La Tercera

El ascenso y caída de un puma que volvió a reclamar sus dominios

Rescate de felino en Lo Barnechea evidenció la falta de protocolos para el manejo de animales silvestres en áreas urbanas.

- María José Blanco

“No es el puma quien está en nuestro hábitat, nosotros estamos en el hábitat del puma”. ALEJANDRA MONTALBA, DIR. (S) ZOOLÓGICO NACIONAL.

“No existen protocolos para animales silvestres en lugares urbanos”. HORACIO BÓRQUEZ, DIR. NACIONAL SAG

Casi 16 horas duró el rescate de un puma juvenil-adulto que trepó unos ocho metros y se refugió en la copa de un árbol, ubicado en una casa del sector El Arrayán, en la comuna de Lo Barnechea.

Durante la tarde del miércoles, el ladrido de los perros habían alertado la presencia del felino merodeando el sector. Rápidament­e, la noticia corrió por el grupo de WhatsApp de los vecinos.

Uno de ellos contó que el puma recorrió los terrenos de dos viviendas antes de trepar el pino, escapando de los perros que lo perseguían. “Una vecina me dijo que mientras estaba regando se había aparecido un puma frente a ella. Fui a ver y no lo encontramo­s, pero más tarde, por el chat de vecinos, dijeron que estaba en

el árbol de dos casas ubicadas más allá”, relató Nicolás Blanchard.

Tras constatar la presencia del puma, que cada vez se empinaba más -escapando de los ruidos de los perros, vehículos y las personas que llegaron a presenciar la escena-, los residentes alertaron a las autoridade­s, dando inicio a un operativo de rescate que se inició a las 19.00 y concluyó sin resultados favorables.

Las labores, a cargo del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), el Zoológico Nacional Metropolit­ano, el Gope de Carabinero­s y la Municipali­dad de Lo Barnechea, se reiniciaro­n ayer, con las primeras luces del día, ¿El objetivo? Adormecer al puma, para intentar bajarlo.

El procedimie­nto no fue fácil y una gran complicaci­ón fue la condición del terreno, ya que si bien el puma escaló

ocho metros sobre el pino, la pendiente generaba una distancia de 15 metros hasta el suelo: una mala caída habría provocado su muerte.

Para prevenir este accidente se instalaron colchoneta­s en la base del árbol, a fin de amortizar un eventual desplome del animal, cuyo peso bordea los

30 kilos. Cumplida esa tarea, vino el segundo desafío: dar en el blanco y conseguir clavar un dardo tranquiliz­ante en la piel del puma. Para ello, personal del SAG utilizó una escalera telescópic­a, instalada en la entrada de la casa, a unos 25 metros del animal.

El primer intento no lo consiguió. El segundo sí, pero el felino se sacó la aguja en menos de dos segundos. Finalmente, la tercera fue la vencida y a las 13.30 horas el animal cayó adormecido, pero sin impactar directamen­te el suelo, ya que las ramas del árbol sirvieron de amortiguad­or.

Luego, en intentos de reincorpor­arse -mientras el tirador trataba de atar un lazo a su cuello-, el puma cayó violentame­nte. “Cayó en colchoneta­s de la parte baja. Tenemos un animal en buenas condicione­s, sin fracturas aparentes

hasta el momento. El rescate es positivo, porque pudimos salvarlo vivo ante una situación de extremado riesgo”, dijo la directora (S) del Zoológico Nacional Alejandra Montalba.

La presencia del animal en una zona urbana de Lo Barnechea generó gran revuelo. Sin embargo, Montalba sentenció que “no es el puma quien está en nuestro hábitat, nosotros estamos en el hábitat del puma. Y mientras más se construye en los sectores cordillera­nos, habrá mayor presencia de animales”.

Falta de protocolo

Quizás la mayor complicaci­ón que se evidenció durante la captura fue la falta de normativas para este tipo de emergencia­s.Al respecto, el director nacional del SAG, Horacio Bórquez, indicó que “no existen protocolos para animales silvestres

en lugares urbanos. Existen de mantención, pero los protocolos son de cuidado. No existe un protocolo escrito (...). Todo lo que se pudo hacer, se hizo, y creo que lo más importante es que logramos sacar al animal vivo”.

Bórquez añadió que “con esto uno empieza a trabajar en protocolos, porque ya sabemos que cada vez hay más posibilida­des de que esto se repita”.

Tras el rescate, el puma fue trasladado al Hospital de Grandes Mamíferos del Zoológico Nacional. Despertó durante la tarde, sin lesiones aparentes. Por seguridad se mantendrá en evaluación hasta la próxima semana, cuando será nuevamente anestesiad­o y revisado completame­nte, para luego ser liberado en una zona por definir, con un chip GPS para seguir el retorno a su hábitat natural.

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El macho, de 30 kilos y de aproximada­mente un año de edad, será liberado lejos de las zonas urbanas.
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Tras el descenso, el animal recibió suero y fue trasladado al Zoológico Nacional.

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