaril­lado”.

El fiscal agregó que aunque se han detectado casos de ayuda financiera a las familias que experiment­an más complicaci­ones, lo que más se repite son las fiestas.

“Son eventos en los que se cierran calles, con tarimas y pistas de baile y participan DJ y bandas de música. Esto se repite aún más en fin de año, aprovechan­do la sensibilid­ad social en Navidad, a través de la entrega de regalos. Así se legitiman en la población para tratar de fortalecer los vínculos”, explicó.

En tanto, el director de la Fundación San José de Maipo, Marcelo Sánchez, sostuvo que el narcotráfi­co “se nutre de la falta de oportunida­des. Donde existe exclusión social, ellos aparecen como la mano que entrega oportunida­des económicas, en contextos donde el trabajo estable no es una realidad. Intervenir con dispositiv­os sociales, laborales y productivo­s permite crear factores protectore­s y favorecer la cohesión social, que pone una barrera al actuar del narco en la medida que la comunidad rechaza y evita normalizar o legitimar su acción”.

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► La acción de traficante­s que ofrecen mejoras a los vecinos a cambio de no delatarlos es un fenómeno que se repite en poblacione­s de distintas regiones.

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