El Capitán América
Fanático de los Vengadores de Marvel, Marcelo Allende es la figura de la Rojita que mañana arranca en Rancagua. Ungido con la jineta, el volante no solo destaca por su calidad con el balón, sino que también por su liderazgo.
Si algo caracteriza a Pudahuel es el conflicto entre las distintas realidades que posee. Vale caminar una cuadra en cualquier dirección para apreciar cómo el panorama cambia. Allí se crio Marcelo Allende (19), la joven figura de la selección chilena Sub 20, que disputará el Sudamericano que parte mañana y que brinda cuatro cupos al Mundial de Polonia 2019.
Pese a cargar con un histórico apellido, Allende no goza de gran notoriedad en el país. Su pronta partida al Necaxa le privó a la fanaticada local la oportunidad de observar el talento que llamó la atención del Arsenal, con el que entrenó casi siete meses. Sus actuaciones con la Baby Roja en el Mundial Sub 17 de 2015 son pruebas de su calidad, pero ya casi rozan el olvido.
Que Héctor Robles le haya dado la capitanía para el Sudamericano no sorprende a sus ex técnicos, que destacan el liderazgo de este muchacho de 162 centímetros, moreno y de sonrisa afable.
“Es un líder natural, por su forma de ser”, confiesa Miguel Ponce, su ex DT en la Sub 15. “Es muy respetuoso, un profesional, al que le sale tan natural presentarse como líder, a pesar de no ser extrovertido ni avasallador. Tiene tan claro qué es jugar al fútbol, que capitán o no va a liderar igual”, sentencia.
Gustavo Huerta, quien lo dirigió en Deportes Santa Cruz, coincide. “Es muy positivo. En el camarín tiene esa personalidad extrovertida, alegre, que lleva a la cancha a la hora de jugar. Cuando algún jugador se equivoca, lo levanta, entonces no es tímido”, señala.
Pero es su madre, Cecilia Bravo, quien realiza el retra- to más exacto de su hijo, aquel por el que aún llora a veces. Echa de menos al niño que ilumina el hogar, por el que recibe felicitaciones en la calle, ese que vibra con los Vengadores de Marvel. Tanto, que para Halloween se disfrazó de Capitán América y tres de sus gatos tienen nombre de superhéroe: Thor,
Groot y Tony. “Ama jugar por su país. Cuando escucha el himno se le infla el pecho. Jugaría gratis por la Selección”, afirma. Lamenta perderse su paso de adolescente a hombre, pero se resigna: “Un día me dijo: ‘Voy a ser uno de los mejores jugadores de Europa’. Y le creo, por su humildad y determinación”.
Allende se destaca por pertenecer a una clase de jugador casi extinto: el que sobresale en los estudios. “Siempre fue el primero de su curso, desde primero a octavo básico. En sexto, sus padres lo querían llevar al Instituto Nacional, pero allí no iba a poder entrenar. Al final, se decidieron por lo que él quería. Es un jugador especial”, cuenta César Pradenas, su profesor de educación física durante la enseñanza básica. La madre lo corrobora: “Marcelo siempre dice que si no hubiese sido futbolista, habría estudiado algo cototo, como medicina o derecho. Siempre le fue bien”.
Ya sea por el patriotismo, el liderazgo o simplemente por los valores que derrocha, puede que la Rojita haya encontrado a su propio Steve Rogers en Allende. ●