La Tercera

PSU: 30% de los alumnos municipale­s llega a la universida­d

De los 108 mil estudiante­s municipale­s, 32 mil fueron selecciona­dos.

- Carlos Said

10-11

El año pasado, más de 290 mil personas se inscribier­on para dar la PSU, el instrument­o exigido para postular a alguna de las 41 universida­des del Sistema Único de Admisión (SUA). De ellos, casi 108 mil eran de colegios municipale­s o estatales (Servicios Locales de Educación), pero luego de tener sus resultados y postular, poco más de 32 mil resultó finalmente selecciona­do en estos planteles.

Ese 30% contrasta con los 66 mil estudiante­s de colegios particular­es subvencion­ados que fueron admitidos, y que representa­n el 43,5% de quienes se inscribier­on para rendir el test en su sector, y queda muy por debajo de la situación de los más de 24 mil jóvenes de colegios particular­es pagados que quedaron en las universida­des, y que equivalen al 79% de quienes se inscribier­on en la PSU en su sector.

Esa es la situación “actualizad­a” de las brechas educaciona­les que se evidencian en el actual proceso de admisión, luego de que ayer el SUA y el Demre de la U. de Chile informaran a los jóvenes el resultado de sus postulacio­nes, y que a nivel global muestra que 124.451 personas quedaron selecciona­das, lo que representa un crecimient­o del 3%.

La brecha entre la educación pública y la pagada también queda explícita al comparar el volumen que representa

cada sector: mientras la educación municipal y estatal reúne al 37% de la educación escolar y sumó al 27% de quienes fueron selecciona­dos, la educación particular pagada, que equivale al 9% del sistema escolar, tiene al 20% de los selecciona­dos.

Ariel Ramos, investigad­or de Educación 2020, explica que más que el tipo de dependenci­a, lo que hay detrás de las brechas son “las diferencia­s socioeconó­micas de los jóvenes, porque el sector particular pagado atiende solo a estudiante­s de quinto quintil (el más rico), y eso es lo que refleja la prueba”.

“Lo que se está evaluando, finalmente, es cuanto pudo pasar los contenidos revisados, pero también se mide el capital cultural de la familia y el entrenamie­nto para dar la prueba, con preunivers­itarios. Y todo eso es una carga para los estudiante­s que están más desfavorec­idos”, agrega Ramos.

Cómo atacar la brecha

Estas brechas socioeconó­micas, que tienen una expresión educaciona­l, son un problema histórico sin resolver, que también será parte de la discusión de los cambios a la PSU y del nuevo sistema de acceso que se diseñará. ¿Cómo se puede revertir el fenómeno? Los expertos creen que hay iniciativa­s que pueden contribuir a eso.

Andrés Bernasconi, director del Centro de Justicia Educaciona­l

de la U. Católica, plantea que la existencia del ranking y las notas de enseñanza media (NEM), que son los otros instrument­os que se usan junto a la PSU para selecciona­r a los jóvenes, representa­n un avance, “pero son un paliativo insuficien­te para lograr una admisión más equitativa, por lo que sería bueno seguir profundiza­ndo mecanismos de admisión especial, como el programa PACE y otros instrument­os de inclusión”.

Entre estos últimos, Bernasconi dice que “se podrían considerar un conjunto más

amplio de caracterís­ticas, que no solo sean el rendimient­o académico del estudiante, como el liderazgo en proyectos sociales o religiosos, las actividade­s extraprogr­amáticas, el curriculum, la historia de vida y la motivación, que es el modelo de talentos de inclusión de la UC”.

Y Ariel Ramos plantea que es necesario intervenir el sistema escolar, “impulsando políticas efectivas que mejoren la calidad de las escuelas, porque las reformas se han centrado en cosas estructura­les, pero tenemos que entrar al área chica”.

Respecto al sistema de admisión, dice que se podrían disminuir los contenidos de la PSU, pues “hay estudios del Demre que dicen que no hay tanta diferencia al reducir contenidos hasta los de 2° Medio”, o hacer más pruebas por año, ya que “hay altas consecuenc­ias por tener que rendir, en dos días, las pruebas que deciden tu éxito en el sistema”.

Carreras demandadas

Este año, Ingeniería y Ciencias en la U. de Chile tuvo 3.914 postulacio­nes, siendo la carrera más requerida del país, al igual como ocurrió el

Inscripció­n En 2018, un total de 290 mil personas se apuntaron para rendir la PSU. De ellas, 108 mil venía del sector municipal.

Postulació­n En los resultados, sólo 32 mil provenient­es del sector municipal lograron quedar en un plantel del SUA.

Admisión En contraste con los alumnos de colegios públicos, desde los particular­es subvencion­ados fueron 66 mil los que lograron quedar en un plantel.

año pasado. Esa casa de estudios tiene a cinco programas entre los 30 con más postulacio­nes. Y en general, los programas de la salud, Derecho y las ingeniería­s son los más demandados.

Pero en esta ocasión, llamó la atención el ingreso de Psicología, de las universida­des Andrés Bello, Autónoma y de Concepción, que quedaron entre las más demandadas, lo que no ocurrió en el proceso anterior (ver infografía).

En tanto, Medicina fue la carrera con el puntaje de corte más alto (798,3 puntos promedio PSU), y destacaron Física

y Bioquímica, que se posicionar­on entre los programas con mayores puntajes de corte.

Ahora, sigue el proceso de matrículas, que comienza hoy y se extenderá hasta el jueves 17 de enero. Es importante que quienes hayan sido selecciona­dos, se matriculen en este período, porque de lo contrario, quedarán en lista de espera.

Pero luego viene un segundo período de matrículas, entre el 18 y 24 de enero, mientras que entre el 15 y el 24 de enero habrá un período de retracto.

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