El Barça se aleja con polémica
Vidal firmó un correcto partido en la victoria azulgrana sobre el Getafe, al que se le invalidó un gol legítimo.
El Barcelona salió de Getafe con la victoria bajó el brazo y la ventaja sobre sus perseguidores extendida, pero no libre de la polémica. Una escandalosa, que tuvo como víctima a los Azulones cuando dominaban el partido sin oposición.
Ocurrió a los nueve minutos, cuando Arturo Vidal, quien inició de titular, se esforzaba por mantener a raya los centros de los locales. Uno de ellos llegó hasta los pies de Jaime Mata, quien con clase definió con fuerza y abrió el marcador. No obstante, el árbitro del partido consideró que Ángel Rodríguez había cometido falta sobre Clément Lenglet, por lo que anuló el tanto. Un grave error, ya que no hubo infracción alguna.
Con Iván Rakitic fallando en el mediocampo, el pase largo se convirtió en la principal arma de ataque de los blaugranas. Eso, y el oportunismo de Lionel Messi, quien a los 20’ se aprovechó de la pasividad defensiva de los contrarios para anotar el 0-1, ya cas sin ángulo.
Vidal, como suele hacer en cada partido, no dejó de recorrer el campo de área a área, aunque no disfrutó de ocasiones de gol. Eso sí, partició en el 0-2 de Luis Suárez, al luchar una pelota enviada por Messi al área. El balón le quedó al uruguayo, que con una volea magnífica batió a David Soria, una de las figuras del partido.
A la desgracia del gol mal anulado, al Getafe se le sumó un balón al palo tras rebote en Jordi Alba. El merecido descuento, sin embargo, llegó a los 43’ cuando Ángel centró por la derecha y dejó solo a Mata, que solo tuvo que empujar.
El duro segundo tiempo sacó a relucir el mejor desempeño del mediocampista nacional, que se volcó al quite y tuvo éxito en cada disputa. El problema fue que no siempre contó con el apoyo de sus compañeros. Rakitic, como reemplazante de Busquets, firmó un erróneo partido, mientras que Dembélé no pudo repetir las buenas actuaciones de final de año.
A los 65’, el Rey recibió amarilla por una falta táctica, lo que apresuró su salida del campo. Valverde decidió no arriesgar e hizo ingresar a Busquets. Tras el cambio, el partido se transformó en un ida y vuelta en el que ambos equipos contaron con buenas oportunidades de gol, pero que fueron denegadas por los arqueros.
Pese al correcto partido, Vidal no pudo extender la imbatibilidad de su equipo, que acumulaba cuatro partidos consecutivos sin anotar, con el chileno siendo titular en cada uno de ellos. Un detalle, eso sí, en comparación con la ventaja adquirida en la liga: cinco puntos sobre su más próximo perseguidor, el Atlético.