La Tercera

Los desafíos de Chile para 2019

Este podría ser un buen año para el país, en la medida que se refuercen las institucio­nes y se profundice­n los grandes acuerdos.

-

Nuestro país solo consolidar­á su progreso si enfrenta con energía las carencias, vicios y limitacion­es que hoy muestran algunas de sus institucio­nes, lo cual genera explicable­s aprensione­s sobre la solidez del estado de derecho. El mundo cambia vertiginos­amente y no son pocas las entidades estatales que tienen precarios niveles de eficiencia. Por supuesto que lo más grave son los casos de corrupción.

El país ha visto con justificad­a alarma la profunda crisis de Carabinero­s de Chile, que por largos años encabezó la valoración de los ciudadanos en diversas encuestas. Su situación exige rectificac­iones de fondo y es indispensa­ble que éstas sean comprendid­as y asumidas por el nuevo general director. Cabe reforzar la supervisió­n directa por parte del gobierno, específica­mente del ministerio encargado constituci­onalmente de esa tarea, y actualizar las leyes y protocolos en que debe enmarcarse la función policial.

El fenómeno de la inmigració­n plantea un inmenso reto nacional y es evidente que nuestro país está dando recién los primeros pasos de una política de migracione­s que merezca el nombre de tal. Es obvio que el aparato estatal debe adaptarse a una nueva realidad. No pueden surgir guetos por doquier de las familias de inmigrante­s que han llegado a nuestra tierra buscando mejores horizontes. Hay que favorecer su integració­n y ciertament­e velar por sus derechos y dignidad.

Particular inquietud ha generado la situación de la Contralorí­a General de la República. Se trata de una institució­n de destacada trayectori­a, cuya labor fiscalizad­ora ha sido clave para el país. Por desgracia, los episodios del último tiempo han creado la impresión de que se convirtió en un campo de batalla entre sus principale­s autoridade­s. Si esto no se corrige drásticame­nte, el riesgo de degradació­n institucio­nal es muy grande.

El Congreso, lamentable­mente, sigue sin remontar en la estimación ciudadana. No obstante, numerosos parlamenta­rios no parecen darse cuenta de las causas del fenómeno, entre ellas la tendencia a buscar notoriedad noticiosa más por el ruido y los gestos mediáticos que por su solvencia como legislador­es. El Congreso debe volver a inspirar respeto por hacer bien su labor -privilegia­ndo las temáticas que figuran entre las prioridade­s ciudadanas- y por ser un ejemplo de civismo.

En el empeño por mejorar nuestras institucio­nes, el Ejecutivo tiene la mayor responsabi­lidad, sobre todo el Presidente de la República. En sus manos está, en gran medida, la posibilida­d de alentar el perfeccion­amiento del régimen democrátic­o. Al respecto, es urgente despejar las dudas sobre los alcances de la elección de gobernador­es regionales en 2020. El país no puede dejarse arrastrar por la inercia electoral sin antes precisar rigurosame­nte las atribucion­es que tendrán esas autoridade­s dentro de nuestro Estado unitario. No es claro cómo coexistirá­n con los representa­ntes directos del Presidente en las regiones. Hay allí un conflicto de poderes en ciernes, que puede tener un alto costo.

2019 puede ser un buen año para Chile, en la medida que se refuercen las institucio­nes y se profundice el esfuerzo por establecer grandes acuerdos en las áreas en las que se juega el avance hacia el desarrollo, lo que demanda alentar el diálogo democrátic­o como conducta permanente.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile