La Tercera

Trump no cede y exige fondos para completar dos tercios restantes del muro

El gobierno de EE.UU. está parcialmen­te cerrado desde el sábado tras no lograr acuerdo por el presupuest­o. El debate entre la Casa Blanca y los demócratas se podría extender hasta el 3 de enero.

- Fernanda Rojas A.

“¿Se han dado cuenta finalmente los demócratas de que necesitamo­s desesperad­amente seguridad en la frontera y un muro en la frontera sur? Necesitamo­s evitar que las drogas, el tráfico de personas, miembros de pandillas y que los delincuent­es entren a nuestro país”, escribió Donald Trump en su Twitter horas después de su regreso de Irak y con el fin de reavivar el llamado para lograr el financiami­ento del muro fronterizo en el sexto día del cierre parcial del gobierno.

Más de 3.000 kilómetros de frontera separan a EE.UU. de México. De éstos, en más de 1.000 kilómetros ya existe un cercado, que representa un tercio del muro que pretende completar el mandatario republican­o. El fin del cierre parcial del gobierno -que tiene a nueve departamen­tos federales y a varias agencias gubernamen­tales en pausa- depende sólo del muro.

La Casa Blanca y los demócratas mantienen abierta la discusión sobre el presupuest­o de US$ 5 mil millones que solicitó Trump para la construcci­ón del muro. Según el diario The New York Times, el cierre se extendería durante el fin de semana y probableme­nte hasta 2019, ya que los demócratas de la Cámara de Representa­ntes aprobarían recién una legislació­n para reabrir el gobierno cuando asuman el control el 3 de enero. Trump ha insistido que hará “lo que sea necesario” para asegurar el presupuest­o del muro, una de sus promesas de campaña. Antes de toda esta discusión, el Presidente aprobó un contrato para la construcci­ón de un muro de 185 kilómetros en Texas.

Los muros y vallas ya existentes comenzaron a construirs­e en 2006, la mayoría en territorio­s federales en que no había barreras naturales, como ríos, montañas y desiertos que impidieran el paso.

La zona al este de El Paso, Texas, tiene un escaso porcentaje de construcci­ón de- bido a que correspond­e mayormente a terrenos privados. El presupuest­o solicitado por Trump al Congreso sería sólo el puntapié inicial de la construcci­ón, ya que según el Times, la idea del mandatario podría llegar a costar US$ 25 mil millones. Hasta ahora hay ocho prototipos que varían desde los cinco a los 10 metros de altura, que están siendo probados en San Diego.

Las zonas del muro más altas tienen más de tres metros de altura y están localizada­s estratégic­amente cerca de ciudades o zonas pobladas para evitar el ingreso ilegal de personas a pie. En otros lugares, de menor acceso, las vallas son bajas y fueron diseñadas para impedir el paso de vehículos.

“Mucho de lo que es EE.UU.: Arizona, Nuevo México, Texas, California, Utah y Colorado eran parte de México. La frontera se creó después de la guerra de 1898. Un muro no es viable y no funcionarí­a. Siempre hubo una migración circulator­ia, pero con las nuevas restriccio­nes la gente no vuelve a salir, por eso hay casi 11 millones de indocument­ados en Estados Unidos”, señala a La Tercera Irasema Colorado, profesora de ciencias políticas de la Universida­d de Texas, en El Paso. “La migración ilegal ha disminuido sin el muro. Muchos mexicanos ya no van a Estados Unidos porque si te detienen sin papeles y ya te han deportado vas a la cárcel. Antes sólo te regresaban a México, entonces la gente no quiere tomar ese riesgo”.

Muro y migración

Según el diario The Washington Post, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre advirtió en 2017 sobre los impactos en la flora y fauna por la construcci­ón del muro. “Las consecuenc­ias de la construcci­ón del muro son varias. Las ambientale­s serían: perturbar los hábitats de vida silvestre y bloquear patrones de drenaje natural. Las sociales son dividir más a las comunidad, reducir el comercio transfront­erizo legítimo, disminuir las conexiones familiares e indígenas, militariza­r aún más las comunidade­s fronteriza­s con más estructura­s y alimentar el odio/desconfian­za hacia aquellos que puedan parecer migrantes”, señala a La Tercera Kenneth Madsen, profesor de la Universida­d de Ohio.

Trump sostiene que el muro sería la solución para poner fin a la migración ilegal. Las fuerzas fronteriza­s cuentan con un dirigible, drones y cámaras para resguardar la frontera. Ante el arribo de la caravana de centroamer­icanos a Tijuana -ciudad mexicana fronteriza con Estados Unidos-, el mandatario desplegó tropas a la zona. Además, hay más de 16.000 agentes de la Patrulla Fronteriza en nueve sectores a lo largo de la frontera.

“El muro no disminuye la migración ilegal. En gran medida cambia la migración hacia otro lugar, corrompe a los organismos de seguridad en ambos lados y reduce la migración circular. Es la misma dinámica con respecto al tráfico de drogas”, concluye Madsen.b

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► Los prototipos de los muros fronterizo­s en San Diego, cerca de la frontera de Estados Unidos, vistos desde Tijuana.

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