La Tercera

“Las acusacione­s a Chadwick terminaron desvanecié­ndose”

Crítico de la amenaza de una acusación constituci­onal contra el ministro del Interior, el parlamenta­rio reivindica el actuar del gobierno en el caso Catrillanc­a, y erige a RN como el baluarte en la defensa de las propuestas legislativ­as del Ejecutivo.

- Andrés Allamand, senador RN

Duras críticas, la petición de renuncia y la amenaza de una acusación constituci­onal en contra del ministro Andrés Chadwick marcaron la última semana del gobierno, luego de que se hiciera pública la declaració­n ante la fiscalía del renunciado general Mauro Victtorian­o, principal autoridad de Carabinero­s en la zona en que falleció Camilo Catrillanc­a.

Ante estos hechos, el senador Andrés Allamand (RN) no duda en acusar una maniobra política por parte de la oposición, al tiempo que defiende a rajatabla el actuar del titular de Interior y del gobierno en general.

¿Cuál es su evaluación de todo lo ocurrido tras la muerte de Camilo Catrillanc­a y la posibilida­d de que la oposición presente una acusación constituci­onal?

La debilidad con que la oposición termina el primer año del Presidente Piñera la lleva a realizar ofensivas políticas que le permitan, desde su punto de vista, ganar perfil y mostrarse unida. Esta semana, lo que quedó de manifiesto es que las acusacione­s formuladas contra el ministro Chadwick terminaron desvanecié­ndose y perdiendo mucha fuerza. Si uno lo mira objetivame­nte, la acusación contra Chadwick fue simplement­e una maniobra política que terminó desvanecié­ndose.

En rigor, no ha terminado, porque la oposición acordó la creación de una comisión que analice los fundamento­s jurídicos y entregue sus resultados el 31 de enero.

Esta comisión a 30 días refleja el poco convencimi­ento de la oposición. Cuando uno va a formular una acusación constituci­onal es porque sabe que tiene un caso jurídico cate- górico, irrefutabl­e. El que tengan que hacer una especie de comisión de estudios para definir si hay o no fundamento­s, demuestra que carecen de la convicción necesaria. Para mí, esta ofensiva reproduce lo que ha pasado a la ex Nueva Mayoría todo este año: ha sido tironeada permanente­mente por el Frente Amplio, que la ha arrastrado a interpelac­iones, acusacione­s sin fundamento, peticiones casi semanales de renuncia; en definitiva, una política de estridenci­as, que no es una política de fondo ni de contenidos y que, creo, resulta muy estéril.

Esta actitud que ve en la oposición, ¿perjudica también la relación con el gobierno?

Uno advierte en la oposición dos aproximaci­ones: una oposición dialogante, constructi­va y con disposició­n a alcanzar acuerdos, y otra obs- truccionis­ta y contraria a todo entendimie­nto. Eso cruza a todos los partidos de la oposición, porque en cada colectivid­ad hay dirigentes que se inscriben en una u otra disposició­n. El 2019, los desafíos que la oposición va a tener que resolver son si quiere ser constructi­va u obstruccio­nista, y si va a seguir o no aceptando el tironeo del Frente Amplio. Y también va a tener que resolver si se va a someter a la inmediatez de las redes sociales, ya que, a veces, sus decisiones políticas parecen absolutame­nte condiciona­das por lo que ocurre en esas redes, donde –entre otras cosas– el Frente Amplio tiene una posición muy gravitante.

Volviendo al caso Catrillanc­a, ¿cuál es su opinión sobre la forma en que el gobierno ha enfrentado estos hechos?

Ha sido una situación difícil de manejar por señales erráticas y, en algunos casos, por falsedades desde Carabinero­s, pero hay que valorar que el gobierno ha tenido una actitud proactiva. La diferencia con el gobierno anterior en esta materia es simplement­e del cielo a la tierra. ¿Qué hizo la ex Nueva Mayoría y el gobierno de Michelle Bachelet frente a la Operación Huracán o el desfalco en Carabinero­s? Absolutame­nte nada.

mea culpa

¿Habrá algún que hacer por parte del gobierno?

Siempre las cosas se pueden hacer mejor, siempre puede haber una declaració­n que pueda ser mejor formulada, pero si uno separa la paja del trigo, considero que la actuación del gobierno ha sido correcta.

Más allá de si la acusación se concreta o no, la oposición en su conjunto pidió la renuncia de Chadwick y eso gatilló que se empezara a hablar de un inminente cambio de gabinete. ¿Usted cree que sería bueno hacer un ajuste?

Primero, y esto lo señalaba en el Senado Jorge Pizarro, cuando la oposición se “emperra” en solicitar renuncias, lo único que hace es afirmar a quien pretende debilitar. Y en segundo lugar, no veo en este minuto razones que avalen un cambio de gabinete. El 2018 fue un muy buen año para el gobierno: termina con una aceptación del orden del 40%, logró iniciar la recuperaci­ón de la economía, que va a crecer el doble respecto del gobierno anterior. Existen mejorías en materia de victimizac­ión, abordó tareas urgentes como la política migratoria y, lo más importante en un gobierno de solo cuatro años, dejó instalada la agenda para 2019. A contar de marzo tendrán que resolverse los temas relativos a reforma tributaria, reforma previsiona­l, modernizac­ión laboral y los temas complejos y amplios de seguridad ciudadana. Es una agenda potente para este año.

Lo más probable, de todos modos, es que sí haya un cambio ministeria­l este año. Cuando eso ocurra, ¿cree que el gobierno mirará al Congreso para buscar algún liderazgo?

El Presidente señaló desde el día uno que no iba a recurrir a miembros del Parlamento para fortalecer el gabinete. No veo que esa decisión haya cambiado.

También se ha dicho eso antes y, por distintos factores, se hace igual. ¿Usted estaría disponible para ser ministro nuevamente?

Uno nunca tiene que aceptar o rechazar cargos que nadie le ha ofrecido. Estoy cumpliendo mi tarea en el Senado, me he impuesto defender firmemente al gobierno del Presidente Piñera y estoy muy contento con la tarea que estoy realizando en ese sentido.

Hace poco se hizo pública la preocupaci­ón que algunos ministros RN han expresado en torno al rol del partido, la fragmentac­ión en la bancada y la instalació­n del debate por el pinochetis­mo. ¿Usted comparte esa preocupaci­ón?

RN, como el partido más grande del país, tiene que estar permanente­mente atento a la natural diversidad que existe en un partido muy amplio. Pero hay que separar la paja del trigo: RN ha sido absolutame­nte disciplina­do en el apoyo a la legislació­n que emana del gobierno. La forma objetiva de medir a un partido oficialist­a no es una declaració­n por aquí u otra por allá, sino cómo vota respaldand­o al gobierno, y RN, bajo la muy adecuada conducción de Mario Desbordes, ha sido un baluarte al

respaldar la gestión del gobierno. Para mí, eso es lo más importante, el resto es anécdota.

¿Es anecdótico que en un consejo general del partido una diputada reivindiqu­e el pinochetis­mo?

Creo que ese es un debate completame­nte extemporán­eo, y yo, que conozco RN como la palma de mi mano, puedo señalar que no es ni será un partido pinochetis­ta.

El presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, dijo que “la diversidad en Chile Vamos tiene límites”. ¿Comparte esa opinión?

Tiene razón. La diversidad de Chile Vamos está enmarcada por su declaració­n de principios y por el apoyo al programa y la gestión del gobierno.

Un tema que ha generado roces en RN es la vinculació­n de algunos diputados con el excandidat­o presidenci­al José Antonio Kast. ¿El “factor Kast” divide al partido?

El “factor Kast” es un proyecto político distinto al de Chile Vamos. Kast no es nuestro adversario, pero jamás ha manifestad­o su voluntad de incorporar­se a Chile Vamos. En la elección presidenci­al anterior rechazó participar en nuestra primaria. Chile Vamos es una coalición que tiene una declaració­n de principios, un programa de gobierno y la voluntad de respaldar al actual gobierno y proyectarl­o a través de una candidatur­a presidenci­al propia. Si Kast se siente interpreta­do por Chile Vamos, lo razonable es que él manifieste su voluntad de incorporar­se, cosa que hasta ahora no ha ocurrido y que tampoco creo que vaya a ocurrir en el futuro.

¿Cree que J. A. Kast no se incorporar­ía a una primaria del sector?

Si no lo hizo la vez anterior, no veo por qué lo vaya a hacer ahora, salvo que exista un cambio en sus puntos de vista.

La irrupción de J. A. Kast estas últimas semanas adelantó la carrera presidenci­al. En su opinión, ¿es mejor sincerar desde ya las candidatur­as?

No, las candidatur­as presidenci­ales tienen que desplegars­e el año 2020-2021. Kast, como no forma parte de Chile Vamos, tiene una ventaja: se ha mantenido en campaña permanente desde la última elección presidenci­al, pero los que formamos parte de Chile Vamos y apoyamos al gobierno tenemos que postergar la campaña presidenci­al. Una campaña presidenci­al anticipada lo único que hace es perjudicar la gestión del gobierno, y a nosotros nos interesa que al gobierno le vaya bien.

¿Y usted cómo está mirando el 2020-2021? ¿Piensa estar en esa carrera?

Voy a tomar mis decisiones el año 2020-2021. Hoy es completame­nte prematuro e inconvenie­nte.

No lo descarta, pero ¿qué condicione­s harían que tomara una decisión favorable para competir por la Presidenci­a de la República?

Para mí, la clave de la primaria de Chile Vamos es que seamos capaces de elegir al candidato que mejor exprese la continuida­d del actual gobierno. El gran desafío que tiene Chile Vamos es lograr la reelección, ya que muchas de las tareas del gobierno no se van a alcanzar a materializ­ar en los próximos cuatro años, de manera que mi decisión va a estar condiciona­da por ese factor: quién es la persona que representa mejor la proyección del gobierno del Presidente Piñera.b

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