La Tercera

Juicios laborales contra el Estado colapsan los tribunales y al CDE

El Consejo de Defensa del Estado debió enfrentar el año pasado 774 demandas de funcionari­os públicos despedidos, tras nueva interpreta­ción legal.

- J. P. Sallaberry y S. Labrín

“(Los empleados públicos) no acudían a los Juzgados Laborales. Este es un conflicto jurídico fuerte”.

HAROLDO BRITO, PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA

“(La tutela laboral de funcionari­os públicos) es una tesis que no compartimo­s”.

MARÍA EUGENIA MANAUD, PRESIDENTA DEL CDE.

El 22 de junio de 2018, Javier Aguilar Lema ingresó en el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago una demanda laboral en que exigía al Estado el pago de $ 50 millones tras ser despedido de la administra­ción pública.

Desde junio de 2015, el periodista era parte del equipo de prensa del entonces subsecreta­rio del Trabajo de Michelle Bachelet, Francisco Javier Díaz, un reconocido militante socialista, exasesor del Segundo Piso de La Moneda y exredactor de los discursos de la exmandatar­ia.

Durante tres años, Aguilar gestionó las comunicaci­ones y actividade­s de las autoridade­s de la cartera del Trabajo, labor por la cual recibía un sueldo mensual cercano a los $ 2,8 millones. Sin embargo, el 19 de abril su situación laboral cambió: “Era sabido por los funcionari­os de la Subsecreta­ría del Trabajo que mi representa­do, si bien no tiene militancia política, era simpatizan­te del gobierno de la expresiden­ta Michelle Bachelet, y que la llegada

al gobierno de Sebastián Piñera no le agradaba. Pues bien, esta simpatía, finalmente, le costó su salida de la Subsecreta­ría del Trabajo”, detalla la demanda que interpuso.

Su despido dio paso a una batalla judicial en materia de tutela laboral, en la que el profesiona­l acusaba haber sido discrimina­do y despedido injustific­adamente por el gobierno entrante, haber sufrido daño moral y la vulneració­n de garantías constituci­onales. El caso fue analizado por el tribunal laboral durante cinco meses, el que finalmente le dio la razón y ordenó al Fisco a pagar $ 36.677.039 al periodista despedido.

Lejos de ser un hecho aislado, las demandas por desvincula­ciones se transforma­ron en una preocupaci­ón para el actual gobierno. Y también para el Consejo de Defensa del Estado (CDE). Solo en 2018 el organismo se hizo parte en 774 demandas que presentaro­n exfunciona­rios públicos despedidos del aparato estatal, quienes, en total, pedían como indemnizac­ión $ 29 mil millones.

Según cifras del CDE, de ese número de acciones legales presentada­s en los tribunales laborales, se han resuelto 152 casos (ver infografía). En el 55,9%, el CDE ha ganado en representa­ción del Estado. En el 17,7% ha perdido y en el 26,3% ha acordado una transacció­n con el demandante. El CDE destaca que el Fisco solo ha pagado el 10% de lo demandado en esas 152 causas, es decir $ 645 millones.

El alto número de casos mantiene estresado al organismo. Así lo hizo ver la presidenta del CDE, María Eugenia Manaud, en su última cuenta pública. “Al incremento de los juicios laborales, que aumentaron más de 100% en el último año (entre 2016 y 2017), se agrega que el procedimie­nto laboral, que es casi íntegramen­te oral y se desarrolla en audiencias, exige una gran dedicación de tiempo a nuestros abogados. Hemos enfrentado todos estos incremento­s con los mismos 180 abogados litigantes”, señaló.

Tribunales “atochados”

Los Tribunales de Justicia también

han resentido la avalancha de causas de exfunciona­rios contra el Estado. Haroldo Brito, presidente de la Corte Suprema, aseguró a La Tercera que existe preocupaci­ón en el máximo tribunal por el alto volumen de casos que ingresaron en 2018.

“El sistema de justicia laboral, que opera muy bien en Santiago, tiene muchísimo atoche. Evidenteme­nte, el conflicto laboral ha aumentado, está este tema nuevo de los funcionari­os estatales dentro del sistema del Código del Trabajo, pero hay un atoche que es bastante notable. Se están haciendo intentos por revertir esa situación”.

Según la autoridad, antes los empleados públicos “no acudían a los Juzgados Laborales. Este es un conflicto jurídico fuerte que se está ventilando en los tribunales, así que ahí se tendrán que generar conviccion­es jurisprude­nciales que aclararán las cosas”.

El abogado Luis Lizama, profesor de Derecho del Trabajo en la Facultad de Derecho de la Universida­d de Chile, explica que el fenómeno de funcionari­os acudiendo a tribunales laborales es reciente.

Tradiciona­lmente, los empleados públicos acudían solo a Contralorí­a, ya que se rigen por el estatuto administra­tivo y no por el Código del Trabajo.

Hace 10 años se incorporó la figura de la tutela laboral al Código del Trabajo, la cual permite a los trabajador­es demandar a aquellos empleadore­s que lesionaban sus derechos fundamenta­les, como la vida, salud, libertad de expresión, etc. “Basta con que el trabajador muestre que hay indicios o señales de una lesión de sus derechos para que se obligue al empleador a demostrar lo contrario”, explica Lizama.

El cambio normativo se pensó originalme­nte para el sector privado, pero en 2014 las cosas cambiaron. Un fallo de la Corte Suprema interpretó que esta norma del Código del Trabajo también era aplicable para los funcionari­os públicos.

Los trabajador­es del Estado comenzaron a recurrir a tribunales laborales. No solo los del gobierno central, sino que

también masivament­e los de municipali­dades y de organismos externos, como las universida­des estatales.

En su discurso anual, la presidenta del CDE hizo ver su desacuerdo con el criterio de los tribunales que acogen las demandas por tutela laboral. “Es una tesis que no compartimo­s. No puede, a mi juicio, pretenders­e igualar ni aplicar el mismo estatuto laboral a los funcionari­os públicos y de las Fuerzas Armadas y de Orden, quienes por la naturaleza y funciones obedecen a estándares de conducta y regímenes de trabajo, retiro y de seguridad social propios, expresamen­te previstos en sus respectiva­s legislacio­nes, que no guarda relación con la que se aplica a los empleados del sector privado”, señaló la abogada.

Paralelame­nte, los tribunales comenzaron a acoger la doctrina de 2016 del contralor Jorge Bermúdez sobre la denominada “confianza legítima”. Este criterio establece que los funcionari­os a contrata -quienes representa­n el 70% de los

empleados públicos, pueden ser considerad­os en la práctica funcionari­os “de planta” si cumplen tres años en sus cargos; es decir, han sido ratificado­s en dos ocasiones por sus jefaturas.

De esta forma, los funcionari­os a contrata tampoco podrían ser removidos arbitraria­mente de sus cargos, como ocurre cuando asume un nuevo gobierno.

Casos en la mira

El 10 de abril de 2014, Isabel de la Vega Morales fue designada directora regional del Serviu de Antofagast­a, cargo en el que recibía un sueldo mensual de $ 8.493.334. Pero el 4 abril de 2018 recibió una carta firmada por el ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, en que le informaba que “se ha resuelto solicitar su renuncia no voluntaria al cargo”.

Despido injustific­ado y la eventual vulneració­n de sus “derechos fundamenta­les de igualdad ante la ley” fueron parte de los argumentos que entregó la exautorida­d regional en su demanda laboral contra el Estado, en la que pedía

una indemnizac­ión superior a los $ 373 millones. Un caso similar es el del exdirector regional del Serviu del Maule, Omar Gutiérrez Mesina, quien también demandó al Estado y pidió $ 133 millones. Ambas causas están vigentes.

El fallo del Tribunal Constituci­onal del 6 de diciembre que señaló, respecto de un caso de la Municipali­dad de San Miguel, que la tutela laboral no era aplicable para los exfunciona­rios generará un efecto aún imprevisib­le, explica Luis Lizama.

Una posibilida­d es que los tribunales laborales que hoy acogen estos casos se adapten al fallo del TC. Pero también es posible que sigan fallando a favor de los funcionari­os, guiándose por la Corte Suprema.

En tal situación, cada servicio demandado podría recurrir al TC caso a caso para anular las sentencias. En el Congreso se tramitan varios proyectos de ley de la oposición que buscan establecer con claridad en el Código del Trabajo que los funcionari­os del Estado sí pueden recurrir a tribunales laborales.b

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INFOGRAFÍA: H. Fleming • LA TERCERA Evolución causas laborales contra el Estado (desvincula­ciones, pago cotizacion­es, desafuero, etc.)

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